Quien ríe de último...

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- Por favor demos la bienvenida a Joker!!

Suena la clásica música del show y se abren las cortinas coloridas, formando el camino que me lleva por fin al gran escenario. Momento de brillar! Mencioné que soy bailarín? No podía hacerlo de otra manera, salgo al escenario bailando. Sonrío, tiro la colilla de mi último cigarrillo y giro dando tres vueltas hasta llegar donde Murray. El público aplaude entusiasmado. Le doy la mano a Murray y camino hacia donde están los otros dos invitados. Esta es la última oportunidad que tengo de besar a una mujer y si la doctora Sally es lo que hay, pues que así sea. Me acerco a ella que me extiende una mano, pero yo tomo su cara con las mías y le doy un beso como esos de las revistas. El público silva y aplaude. 

- Está bien, doctora?- pregunta Murray - Vaya entrada!!!- 

Tomo asiento en la silla junto a Murray y cruzo las piernas. Miro a mi alrededor. Vaya!! Esto es increíble!! Es como un sueño. Las luces, las personas, los colores brillantes, el ruido de la multitud…tantas cabezas, tantas miradas. Las personas ríen. No sé de qué porque aún no he contado ningún chiste. 

- Estás bien?- pregunta Murray.

- Sí…esto es exactamente como lo imaginaba.

- Al menos uno de nosotros!

Todos ríen y aplauden. Dije algo gracioso? No lo sé. Pero vaya, sí que se siente bien ser aplaudido. Sonrío. Podría haber pasado mi vida entera así. Si tan solo hubiera nacido bajo otra estrella…

- Qué nos puedes decir sobre tu apariencia? Cuando hablamos antes dijiste que no tenía nada que ver con la situación política, cierto? 

- Así es, Murray. Soy apolítico. Solo quiero hacer reír a la gente.

- Y cómo te ha ido con eso?

La gente se ríe. 

- Jajajajajajajaja - finjo reír también.

- Sé que eres comediante. Tienes material nuevo? Nos quieres contar algo gracioso?

Aplausos. Son todos para mí? Esto es en verdad magnífico.

- Sí? Jaja. Muy bien.

Miro a Murray mientras me levanto ligeramente de mi asiento para sacar la libreta de mi bolsillo trasero. 

- Tiene una libreta! Un libreta de chistes.- dice Murray y se acerca, intentando ver el contenido pero cubro la libreta, escudando sus secretos.   

Abro una página al azar y volteo algunas hojas, como si estuviera buscando algo aunque sé que no estoy buscando nada. El único chiste que contaré hoy está en mi bolsillo y no en la libreta. Pero entonces una solitaria frase capta mi atención.

“Solo espero que mi muerte valga más que mi vida.”

Entre todo el desorden de imágenes y garabatos sobresale esa frase, como si gritara. Mis ojos se clavan sobre las letras. Cómo puede un poco de tinta contener tanto? De repente es como si toda la sala se hubiera quedado muda, petrificada. Las personas parecen marionetas sin vida, sentadas mirándome con ojos de vidrio que no ven. En alguna parte escuché decir que el tiempo es como un río. Se mueve a distinta velocidad en distintos momentos. Creo que comprendo a lo que se referían, pues tal parece que el tiempo se ha quedado congelado para todos, excepto para mí.   

Tal como lo ensayé tantas veces, mi mano izquierda baja hacia mi pierna y mi pulgar se introduce disimuladamente en el bolsillo de mi pantalón, encontrándose con el frío cuerpo de la pistola. Mi piel toca la suya y la acaricia por un segundo. Llegó el momento!!

Sonríe y pon tu mejor caraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora