Capítulo 3. La nueva vida de Claude [EDITADO]

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(Narra Claire)

Volví a casa de Helen, destrozada, rota. Ese no era mi Jordan... Jordan...

Me abrió, y al verme así frunció el ceño, y me abrazó.

- Es idiota, definitivamente - escupió sin dejarme decir nada.

Claude y Xavier seguían allí.

- ¿Qué tal...? - no hizo falta seguir la frase - puto Greenway.

- Oye Claude, son las diez de la noche - advirtió Austin, bajando las escaleras.

- Sí, tengo un móvil que me lo dice.

- ¿No tienes nada pendiente? - sonrió con burla.

- No... - se quedó pensativo - creo que no.

- ¿Te suena algo de "hija" o algo así? Llámame loco - se burló Xavier.

- ¡Oh mierda! - chilló, cogiendo a la velocidad del rayo su chaqueta y su móvil - Ai me va a matar.

- ¿Cómo que hija? - cuestioné con gracia.

- Claude tiene una hija - rieron los demás - se llama Claire, tiene dos años.

- ¡Ay mi idiota! - lo abracé emocionada - ¿puedo ir a verla?

- Voy a llamar a Ai, y ya veremos. Seguro que me mata - buscaba desesperadamente un contacto en su teléfono. Lo marcó, y comenzó una conversación con alguien.

- ¿Ai? ¿Quién es Ai?

- Su vecina. Ai Vamp. Creo que se gustan mutuamente - rio Helen - no la he visto físicamente, pero por lo que dice de ella, creo que le gusta. Ella cuida a Claire cuando Claude tiene se estar fuera de casa. Ella trabaja casi siempre en casa, es asesora fiscal.

- Entiendo - reí.

- ¡Chicos, he quedado con Ai! - hizo uno de sus típicos bailes de la victoria, y se puso la chaqueta.

- ¿No tienes que trabajar?

- Hoy libro - respondió con tono cantarín, mientras revisaba algo en su móvil.

- ¿Y quién va a cuidar a Claire? - arqueó una ceja Helen.

- Oh, mierda - suspiró.

- Yo puedo - me ofrecí con una risa.

- ¡¿En serio?! - me abrazó - vamos amiga.

.......................

Llegamos a la casa de mi idiota. Allí había una chica... Igual a Bryce...

- Ai, Claire. Claire, Ai - nos presentó rápidamente, y luego me susurró al oído - es la hermana de Bryce, pero los adoptaron distintas personas.

La chica, de cabellos claros, casi blancos, y ojos claros, apareció con una pequeña niña de cabellos rojizos y unos enormes y brillantes ojos azul mar.

- ¡Es preciosa! - chillé agachándome a su altura, y la cogí en brazos.

Sonrió. Era monísima.

- ¿Sabes cuidar a un niño? - cuestionó Claude.

- Sí, sí, yo me arreglo, iros.

- Hasta luego - salieron los dos de casa.

.......................

Tras llamar a Philip y decirle que tenía que cuidar a la hija de Claude, colgué el teléfono.

Senté a la niña en el sofá, y la miré con una sonrisa.

- Así que tú eres la hija de Claude... ¿Sabes hablar?

- Sí - titubeó.

- ¡Genial!

- Papá dice que soy muy inteligente para tener dos años - soltó con una risa, agarrándose su zapatito con gracia.

- ¿Por qué? - reí.

- Porque sé que está enamorado de Ai - rio ella - ¡tengo hambre! - exclamó acto seguido, saltando del sofá, y encaminándose torpemente a la cocina, tirando de mi mano.

Sonreí, por lo que acababa de decir y porque confiase en mí tan rápidamente.

.............................

(Narra Claude)

Nada más cerrar la puerta, nos besamos ferozmente. Abrió la puerta de su casa, justo enfrente, y entramos.

Allí dentro el beso se relajó.

Llevábamos una semana saliendo, pero nadie lo sabía.

No quería hacerlo público. Me gustaba así, sin que Helen me atosigara, y sin que me dijeran "que ya me había hecho mayor".

La tumbé en el sofá con lentitud, y con cuidado me puse sobre ella. Juntábamos nuestros labios sin prisa, con los ojos cerrados. Había tanto silencio, que hasta resultaba envolvente.

- Claude - me nombró, abriendo los ojos - ¿por qué no podemos hacerlo público?

- Ai... - llevaba varios días insistiéndome en eso, yo siempre evité el tema - no empieces.

- No me parece justo, simplemente. No puedo ni cogerte la mano en sitios expuestos, ¿por qué? Te juro que si me convences, nunca más volveré a preguntarte.

Suspiré, y me incorporé.

- No quiero que mis amigos se burlen de mí.

- ¡¿Qué?! ¡¿Hablas en serio?! - mierda, no servía - ¡¿te avergüenzas de mí?!

- ¡No! ¡Claro que no! Pero... No quiero que piensen que "estoy madurando".

No respondió. La miré. Su boca estaba abierta por el asombro, y sus ojos rabiosos.

- ¿Me estás diciendo que no quieres que sepan que soy tu novia porque no quieres que vean que ya no eres un niño? Tienes diecinueve años, te recuerdo.

Se levantó furiosa, y se encerró en su habitación.

- Ai... - suspiré, la había cagado.

Mis dos idiotas compañeros © 2015-2016 | Inazuma ElevenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora