Jamás imaginé esto

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🛑 ¡ALTO! advertencia, este capítulo es para +18 años, relación homosexual, lime, lemon, yaoi, si no es lo que buscas mejor salta este capítulo, los seguiré llenando de fluff y la historia en el siguiente capítulo, ya una vez advertidos de éste en el que estamos, prosigamos 💜

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No lo podía creer, era imposible,  ¿cómo pudo su Hobi cambiarlo? Ambos sentían tanto por el otro, ¡no era cierto! ¡No podía serlo! Tenía que hablar con él, quizá su hermana se equivocaba, pero ¿cómo podía equivocarse con algo como un compromiso?, y ¿¡quién era esa omega que le había robado el cariño de su Hobi!? - la mente de Tae era una baraña de dudas, lloraba inconsolable temblando donde había dejado su cuerpo caer de dolor, tapaba su rostro y maldecía su suerte.

Tan sumido estaba en su tristeza que no se percató de que Cookie lo había seguido el camino a casa para consolarlo, al abrir la puerta de la sala un nudo invisible se formó en su estómago haciéndolo detenerse de golpe,  Cookie olfateó,  cerró sus ojos y pudo deleitarse con un dulce aroma a Miel de maple, cuando abrió los ojos de nuevo ya no era un amigo preocupado,  el libido se disparó en su interior, su instinto de alfa estaba despierto y ¿al acecho?, ahora mismo su lobo lo guiaba hacia la habitación del segundo piso de donde provenía tan embriagante olor.

La puerta de la habitación estaba de par en par, Tae estaba sobre sus rodillas llorando desconsolado sin darse cuenta que en su profunda tristeza había liberado feromonas y no había dudas que había otro aroma en casa, un olor a almizcle y maderas, sintió un cálido abrazo por detrás, el conocía ese toque,  pero se sentía diferente, la voz de su amigo en su oído se oía diferente,  más profunda y le hizo sentir un escalofrío que recorrió toda su columna hasta  hacerle erizar los vellos de la nuca - ya pequeño osito, tranquilo, estoy aquí - el llanto de Tae se detuvo en seco, y esos brazos que lo envolvían suavemente ahora lo estrechaban, entonces sintió una caricia húmeda sobre su nuca, todo el cuerpo de Tae se estremeció - cuidaré de ti siempre,  no dejaré que te haga nadie más daño - y Tae ya se derretía en ese calor y sintió como si hirviera por dentro, ese olor extraño, su voz y ese abrazo, de pronto sentía que todo estaba bien y ya no importaba nada más, su mente estaba ya nublada y empezó a sentir calidas caricias que recorrían su cuerpo con cierta desesperación, besos en su cuello que viajaban desde su lóbulo izquierdo hasta su omóplato derecho, y una mano forzaba su rostro ligeramente hacia atrás para después sentir un beso invasivo, cargado de dulzura y libido sobre sus labios, una lengua decidida abriéndose paso a su cavidad oral y chocando con la suya, su ropa iba siendo retirada, Tae ya era presa del momento, sedientos besos recorrían ahora su espalda y el peso de este alpha lo forzaba a dejarse caer de frente despacio sobre su pecho, Tae metió instintivamente sus manos para evitar caer de frente y golpearse, ahora estaba casi desnudo en una posición sugerente y vulnerable, haciendo que su compañero perdiera la poca resistencia que aún guardaba, Tae comenzó a soltar gemidos bajos, profundos y roncos, sonando como un gato que ronronea melosamente, Cookie se lame sus labios y los muerde cuando los escucha, por fin tiene frente a él la visión con la que ha fantaseado por años, su amigo Tae en una posición de completa sumisión y deseo ante él y es aún mejor que en su imaginación, masajeo sus nalgas y bajo su ropa interior, por fin veía a Tae en su esplendor, su piel le sabía ligeramente dulce y sus besos le habían causado una electricidad que viajaba hasta la punta de su miembro visiblemente erguido, llevo su lengua hasta la entrada de su amigo y este dejo salir un gruñido al sentirla, empezó a introducir primero un dedo poco a poco y luego dos que jugaban en el interior provocando una excitación creciente en Tae, este ahora susurraba suplicante -más...

Cuando sintió que estaba listo para recibirle y su miembro ya pulsaba exigiendo descarga se colocó encima de Tae envolviendole con su cuerpo y le advirtió - voy a entrar, ya no aguanto - Tae ya estaba también aguantando una erección que exigía atención y un hervor interno que lo quemaba, y sólo pudo asentir suavemente, Cookie entonces penetró despacio y estando todo dentro Tae dejo salir un gemido profundo, miró sobre su hombro a su compañero que ahora lo tomaba con tanto deseo y cariño, sintió que era simplemente perfecto, siempre pensó que Cookie era una monada y sus arranques posesivos y caprichudos lo hacían verse adorable, pero ahora también veía otra faceta de su amigo, ahora veía un alpha que a pesar de su corta edad se imponía y tomaba lo que le pertenecía, podía ver ese rostro lascivo y al mismo tiempo fascinado como si al verlo desnudo estuviera mirando un mar de estrellas, se sintió protegido, atesorado, seguro.

Cookie sintió la mirada de Tae sobre él, encontró sus ojos y se sintió abrumado, millones de veces había imaginado a Tae dedicandole una de esas miradas que le hacía a Hoseok, pero esta era diferente, era sólo para él, una mirada de cariño mezclada con lujuria, sus ojos a medio cerrar y sus labios enrojecidos le hacían verse tan condenadamente sexy, la cadera de Cookie se mecia con ritmo en un vaivén que llenaba a ambos de placer, la casa se invadió de gemidos y gruñidos hasta que ambos llegaron al éxtasis, y sin pensarlo Cookie mordió el cuello de Tae y dio un par de lamidas sobre la marca mientras atendía las últimas emisiones del miembro de su pareja que ahora sentía pulsante en su mano, Tae se retorcía perezosamente entre sus brazos y jadeaba por lo bajo mientras terminaba entre los dedos de su alpha, quien ahora lo giraba para quedar frente a frente y llenar su rostro de besos, jamás se había sentido así antes, correspondido, deseado, atesorado y totalmente en paz, después de varios besos el rostro de Tae estaba sonrojado, escondió apenado su cara en el pecho desnudo de Cookie, aspiró profundo llenando sus pulmones de ese aroma delicioso de su alpha, y dijo - lo lograste Jungkook, ahora soy tuyo, soy tu omega.

Cookie quedó impactado, hace tanto que no escuchaba su nombre en voz de sus amigos quienes desde siempre le llamaban cariñosamente Cookie, incluso cuando se molestaban, que empezó a creer que ni siquiera sabían su nombre, y escucharlo en la voz de Tae con quien había soñado tanto lo había dejado sin habla...

Terminó por sentirse enternecido y orgulloso, era apenas un niño pero ya había logrado uno de sus más ambiciosos sueños, encontrar a su omega destinado y hacerlo suyo y era aún mejor porque era justo el que había despertado tanto en él, sentía que ahora de su mano sería capaz de todo y lo atesoraria siempre como se lo merece.

Tae se quedó dormido entre los brazos de Cookie, su respiración rítmica, su olor que le provocaba tranquilidad y el cansancio de su cuerpo lo hicieron caer en un profundo sueño, ya ni siquiera tuvo tiempo de detenerse a pensar en todo lo ocurrido.

Cookie miraba detenidamente a pocos centímetros de él la belleza innegable de su omega, -se siente genial poder referirme así ahora de él, MI omega, Tae, mi hermoso y provocativo Tae es mío al fin, es MI omega y yo, sólo YO soy su ALPHA, ahora sus celos serán sólo para mí y esa parte de él sólo la veré yo, es  tan hermoso... - pensó mientras seguía acariciando despacio su rostro y su piel como si quisiera grabarse cada centímetro de esa vista en su mente.

Para cuando Tae despertó se encontró con un Cookie que dormía frente a él, roncando bajito, su cara de niño totalmente relajada y su boca entreabierta dejaba ver sus dientes de conejito, - es adorable -pensó Tae - ¿cómo este chiquillo puede ser el mismo que hace un rato apenas me hizo sentir pequeño y protegido?, y ¿cómo pudo haber trasformado su rostro en un viril y cachondo Alpha prendido por el celo de su omega?, ¡es cierto! Ahora soy SU omega - pensó Tae llevándose una mano a su cuello adolorido para sentir la marca de los dientes del alpha que lo había marcado - ¡condenado mocoso lo lograste! - y una risa enternecida salió de Tae, ahora tenía un alpha que realmente lo quería a su lado y lo hacía sentir seguro y amado, lo que siempre había querido.

Jamás creyó realmente que sería su amigo de la niñez a quien amaban incondicionalmente pero que nunca tomaban en serio cuando hablaba de que sería un alpha fuerte y exitoso como todos los de su familia, ahora que lo veía detenidamente le parecía guapo, y ese ejercicio que hacía últimamente le hacía verse fuerte y llamativo, ¿porqué no lo había notado antes? Antes de esa noche siempre lo veía como ese chiquillo caprichoso que los perseguía y los hacía reír con sus ocurrencias, ahora podía verlo también como su lugar seguro y su protector.

Le dejo dormir un rato más para después despertarlo con besos y pedirle que comieran algo, Cookie se levantó perezosamente así como Tae y caminaron hasta la cocina donde prepararon Ramen, los padres de Tae regresarían hasta en un par de días de visitar a sus familiares, así que no molestarían a nadie si seguían un rato más juntos explorando este nuevo lazo entre ellos, al terminar de comer Tae sentado coquetamente en el regazo de Cookie alimentandolo, le provocaba diciendo - Jung Cookie... vamos al sillón... - con su voz más aniñada y melosa.

Cookie se sentía excitado y le encantaba escuchar así a Tae, ahora esas miradas de amor y deseo que tanto había imaginado no se comparaban con lo que hacía Tae y como lo hacía sentir, quería volverlo a tomar, quería tomarlo si pudiera sin pausas durante todos los días de su celo, impregnarse de su olor y portarlo orgulloso porque al fin tenía justo el omega que siempre había deseado frente a él amandolo y deseandolo sólo a él, nada más le importaba si lo tenía cerca.

Cookie cargó a Tae sorprendiendolo una vez más con su fuerza hasta el sillón,  el mismo donde habían pasado tanto tiempo jugando videojuegos y hablando tonterías, ahora era testigo también de sus besos y caricias, esta vez más espaciadas y suaves, explorandose mutuamente.

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