CAPITULO 3

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NARRA ELSA.

Entrando a casa, el tío Vernon tomo a Eugene del cabello haciéndole daño, mientras que a mí me tomaba del brazo. Sabía que nos iría mal.

- ¿¡Que fue lo que paso!?- nos gritó.

- ¡Te juro que no lo sé!- respondió mi hermano-

- ¡La serpiente salió sola de la jaula! ¡Fue magia!-dije.

Sin responder, solo abrió la puerta del armario debajo de las escaleras y nos metió cerrando con llave.

-Comprendan que no existe la magia- dijo Vernon entre dientes.

Nos dejaron ese día sin cena, no hacíamos nada solo escuchar los gritos de nuestro tío.

...

Por la mañana fuimos por el correo, Harry las tomo y las miro, yo solo caminaba yendo a la sala pero me detuve cuando mi hermano me miro.

- Elsa, mira- dijo por lo bajo.

Me acerque, me mostro las primeras cartas.

"Sr. Eugene Potter.

El Armario debajo de las escaleras.

4 Privete Drive.

Little Whinging Surrey"

"Srta. Elsa Potter.

El Armario debajo de las escaleras.

4 Privete Drive.

Little Whinging Surrey"

Mire a mi hermano, tenía el mismo gesto de confusión. Fuimos a la sala donde estaba el tío Vernon desayunando y le dejamos las cartas, excepto las nuestras.

- Oh, Marge está enferma, petunia- exclamo al abrir la primera carta.

- ¡Eugene y Elsa tienen una carta, papá!- nos arrebató la carta, Dudley.

- ¡Oye, devuélvenoslas!- dijo Flin.

- ¡Son nuestras!- exclame.

- ¿Suya? Hahaha, si claro...- el tío miro la carta, luego se dio una mirada entre él y la tía Petunia, al final las destruyo.

NARRADOR

Mas lechuzas se detuvieron en un poste de luz después de haber dejado cartas en la casa de los Dursley, tomándolas Vernon las hizo pedazos, los hermanos estaban en el armario jugando con pequeñas figuras cuando escucharon un ruido, abrieron la puerta lentamente y era su tío tapando la rejilla del correo.

- ¡No permitiré más cartas como esa!- anuncio, mientras seguía tapiando la entrada de las cartas.

Al otro día a la hora en la que tío Vernon se iba al trabajo, las lechuzas estaban en el auto.

- Que tengas un buen día cielo- dijo Petunia mientras le daba un beso en la mejilla, se detuvo cuando miro las lechuzas.

- ¡Largo! ¡Fuera!- gritaba espantándolas, sintió el toque de su esposa, la cual le señalo al suelo, donde había más cartas.

Esa tarde de regreso, Vernon tomo las cartas, acto seguido empezó a lanzarlas a la chimenea, quemándolas. Los hermanos lo miraron, él solo sonrió mostrando las cartas y lanzándolas al fuego.

Ellos retirándose entraron al "cuarto".

- ¿Qué crees que digan esas cartas, Flin?- pregunto la pelirrubia.

- No lo sé, quizá nunca lo sabremos- respondió.

El fin de semana llego, estando en la cocina preparando como solían siempre, su tío Vernon se veía más sonriente.

- Adoro este día, en mi opinión no hay como el domingo ¿Por qué Dudley?- miro a su hijo el cual solo se elevó de hombros.

- ¿Por qué no hay correo el domingo?- aventuró Eugene entregándoles galletas a su tío.

- Correcto, Eugene- el tío tomó el plato- el domingo no hay correo, ja. Hoy no recibiremos cartas...-

- Elsa escucho una lechuza, volteo mirando a la ventana, se acercó lentamente hasta abrir las cortinas.

- Flin...- llamo a su hermano y se acercó para ver lechuzas por todos lados.

- Hoy no recibiremos cartas, no señor...- seguía alegrándose el tío.

Antes de que mordiera la galleta algo golpeo su cara, los dos hermanos miraron cuando un zumbido se escuchó por la chimenea, de pronto cientos de cartas salieron volando por todos lados.

-¡Ah! ¡Mamá, mami!- grito asustado el primo.

-¿Vernon, que es esto?- pregunto asustada Petunia.

Flin y Elsa subieron a la mesa de centro tratando de tomar alguna de las que iban cayendo mientras sus tíos y primo estaban aterrados.

Teniendo la de cada uno salieron siendo perseguidos por su tío, trataron de abrir la puerta del armario pero su tío los tomo a ambos.

- ¡Suéltanos!- exclamo la pequeña.

- ¡Son nuestras cartas!- exclamo su hermano.

La tabla que cubría la rejilla del correo fue rota y comenzaron a entrar más y más.

-¡Ya basta! ¡Nos iremos de aquí! ¡Lejos de aquí! ¡Donde no nos encuentren!- empezó a exclamar desesperado el hombre de la casa.

- ¡Ya no sabe lo que dice!- dijo su hijo.

-¡Esto se acabó!- concluyo en tio.

HOGWARTS/ VERSIÓN JELSAWhere stories live. Discover now