¡¡¡PORQUÉ LO AMO, IDIOTA!!!

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–¡¿Izuku?!

–Inko, tenemos que hablar.

Asustada vio la sería expresión del amigo de su primer esposo y a su hijo de la mano con el mocoso rubio.

Lentamente asintió con la cabeza, se dirigieron a la sala, donde los cuatro se sentaron en los amplios sofás. Fausto se marchó a la cocina, a preparar té, ya que la charla duraría lo necesario para asegurar el futuro de Izuku.

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–¡No puedo aceptarlo!

–Esto no puede seguir así Inko, le has hecho daño ¿no te das cuenta?

–... Yo... L-lo sé, pero es mi niña.

–Ves tienes un problema que solucionar, aunque duela aceptarlo Izumi falleció, él es Izuku ¡no puedes seguir con esto!

La discusión llevaba ya media hora, Aisawa sensei se esforzaba por permanecer tranquilo a pesar de la terquedad de la peliverde. Izuku sollosaba en los brazos de su novio, quien sentía que la vena de su frente estallaría en cualquier momento.

–¡EXACTO VIEJA LOCA YA ACÉPTELO!

–¡¿Y TÚ POR QUÉ SIGUES AQUÍ?!

–¡¡¡PORQUÉ LO AMO, IDIOTA!!!

Aizawa veía a su alumno discutir con la madre de Izuku, a punto de intervenir un castaño con una expresión que competía con las suyas lo interrumpió.

–KATSUKI GOGO BAKUGO.

<¡Santa Mierda! ¡¿Es que estoy salado?> se sentó firme en el sofá abrazando a su novio con fuerza.

–¡¿Sí papá?!

<Ahora si me dices papá> Internamente se alegró y festejó, pero debía ser estricto.

–¡No intervengas en asuntos de adultos ni le levantes la voz a una mujer!... Aunque sea ella.

Señaló a la peliverde con la que había discutido antes, como nunca lo había hecho.

Aizawa se agarró el puente de la nariz, la situación ya era tensa y ahora tenía alguien más con quien lidiar.

–Señor Bakugo, siéntese por favor. Y tú - señaló a su alumno- Lleva a Izuku a la cocina ya mañana hablaremos sobre tu vocabulario y... Todo, mañana hablaremos de todo.

<Ya máteme mejor> Asintió torpemente con la cabeza.

–Vamos amor.

Ayudó a su novio a ponerse de pie y fueron a la cocina donde Fausto preparaba la cena, se sentaron en la mesa del comedor y él les sirvió una taza de chocolate caliente. El peliverde ya no lloraba.

–Gracias Fausto.

–De nada joven amo, en un momento les serviré la cena.

El viejo mayordomo era el único trabajador que se quedaba en la casa, los otros llegaban temprano. Por lo que esta noche él se encargaría de atender a todos los presentes.

–Kacchan ¿me perdonas?

–¡¿aaah?! ¿Por qué amor?

–Por meterte en problemas con Aizawa sensei... De nuevo.

–Ah no te preocupes Deku, no pasa nada, no le tengo miedo.
Mentía, estaba seguro de que no podría dormir pensando en lo que le haría mañana, no sólo había hecho gala de su trompavulario frente a él sino también había expuesto su relación.

DEKU... ¿ERES TÚ? [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora