Postal #2

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Evelyn

Son las 2:15 de la mañana y me ha entrado un hambre tremenda. Cuando terminamos nuestra luna de miel no sentía tantos antojos como ahora, cada vez mí bebé está más grande y pide más al parecer.

Me levanto con cuidado acariciando suavemente mi, ya pronunciado, vientre. En la cocina saco unos paquetes de galletas de chocolate y voy en busca de leche. Saco el cartón de leche de la nevera y me doy cuenta que está vacío.

Giro los ojos molesta por como Adam siempre se deja los cartones de leche vacíos en la nevera. Suspiro y camino hacia la habitación a paso lento. Lo veo plácidamente durmiendo y entrecierro los ojos negando suavemente.

—Te tomaste mi leche —susurro y lo tomo del brazo moviendolo un poco para despertarlo.

—Mmm —gruñe entre sueño, vuelvo a moverlo con más fuerza hasta que medio abre los ojos — ¿Qué pasa?

—Adam, levántate —digo en tono serio— es una emergencia.

Automáticamente abre los ojos y se levanta del tirón.

—¿Rompiste fuente? ¿Ya viene la bebé? —se pone las pantuflas corriendo y va al armario en busca de un abrigo — se adelantó todo, no puedo creer que esté pasando. Hay que apurarse —su respiración es agitada y se pone a buscar cosas como loco — ¿estás bien? ¿Cómo te sientes? —me mira.

—Baja la emoción muchacho —le digo — no es la bebé —aclaro y él suelta un suspiro cargado de emoción y se tira en la cama — te tomaste mi leche —le confronto.

—¿Qué?

—Te tomaste mi leche, la que me tomo siempre a esta hora —digo despacio marcando cada palabra.

—¿Esa es la emergencia? —parece confundido.

—Sí —respondo con voz aguda y me cruzo de brazos — quiero tomar leche con galletas, necesito que me vayas a comprar leche.

—¿Ahora? —su cara es de contrariedad absoluta — ¿a las dos y media de la mañana?

—Sí, tu te la tomaste —frunzo el ceño y hago pucheros — tu la vas a comprar.

Adam se acerca a mí a paso suave y me da un abrazo y un beso con dulzura en la frente.

—Si de esa manera complazco a mis dos bebés —dice con una sonrisa para luego inclinarse hacia mí vientre y depositar un suave beso.

Se despide rápidamente y va a comprar la leche.

Cinco meses ya de embarazo, aún no sé cómo pasó tan rápido el tiempo. Recuerdo todavía como lloré junto a Adam cuando nos enteramos que sería una niña y como ha comprado de todo desde que llegamos a la ciudad. Me causa gracia que cada vez que le hablo serio piensa que viene la bebé, cuando en realidad aún falta mucho para eso.

Cada momento que he pasado desde que me enteré que estaba embarazada ha sido mágico y no sé si podría haberlo hecho sin Adam a mi lado, si no hubiese tenido su amor incondicional y su constante sobreprotección no sé que habría pasado.

Al rato escucho la puerta abrirse y cerrarse y él aparece por el umbral de la habitación.

—Leche y galletas extra, listas —me dice con una sonrisa pero al instante su semblante cambia a uno más serio, se acerca a mi y toma mi mano — ¿Por qué lloras mi cielo?

¿Estoy llorando?

Toco mis mejillas y confirmo que así es, no sé en qué momento empecé a llorar pero no puedo detenerme. Adam me rodea con sus fuertes brazos y me atrae hacia él dándome mi espacio seguro.

La Cura [Amores Escogidos #1] © (EDITANDO)Where stories live. Discover now