8-No deberia

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No entendía como podía ser tan estupida, abrí mi corazón ante él para nada, fui a pedirle disculpas y de arrepentirme por hablarle mal cuando él es quien no deja de joderme la existencia, como podía importarle tan poco lo nuestro y meter a algún más a su cama en el primer segundo? Estaba dolida y con mucha rabia no podía parar de llorar y de arrepentirme con todas mis fuerza de haber venido hasta aquí. Esto era mi culpa, yo debí haber seguido con mi vida y no hacer esta locura, en España tengo gente que me quiere y me cuida como Sergio jamás supo hacerlo, toda nuestra historia se basó en mentiras, engaños y esperas innecesarias.

Todo pasó demasiado rápido, de repente estaba por un camino que no conocía, me había perdido entre tanto llorar y maldecirlo, sentí que unas manos rápidas agarraban mi bolso y no tuve tiempo de reaccionar, les decía que por favor no lo hicieran pero ya era tarde. Genial una vez más Sergio no dejaba mi vida en paz. En esa cartera tenía no solo todo mi dinero sino los documentos para volver a España estaba realmente jodida y él era la última persona que le pediría ayuda.

Llegué al hotel con una tristeza horrible y doblemente enfadada porque quería desaparecer de esta maldita isla y no tenía la menor idea de comer hacerlo.

Decidí pegarme un baño y tomar un té de tilo para calmar mis nervios, la vista desde el hotel era maravillosa y era lo único que me hacía bien.
Después del baño y sentirme algo más relajada decidí llamar a Santiago que era el único que podía ayudarme.

-Santi buenas tardes, aunque aquí ya es casi de madrugada.- Sentí como Santiago se alegró mucho de escucharme
-Raquel Amor! Que alegría escucharte! Cómo está ese viaje?- un desastre, estresada y jodida era lo que quería decirle- busque el pronóstico y dice que hace unos días hermosos aunque internet siempre mienta.
-La verdad que los días son hermosos, la vista es maravillosa pero... estoy triste Santi- no sabía como explicarle que estaba triste por otro hombre, que no podía sacarlo de mi cabeza- me robaron los papeles para volver a casa, el dinero del viaje y para cerrar ayer tomé de más y no me encuentro muy bien.- solté de golpe todo lo que podía explicarle para no hablar de más.
-Amor vos estas bien? Te lastimaron? Quisiera estar ahí para abrazarte Raquel, no te mereces pasarla mal, sos una de las mejores personas que...- no podía dejarlo terminar estaba matándome la culpa.
-Ví a Sergio, Santi.- un silencio profundo y filoso se hizo del otro lado por varias segundos.
-Sergio Marquina?- rió del otro lado- y? Cómo está?- esa era su manera de preguntar si había pasado algo entre nosotros.
-Fue de casualidad, no pasa absolutamente nada entre nosotros pero no quiero mentirte y ocultarte que lo vi- seguís mintiendo perfecto, es que me daba mucha culpa- la verdad es que discutí con él y me fui sola desde su casa y ahí pasó lo qué pasó.
-Ya está Raquel, ahora él no me importa en lo absoluto, solo me importas vos de acuerdo? Voy a ir a la embajada española para que puedan tramitarte un pasaporte de emergencia y te voy a transferir dinero para que puedas terminar el viaje si?- esté hombre no podía ser real? Y yo acá pensado en Sergio, como podía ser?- solo trata de disfrutar lo que queda del viaje si? Te amo, tengo que colgar porque estoy trabajando pero por la noche te llamo. Trata de descansar y despejarte, y por favor aléjate de Sergio, no es buena compañía.
-Gracias Santi, no se que haría sin vos. Nos hablamos, te adoro.- cortamos la comunicación y me quede pensado en cómo se dieron las cosas.
Basta de Sergio y basta de toda esta locura, me quedaban algunos días en la isla y me prepuse disfrutarlo más allá del incidente del robo, estaba segura que Santi lo iba a poder solucionar más siendo Policía.

Me cambie por algo más fresco y cómodo para poder disfrutar la noche y conocer esos rincones ocultos de la isla, estaba de mejor humor y más tranquila, pero mi paz duró poco menos de cinco minutos cuando sonó la puerta del hotel.
Abrí y lo vi parado, con otra ropa y una botella en de vino en la mano, mala señal.
-Raquel, tenemos que hablar- Lo miraba desde la puerta con cara de odio- voy a hablar desde el pasillo o me vas a dejar pasar?- Lo dejé entrar solo porque no quería escándalos en el hotel.
-Estoy apurada estaba por irme a si que si es rapado mejor- dejó el vino sobre la mesa de la habitación y se sentó en la cama sin siquiera preguntármelo.
-Antes que nada te debo una disculpa, por la discusión de esta mañana- no me mires así maldito comprador que no voy a caer de nuevo no Raquel no, se fuerte- estos días contigo acá son lo mejor que me pasó en todo este año, se que nosotros pasamos por mucho y no se como explicarme pero- no deje que terminara, necesitaba huir antes de volver a caer en su trampa.
-Sergio, no hace falta que vengas hasta acá para disculparte, lo de esta mañana está todo dicho, nosotros no somos compatibles para estar juntos, somos como el agua y el aceite, yo no pertenezco a tu mundo.
-Tu perteneces a mi lado Raquel- Ay no no no no, que se calle porque ya me estaban temblando las piernas- Lena, la chica que viste en mi casa es una vieja amiga que...
-No me interesa, realmente no me interesa, en tu intimidad hace lo que quieras yo no me meto en eso, si no tienes nada más que decir, te pido que te vayas, estoy apurada.
-Raquel, creemos cuando te digo que te hecho de menos más que a cualquier persona en el mundo- basta basta basta- — No sé como hacer esto, no sé cómo como hablar de esto. Solo sé que te necesito en mi vida. Raquel, todo es mejor porque estas conmigo. Porque estoy enamorado. Raquel, yo lo que quiero es passar contigo el resto de mi vida.- listo ya está, estoy muerta, me rindo.
Me dejó sin aire, todo lo que dijo me llegó tan profundo que no podía respirar, volvió el Sergio ese del cual me había enamorado, ese por el que tantas noches perdí el sueño.
-Sergio, no se que decirte, vienes hasta acá para esto y realmente tus palabras me hacen sentir querida y deseada pero, vos y yo no somos compatibles.
-Yo te quiero y te deseo desde el primer día que te vi en el Hanói y lo sabes, porque sino no estarías acá. Abramos el vino y hablamos como gente civilizada por favor.

Después de mirarlo con recelo y no sabes qué hacer decidí por quedarme que más podía perder.

Abrimos el vino y nos sentamos juntos en la cama, le conté a Sergio todo lo que había pasada con los papeles, me contó de lo duro que fue este año solo en la isla, hablamos hasta de la Banda y como Paula cada día estaba mas grande.

-El otro día me pidió dinero para hacerse un arito! Estoy que no entiendo nada a los adolescentes, ya casi 12 años está por cumplir y con un arito en la nariz, lo peor es que Santiago la apaña en esas locuras y - deje de hablar cuando me di cuenta que él me miraba con una mezcla de ansias por saber más pero como si los celos se hubieran apodado de él
-Quizá quiera un arito porque tú también tiene uno, Santiago no debería apañar a Paula en esas decisiones es poco ético- ético usó la palabra ético para hablar de un arito, realmente estaba celoso, no pude evitar reírme.
-por qué te ríes Raquel?
-Solo me causa gracias tus celos
-Celos? No son celos es sentido común.
-Ajam, sentido común como digas.- lo miré con una sonrisa.- paree que se nos terminó el vino y es hora de irte.
-No me voy a ir más de tu vida Raquel, esta vez no.- nos miramos desafiándonos y no pude más, bajé todas mis armas y él se acercó a mi lentamente y me besó, primero suave y despeos más apasionado, pasó una mano por mi espalda y yo me sujeté con ambas manos a su cabeza, nos besamos por varios minutos hasta que con mis manos agarre su remera para sacársela, él me miró como pidiéndome permiso para bajar el cierre de mi vestido, sin decirle nada me moví para hacerle más fácil el trabajo, con deseo y desesperación fui hasta su cinturón para quitarlo, estábamos como dos adolescentes, el me miraba después de cabeza beso y me estaba volviendo loca
-Raquel estas seg...
-shhh cállate no digas nada más y solo bésame, no quiero pensar tanto
-Si lo pensas, no me elegís?- me dijo es con cara de nene bueno y despeinado, morí de ternura.
-Aunque no quería te elijo siempre- y volvió a besarme, me deshice de su pantalón y solo nos dividía la ropa interior. Me miró a los ojos y me acostó dejando suyo y empezó a bésame todo el cuerpo me estaba volviendo completamente loca
-Sergio, por favor- no podía ni hablar
-shhh, déjame disfrutarte Raquel, eres realmente hermosa- me daba mucha vergüenza pero con él todo era más fácil.
Cuando ninguno de los dos pudo más, le señale el cajón de la mesa de luz y agarró un condon, se rió porque no esperaba que tuviera pero no me juzguen los tome del baño del bar en medio de la borrachera monumental.
Sergio entró en mi como una maldito droga, nos besábamos y cada vez íbamos aumentando el ritmo de sus embestidas, el sexo con el no se comparaba con nada en el mundo, no sentí ni una sola pizca de culpa eso llegaría después, disfrutamos de la noche como dos locos, nos duchamos juntos y terminamos durmiendo juntos como un matrimonio de años.
Sergio fue todo lo que podía pedir, fue dulce y no dejó de hacerme sentir querida ni un solo minuto, nos mirábamos a los ojos y sacábamos chispas, estar más de un año sin sexo fue demasiado, llegamos a un orgasmo bestial juntos, bueno varios.

Desperté porque el sol se empezó a colarse por la ventana y cuando miré a mi derecha estaba acostado solo con su ropa interior y yo cubierta con su camisa, caí en la cuenta de lo que había pasado y una tonta sonrisa se me escapó de la labios.
Empecé a besar su pecho y él se movió dormido abriendo un solo ojo
-Si me vas a despertar así todas las mañanas, no queiro salir de este hotel- le golpeé el pecho y lo beso en los labios.
-Esto es una locura.
-Te arrepientes?- me dijo abriendo completamente los ojos y dejando atrás su cara de dormido como si el sueño se hubiera ido de golpe.
-No, lo qué pasó fue Perfecto y no me arrepiento pero...- hice una pausa dramática
-nada que venga después de un pero es bueno.
-pero tienes que levantarte porque tengo una excursión en una hora- Lo hice reír y besarme por el susto.
-malvada, me asustaste.- me levanté de la cama para ir al baño a higienizarme, estaba cepillando mis dientes solo con mi ropa interior y la camisa de Sergio cuando escucho que él golpea la puerta del baño y asoma la cabeza.
-Me va a decir que quiere ducharse conmigo señor Marquina?- me acerque seductora pasando los brazos por su cabeza y besando sus labios. Me alejó d e él
-Me encantaría pero esta vez no, está sonando tu teléfono Raquel.- me solté de él y vi que en el visor decía "Santi🖤" bien, que buena forma de comenzar la mañana. Sergio se alejó de mi y fue a la cama a cambiarse. Yo estaba parada con el teléfono en la mano y no sabía que hacer, responder y mentirle a Santiago era horrible pero sabia que no pararía de llamar hasta que lo atienda.

Renacer de las cenizas (SERQUEL)Where stories live. Discover now