La cautivadora historia de Madeline Thompson y George Blaise llega a Wattpad.
La vida de Madeline Thompson da un giro Inesperado a sus diez años. Cuando sus padres reciben a sus amigos y socios de Nueva Jersey, ellos se mudaron a Malibú con su únic...
La tormenta se soltó en cuanto llegué a casa de los Thompson, la fachada estaba a oscuras completamente y unos grandes candados adornan las puertas principales.
Trepé la entrada principal y bajé con mucho cuidado, llevé mi vista a las cámaras de vigilancia y noté que estaban apagadas. Subí la capucha de mi sudadera para protegerme del viento y el agua. Pero mis gafas no tardaron ni un segundo en empaparse.
Subí por la cornisa de la casa que me lleva directo a la habitación de Madie, justo como lo hice anteriores veces. Para mi sorpresa la puerta estaba trabada con una silla. Golpee un poco la puerta y ésta se abrió.
Encendí mi lampara de mano y caminé por la oscura habitación de Madie, la cual se encontraba conpletamente vacía y unas sábanas blancas tapaban algunos muebles.
-¿Madie?
El eco de mi voz se volvió potente.
Salí de la habitación y exploré el resto de la casa. Todo estaba absolutamente vacío.
-¿Señora Thompson? ¿Madie? -Repetí.
Una sensación extraña se anidó en mi pecho, no hay absolutamente nada ni nadie, las cosas de la familia Thompson no están.
Entré a la habitación de la madre de Madie y se encontraba igual, todo tapado con sábanas blancas y vacío.
El ruido de un rayo me sobresaltó y me golpee en el brazo con un mueble. De repente vi como una pequeña cajita plateada cayó justo en mis pies. Mejor dicho, una grabadora de voz portátil.
Tenía una pequeña cinta con mi nombre en letras negras muy remarcadas.
Reproduje el grabador y escuché la voz de la madre de Madie en una llamada de un hombre con voz distorsionada.
Seguido de eso la cinta se quedó en silencio y de nuevo la voz de la madre de Madie se escuchó. Y enseguida pude escuchar su voz...
"La de mi padre".
Ella le pedía explicación del porque había matado a su esposo, él le dijo sus motivos y nos mencionó a mi madre y a mi como las personas más estúpidas del planeta.
Mis lágrimas cayeron una tras otra. Me negué rotundamente a creer que mi padre hiciera todo eso que confesó en la grabación.
Por impulso arrojé unas cosas que se encontraban encima de ese mueble y voló un pequeño papel. Lo sostuve en mis manos y lo abrí, era la misma letra negra con un escalofriante mensaje:
"¡HUYE!"
Sentí que en ese momento no estaba solo, giré y lo vi a él con un arma apuntando mi frente.
-Hola hijo. -Sonrió maliciosamente.
Cerré los ojos y escuché el ensordecedor disparo.
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