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Capítulo 13. La prueba [EDITADO]

(Narra Elisabeth)

Llegué al campo de fútbol casi tiritando, ¡joder que frío!

Me dirigí al entrenador Froste:

- Señor Froste, ¿hago ya la prueba?

- Sí, ¿eres defensa no? Tendrás que evitar que Njord marque gol. Sin portero. Tendrás tres oportunidades.

- De acuerdo.

- Ánimo Eli - me susurró sonriente.

- ¡Vamos Eli! - gritaron Bob y Art desde el banquillo.

Sonreí levemente, y me fui a cambiar el chándal, ya que seguía manchado de espaguetis.

Me dieron uno nuevo, y fui al campo rápidamente. Me puse delante de la portería, y Njord en el medio del campo con un balón.

- Njord si quieres empieza desde la portería.

- Si quieres puedes empezar tú con el balón, así tendrías oportunidad de tocar el balón y pasar la prueba.

- Empezad ya - cortó el entrenador.

Tocó el silbato, y Njord se acercó a la portería, y por lo tanto a mí, pero yo le dejé pasar, y corrí a su lado, sin quitarle el balón.

- ¡¿Qué haces?! - Bob sonaba desesperado.

Dejé que Njord tomara ventaja, no mucha, y cuando chutó, como me imaginaba, lo hizo sin fuerza, pensaba que no podía cogerlo, otra cosa es que le dejase marcar.

- Te tengo Snio - murmuré para mí misma.

Dejé que marcara, así usaría la misma fuerza en el siguiente intento, todos los delanteros estrella son iguales; confiados y arrogantes.

- Pensaba que querías entrar en el equipo - su burló volviendo a su lugar, donde le esperaba otro balón.

Preferí no contestar, no quería que me descubriese, es mi truco, dejar que se confíen. Si digo algo muy segura, puede que se ponga más alerta.

El entrenador Froste volvió a silbar, y Njord volvió a acercarse rápidamente a mí, le dejé pasar de nuevo, y como suponía, tiró con la misma fuerza que antes, pero esta vez no marcaría.

Corrí hasta el balón, y lo paré.

- Al final puede que incluso puedas entrar - se burló, volviendo al medio del campo.

Eso me hizo hervir la sangre. Tenía que pasar la prueba, no puedo rebajarme a entrar en el club de Njord Lovers, porque uno: no me gusta Njord, lo más importante; dos: Njord no parará de reírse de mí; tercero: odio que se rían de mí; y cuarto: seguro que me obligan a ser de las que le animen en los partidos, soy muy atlética, y tengo un cuerpo de diosa, por favor.

Me he sentido demasiado estúpida pensando eso último.

El entrenador silbó por última vez y Njord corrió hasta mí, esta vez con mucha más rapidez que antes.

- ¿Asustado Snio?

- Para nada Stonewall.

Intenté quitarle el balón, y estaba concentrada en el balón y nuestros pies, pero entonces me dijo:

- Stonewall, mírame un momento.

- Te estoy mirando - dije sin quitar la vista del balón.

- La cara, no los pies.

Le miré, e hizo algo que me dejó paralizada. Me besó. En los putos labios. Me dio un puto beso en los putos labios. Fue un beso que casi se puede llamar roce de labios, pero no paró de dejarme de piedra.