5 The perfect gift

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ADVERTENCIA:
Fic fuerte, cuidado.


Los castigos de Zenitsu siempre incluían cuerdas. Cuerdas de distintos colores y grosor se envolvían por todo su cuerpo dejándolo en posiciones incómodas y extrañas, impidiéndole moverse con libertar, a la vez que una tela cubría sus ojos. A eso se le agregaba el miedo de lo que podría pasarle a continuación.

Tanjiro lo odiaba porque le hacía sentir más vulnerable de lo que ya estaba, sobre todo al seguir desnudo y a merced del otro muchacho o vistiendo ropas extrañas y vergonzosas.

Zenitsu no siempre lo golpeaba, eran contadas las ocasiones en las que había ocurrido algo así, pero no por ello dolido menos. Un Zenitsu enojado era de temer.

- ¡Eres un maldito malagradecido! – Exclamaba furioso el muchacho sentado en su espalda mientras terminaba de anudarle los brazos.

- ¡Lo siento! – Gritaba en vano y asustado por lo que pasaría. - ¡Lo siento!

Zenitsu estaba hirviendo en ira, el tono, sus acciones, todo era notorio. Sintió como le tomaban el pelo y lo tiraban hasta hacerlo levantar la cabeza, se quejó por el dolor.

- ¡Me duele Zenitsu!

- ¡¡A mi mucho más tu traición!!

No lo había podido evitar. Zenitsu había tenido visitas ese día. Genya, Inosuke, Murata, Kanao e incluso su hermana habían ido a visitarlo.

- No quiero que hagas ningún ruido. – Le habían advertido mientras el chico lo encadenaba al closet de la habitación. – Puedes ver y escuchar, pero nada más Tanjiro ¿me entiendes? – Lo observó con una expresión seria dando a entender su punto. – Si haces algo lo lamentarás.

Y el tembló mientras asentía rápidamente para darle a entender que comprendía, que no necesitaba llegar a medidas extremas y dolorosas.

- Seré bueno, no me amarres o amordaces por favor. – Rogó con culpa, pero ya de por si temblando al verse encerrado en aquel lugar. El solo pensar en aquel pequeño, oscuro e incómodo closet le causaba escalofríos.

- Bien. – El chico besó sus cabellos y le acarició el brazo. – Te creeré.

- Gracias. – Susurró con mayor pesar al sentirse aliviado.

No debería estar agradeciéndole por aquello, debería huir o hacer algo para escapar. ¿Qué estaba pasando con él? Era como si sus prioridades estuvieran cambiando, todo por miedo.

El ruido del timbre los hizo saltar. Zenitsu suspiró y con una última caricia junto con un "sé bueno" cerró la puerta del closet para atender a sus invitados.

Tanjiro se quedó ahí, temblando y en silencio mientras escuchaba los ruidos de sus amigos en el piso inferior. Sintió la nostalgia golpeando su cuerpo y como si años hubieran pasado sin haber escuchado aquellas voces. Zenitsu siempre lo mantenía en la pieza, ni siquiera había un televisor, una radio o un celular.

Lo dejaba sin nada para entretenerse mientras el chico se iba a la universidad o realizar otras tareas y él se quedaba ahí, solo, encerrado y con sus pensamientos. Hasta un libro le hubiera gustado, pero cuando lo pidió Zenitsu le preguntó que estaba dispuesto a darle a cambio con una expresión hambrienta. No volvió a pedir algo de entretención porque no deseaba seguir vendiéndose. Ya se sentía como una puta barata al dejarse tocar y tomar por el otro sintiendo su cuerpo reaccionar, lo que menos necesitaba era hacer algo sexual a cambio de un libro o entretención.

Las risas lo sacaron de sus pensamientos y suspiró. Levantó su mano hasta apoyarla en la puerta del closet en un vano intento por acercarse a ellos. ¡Deseaba bajar y verlos! ¡Anhelaba salir de aquí! Realmente los extrañaba. Odiaba su situación y no poder hacer algo para cambiarla.

LocuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora