Capítulo. 22 (La llegada de Luciano).

871 58 5
                                    


El simple roce de los labios de María sobre la piel de su cara, hizo que Esteban recordara su sabor, su suavidad, la dulzura con la que solía besarlo cuando estaban acompañados y la pasión con que solía hacerlo, cuando estaban solos. El olor de su pelo seguía siendo el mismo, el mismo que a él tanto le gustaba, ese olor suave y delicado con el que se solía dormir cada noche hace 18 años.
Unos toques en la puerta rompieron el momento.
E: (de mal humor). Adelante.
G: vengo a despedirme Esteban. Ya terminé de firmar esos papeles con Leonel y vuelvo a España mañana mismo.
E: (Le estrecha la mano). ¿Volverás?
G: claro, amigo mío. Ya sabes lo que me gusta México. Además debo regresar para invitar a comer a esta señorita tan amable y hermosa.
M: (Le estrecha la mano). Gracias, Gerardo.
E: ¿se conocían? (celoso por la forma que tenía Gerardo de mirar a María).
G: nos hemos conocido hace un momento en el ascensor.
E: está bien. Nos vemos
G: adiós.
E: ¿has comido ya?
M: no, aún no he podido.
E: Yo voy a hacerlo ahora ¿me acompañas?
M: te lo agradezco, pero he quedado en recoger a las chicas en tu casa.
E: ¿están las dos allí?
M: si, y seguramente también esté Héctor. Estrella fue allí a buscarlo.
E: ¿y Alex?
M: salió temprano para la universidad. Hoy tenía un examen muy importante.
E: ¿y si recogemos a los chicos y comemos todos juntos?
M: me parece muy bien
E: ¿en tu coche o en el mío?
M: en los dos, en uno no cogeremos todos.
E: (divertido). Me parece que voy a tener que ir pensando en comprar una furgoneta.
Instintivamente, Esteban toma a María de la mano y los dos, toman el ascensor, después cada uno coge su coche y se dirigen a la casa San Román para recoger a sus hijos. Cuando entran en la casa oyen voces provenientes del despacho de Esteban.
Víbian, tenía la cara roja de ira y Estrella le gritaba a la tía Alba.
Es: eso es lo que tú te has creído.
A: mira niña tonta, tu padre se casará con AR el Domingo te guste o no.
Es: Pues entonces no me volverán a ver el pelo por aquí.
A: a mí tus amenazas no me intimidan. ¿Crees que tu padre va a acceder a tus caprichos de niña mimada?
Es: ya se que no, por que tú, utilizarás todo tu ingenio para que ellos terminen casándose.
A: y ¿si ya sabes eso, para qué tanta película?
Es: eres perversa, perversa y mala.
Alba levanta la mano para pegar a Estrella y María, que entraba en ese momento, se la sujeta.
M: no vuelvas a levantarle la mano a Estrella o te las verás conmigo.
E: ¡ya está bien! Si todo este embrollo se ha producido por mi boda con Ana Rosa, deben saber que ya no habrá boda.
A: ¿la has pospuesto?
E: no, la he anulado. Esta misma mañana terminé mi compromiso con ella.
A: ¿qué?
E: no la amaba, y además era demasiado joven para mí.
María sintió un gran alivio en su interior, mientras Alba por el contrario estallaba de celos ya que sabía que Esteban, seguía enamorado de María y que si había roto con Ana Rosa, había sido precisamente por su regreso y por el amor que aún le seguía teniendo.
E: bueno ¿vamos a ir a comer o no?
M: está bien, voy a llamar a Alex ya debe estar de regreso en casa.
Suena el móvil de Alex.
Alex: ¿sí?
M: Hola hijo, en un rato pasamos a por ti para salir a comer. ¿Estás listo?
Alex: sí mamá, pero ven pronto que te tengo una sorpresa.
M: ¿que es?
Alex: tú ven, ven ya.
M: está bien ya voy
Cuando llegaron a su casa, María se llevó una grata sorpresa. Luciano estaba allí, había acudido a su llamada.
M: ¡Luciano! (lo abraza con cariño).
L: ¡María! Mi María. Te he extrañado mucho (la abraza también). No sabes hasta que punto te he echado de menos.
M: y yo a ti, también te he extrañado mucho. (Se abrazan de nuevo).
V: (sale corriendo desde detrás de Esteban). ¡Luciano!. (Salta en sus brazos).
L: ¡Víbian! Mi preciosa princesita, tan loca como siempre. (Le llena la cara de besos). Bueno, tienes muchas cosas que contarle a tu tío Luciano ¡eH!
M: ellos son Héctor y Estrella y él su papá Esteban San Román.
L: (les alarga la mano). Mucho gusto.
E: (encendido de celos). El placer es mío.
L: (Recuerda y se sorprende). Pero él es
M: (no le deja terminar). Un amigo de mis tiempos universitarios.
L: si, claro.
E: bueno, ¿vamos a ir a comer o no?
M: es cierto, salíamos a comer. ¿Nos acompañas Luciano?
L: por supuesto. Estoy hambriento y además esta dos personitas tienen mucho que contarme.
Durante la comida, Víbian, Alex y María Comentaban con Luciano todo lo que habían hecho desde que llegaron a México. Héctor y Estrella pronto se unieron a la conversación, contándole a Luciano, cómo se habían conocido en la universidad y la amistad que se había forjado entre ellos. Esteban miraba la escena con ojos de dolor y de celos.
E: (pensando) Parece que mis hijos adoran a ese hombre y María también.
M: (al ver el dolor en sus ojos). Esteban, tienes que entender que Luciano es como un tío para ellos. Se conocen desde que nuestros hijos nacieron. Él, junto con mi hermano Carlos, Erica y su primo Miguel, han sido la única familia que han tenido.
E: y ¿para ti? ¿Qué significa ese hombre para ti María?
M: yo se que él me ama, pero mi corazón está muerto para el amor. Yo ya no quiero ni deseo amar de nuevo.
E: ¿Cómo puedes decir eso? Todos necesitamos amar y ser amados.
M: como ya te dije antes, mi corazón murió hace 18 años. Tú lo mataste, lo llenaste de soledad y de dolor. Al igual que nuestros hijos, mi corazón también te estuvo esperando Esteban. Esperó por meses, por años una mirada de piedad, una palabra de cariño y hasta alguna caricia. Pero lo años pasaron y esa esperanza se fue desvaneciendo, hasta desaparecer por completo.
E: ¿me guardas mucho rencor verdad?
M: dejemos el tema, no tiene caso que hablemos del pasado. Sólo conseguiremos hacernos más daño.
Un ruido ensordecedor rompió la conversación. Héctor estaba dando golpes con el tenedor sobre un vaso.
H: escuchadme todos. Papá, María ¿Tienen algo que hacer este fin de semana?
Todos le miraban divertidos.
M: no, ¿por?
H: por que he pensado que nos podemos ir todos de acampada a la playa.
V: ¡Hay!, sí. Eso me hace mucha ilusión.
E: pero es que
Es: (suplicante) ¡Anda papá di que si por favor!
E: está bien, por mi no hay problema.
M: yo tampoco tengo nada que hacer, así que, de acuerdo.
Alex: ¿vienes con nosotros Luciano?
L: no puedo, tengo que buscar un departamento y arreglar unos papeles.
H: papá, ¿Por qué no le prestas el departamento que tienes cerca de las empresas?
A María le dio un vuelco el corazón al oír hablar de ese departamento. Esteban aún conservaba su departamento, no se había deshecho de él, de ese lugar donde los dos habían pasado noches de pasión inolvidables. Debido a ese pensamiento, sus mejillas se sonrojaron. Esteban, se percató de que María se había ruborizado al oír hablar del departamento.
E: (pensando feliz). Los recuerdos no la molestan, por el contrario, parece que la hacen feliz.
A Esteban no le gustaba nada la idea de que alguien usara ese departamento. Él lo había reservado intacto. Para él era como un sitio sagrado. Nadie había entrado allí desde que María desapareció de su vida. Sólo él se refugiaba en ese departamento, cuando tenía que desahogar su dolor por la pérdida de su esposa y había sido más a menudo de lo que nadie se imaginaba.
E: (obligado). Está bien vamos a casa y te daré las llaves.
L: no, gracias por tu ofrecimiento pero antes de venir, puse ese asunto en manos de una agencia y mañana tengo tres departamentos para ver. Seguro que alguno de ellos me vale.
E: bueno, pues si no tienes donde pasar la noche puedes dormir en mi casa.
M: no, Luciano dormirá en mi casa. Tenemos mucho de que hablar.
Esto hizo que Esteban hirviera en celos.
L: tú deberías venir también esta noche a casa de María, Esteban. Necesito hablar contigo.
H: ¿por qué quiere hablar con mi papá?
M: son cosas de negocios.
Es: ¿así que esta noche van a ir a aburrirse a su casa?
H: entonces, nosotros cuatro iremos a divertirnos a la nuestra. Papá, ¿Podemos dormir los cuatro en casa?
E: de acuerdo, pero no molestéis a las tías, y ahora vamos a prepara todo lo necesario para la acampada de mañana.
<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

EL CASTIGÓ DE AMARTE Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang