━━ 22. witches, witches and confessions

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CAPÍTULO VEINTIDÓS❝ BRUJAS, BRUJAS, Y CONFESIONES ❞

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CAPÍTULO VEINTIDÓS
❝ BRUJAS, BRUJAS, Y CONFESIONES ❞

CAPÍTULO VEINTIDÓS❝ BRUJAS, BRUJAS, Y CONFESIONES ❞

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                    ANTES DE PARTIR EN UNAS MERECIDAS VACACIONES POR  el viejo continente al otro lado del mundo, hubieron unos asuntos involucrando a todas las especies de brujas de cada aquelarre: las autoproclamadas verdaderas y las despectivas otras, que Lilith Arduenn debía de atender o sus vacaciones saldrían perjudicadas.

      Procurando ser igual de cautelosa que su madre, a la hora de planificar un viaje de semanas después de un evento tan traumático, supondría una elección precipitada e infortuna. Lilith pensaba todo lo contrario: alejarse era la solución, unos días descansando en paz. Sin embargo, su paseo por el aquelarre de Madame Monvoisin esparció rumores de una bruja con la magia negra y los poderes de una alfa, de todas las perlas y, hasta, los poderes de una extraordinaria. Había una serie de secretos y coincidencias que Lilith no pasaba de alto —y tampoco gastaba tiempo en averiguar, no por el momento—, cómo la ausencia de demonios y lo fácil que fue rescatar sola a su madre. No era una superheroína que había caído del cielo en el momento justo para salvar a los ciudadanos del gran villano. Era una joven muchachita estudiosa, si, con una herencia poderosa, pero de gran determinación y mente para darse cuenta que su teatro no duraría mucho. Las brujas fueron piadosas en darle tiempo para recuperarse y estar con su madre, ya decía ella que Pandora estaba muy callada.

      Fue entonces que la mandaron a llamar a la oficina de la Alfa.

      Pandora se encontraba sola detrás de su despacho, sentada en la silla de espalda alta y terciopelo del mismo tono vino oscuro que parecía ser su etiqueta personal. Un humo rojo brillaba del caldero cerca de la ventana oculta detrás de las pesadas cortinas impidiendo la entrada de los rayos del sol, aunque ese día era uno muy nublado. Ingresó después de que le dieran el permiso y tomó asiento en la indicada silla, frente a ella. Las manos le sudaban ligeramente y el calor invadió parte de su cuello, la última vez que se había sentido así fue cuando tuvo que dar explicaciones a un profesor por su comportamiento errado en clase de econometría I.

LILITH | SUPERNATURAL (THE DIRECTOR'S CUT) [  ✓ ]Where stories live. Discover now