二番目 !

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" Wait a minute, I think I left
my consciousness in the sixth dimension. "

Andar solo por las calles sin rumbo alguno había sido mi día a día desde una edad muy temprana, mis botas hacían un ruido al caminar y chocar con las pequeñas rocas de la acera, estaba frustrado, cansado y molesto, no quería hacer nada y tampoco quería regresar a casa.

me senté en un banco del parque central de la zona y sin muchos ánimos me coloqué un cigarrillo en la boca, como era un lugar público no podía fumar marihuana, al menos no estando consciente, así que me limité a esto.

Respiré hondo tratando de encontrar estabilidad en mi mismo, no podía perder los estribos y tampoco podía rendirme en lo que sea que estuviera haciendo, necesitaba fuerzas, yo mismo me había puesto la soga al cuello al quedarme nuevamente con alguien limitando mi libertad, no sabía si en el fondo quería esa compañía conmigo o si la aborrecía, no encontraba un punto medio, daba igual.

A veces veía a Jimin como si fuera una salvación y por muy idiota que suene, quería para mis silencios que alguien me salve, la vida me resultaba amarga y aburrida pero al encontrarnos me había dado ese golpe de éxtasis y euforia que todos necesitamos para que algo se vuelva adictivo y allí había encontrado mi nuevo problema: la extraña felicidad que me da Park Jimin.

Revisé entre mis bolsillos y solo encontré un billete de un dólar, maldición... ¿no podía ser por lo menos de cinco?, de muy mala gana fui a sacar una lata de cola de una maquina dispensadora para sentarme en la vereda a beberla con calma, antes hacía eso con mis amigos, pero los fui perdiendo uno a uno al juntarme con gente que compartía mis adicciones, que mal rollo, tal vez y solo tal vez no es momento para perder a más personas, debía surgir nuevamente.

No pasó mucho para ver como los faros del lugar se encendieron y por sabiduría sabía que estaban indicando las seis de la tarde, debería volver, Jimin gato asustadizo debe estar preocupado y vaya que yo le doy muchas preocupaciones. El camino a casa fue tranquilo, seguía sin ideas de como conseguir trabajo pero algo se me ocurriría, eso siempre pasaba, no era tan holgazán, espero.

Jimin estaba en la cama y sus ojos se iluminaron al verme ingresar, supongo que de verdad creyó que no volvería, desafortunadamente para él, no se iba a deshacer de mi tan fácil.

—suga... —me sonrió, le devolví el gesto para ingresar a la casa, ya que desde su habitación se podía ver la puerta principal.

—hola gatito... te prometí que volvería—susurré con cierta pena.

—y yo confíe en eso —se rió alentándome a acostarme a su lado.

Con pesadez recorrí la sala hasta llegar al dormitorio y me deslicé hasta llegar a su lado, mis ojos se cerraban de cuando en cuando pero era mas por la paz que Jimin me otorgaba en momentos sencillos como estos.

—¿tienes un sueño? —pregunté de repente para tratar de hacer conversa, por comodidad a veces dormíamos juntos, solo eso... y era porque yo tenía problemas de dolor de espalda y dormir en ese pequeño sofá no era de mi mas grande agrado, pero solo habían sido dos veces.

—¿un sueño? —frunció el ceño sin dejar de mirar el techo.— claro, todo el mundo tiene uno...

—¿qué es? —indagué, su cabeza se reposó en mi hombro después de la pregunta, sentí ese nerviosismo a primera instancia y jugaba con mis manos que estaban mi pecho, su respiración era tranquila y me daba algo de arrullo, como una canción de cuna.

quiero ser millonario.— me removí con un gruñido sacándole una sonora risa

—bien, bien —suspiró.— quise ser bailarín, bailar en los mejores escenarios de Corea... graduarme en la mejor academia... todo en grande.

Mélancolie! | メランコリア.Where stories live. Discover now