carmen

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-¿estas amenazándome?-

-no, porsupuesto que no- sonríe -sabes algo padre, siempre eh sentido que no te intereso y lo compruebo cada vez que tu me dices en la cara lo inútil que soy, eh sufrido tanto y tu nisiquiera lo sabes- comienza a reír

-¿que te pasa Carmen?- confundido

-papa me hicieron daño, me hicieron mucho daño, alguien me hizo mucho daño- 

-¿quien te daño? solo estas tratando de llamar la atención- enojado

-¿sabias que fui violada?-

El padre de Carmen se quedo helado ante las palabras de su hija

-¿qui-quien?-

-tu padre- sonrió Carmen

-no, ¡estas mintiendo!- 

-¡si papa, mi abuelo me violo cuando solo tenía 10 años, tu padre! ¡TU ADORADO PADRE!, ¡Me violo! ¡Y yo solo era una niña!- decía Carmen con lagrimas en los ojos -yo lo amaba- su voz comenzaba a quebrarse -el me hizo creer que me amaba y abuso de mi, ¡grite por ayuda y nadie me ayudo! suplique por clemencia y el no paro, desee morir pero dios no me escucho-

-no, no ¡nooo!- lanzo las cosas lejos mientras sentía un enorme nudo en la garganta

-mírame a los ojos, mira a tu hija, a la que no pudiste ayudar esa vez, dime papa, ¿puedes vivir con eso?- 

-no, yo no puedo, ¡yo no puedo!- tomo las llaves de su auto y salio uyendo de la casa

-¿vas a suicidarte papa?-

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-¿quieres jugar mi niña?-

-¿a que jugaremos abuelito?-sonreía Carmen

-vamos a jugar un juego diferente hoy- la tomo de la mano y la llevo a la habitación 

-abuelito tu y yo siempre seremos amigos ¿verdad? porque tu me amas- 

-yo te amo Carmen- cerro lentamente la puerta -solo dolerá un poco, no es malo, es parte de crecer

-¿que quieres decir abuelito?-

Todo se torno obscuro y el abuelo de Carmen perdió su hermosa sonrisa

-NOOO, ¡para! ¡me duele! ¡AAA! ¡no me gusta! ¡para! ¡abuelito!- su voz se hizo débil entre llantos y suplicas -porfabor detente, deten...te-

-si no fueras tan tonta sabrías que el amor en realidad no existe-

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-"si no fueras tan tonta sabrías que el amor no existe"- sonrió Carmen mientras las lagrimas resbalaban una a una por sus mejillas -es cierto abuelo, el amor no existe y tu me lo demostraste aquella vez-

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-yo... no puedo vivir así, esto fue mi culpa- se aproximo a la orilla de ese gran edificio y salto acabando con su vida

-¡papa!- corrió Carmen hacia el llorando -¡papa!- se arrodillo ante aquel yaciente cuerpo -¡papa porque lo hiciste! ¡dijiste que lo harías y yo no te creí! ¡papaaa!

Carmen.