Detrás de un fantasma.

PARTE 13: FESTIVIDAD.

Llegué a mi habitación. Al entrar me encontré con Thomas dialogando con Anthony, entre risas se detuvieron un poco para recibirme.

-Buenas noches soldado -Dijo Anthony extendiendo su mano hacia mi.
-Hola Anthony, ¿A qué debemos tu visita? -Pregunté extrañado.
-Quería avisarles que pronto se hará una pequeña cena para todo nuestro personal así como civiles eventuales. Quisiera que estuvieran ahí.
-¿Irá Brigitte? -Pregunté sin pensar mi pregunta.
-Jajajajaja Luis no seas obvio hombre -respondió dándome un ligero golpe en la espalda Thomas.
-¿Estás enamorado de ella? -Preguntó Anthony titubeante.
-No, no de ninguna manera -Respondí ante dicha tensión -Me ha mostrado durante meses muchas técnicas de combate, la admiro únicamente.
-Bueno, pues de hecho ella será la organizadora de nuestra cena. Quizás puedas ir a ayudarle -Respondió Anthony bastante amable -Ocupará bastante apoyo ahora. Yo estaré en la zona de enfermería ayudando a algunos de los soldados que salieron a buscar sobrevivientes.
-Es verdad, ¿Por qué nunca he podido ir a combate? -Pregunté.
-No debes tardar mucho en ir, yo llevo años en combate y también me siento oxidado. -Contestó Thomas.
-Para la próxima búsqueda quisiera que estén ustedes conmigo -Respondió Anthony -Sabes que iría. Los viejos tiempos nunca mueren -Respondió Thomas.
-En fin, debo retirarme colegas. Espero verlos pronto en combate.

Nos despedimos de él para continuar hablando nosotros. Sin embargo, quedé bastante intranquilo con la actitud de Anthony, ya de por sí mi estadía aquí es muy difícil por el mastodonte, ahora sería difícil sí él está enamorado de ella.
Llegaron los demás compañeros de la habitación, dándome un hueco para poder escapar sutilmente. Al salir, fui preguntando donde se encontraba Anthony durante un buen rato hasta que por fin lo encontré. Se encontraba en la torre norte haciendo guardia.

—Te tocó sólo está noche, ¿Verdad? —Pregunté mientras me acercaba.
—Soy de los de más alto rango —Sonrió —Normalmente hago esto solo por la confianza que me da mi rango.
—Te ha costado llegar a él, supongo.
—Bastante, muchos años de entrenamiento pero al final estoy feliz de lo que soy. —Sacó una pequeña caja de su chaqueta —¿Un cigarrillo?
—No te ves como un fumador —Respondí tomando un cigarrillo de la caja.
—No lo soy, pero los confisque a unos niños y quería probarlos. Para mi buena suerte no lo haré solo.
Después de aquél comentario nos quedamos fumando en silencio unos minutos. Honestamente no sabia como empezar la conversación con él.

—Anthony yo... Quería preguntarte sí tú...
—Con toda mi alma —Respondió sonriendo.
—Pero ni siquiera te he preguntado nada.
—Lo intui, justamente estaba pensando en lo obvio que fui estando allá abajo con Thomas.
—Supongo que entonces tú y ella...
—No —me interrumpió —La amo con toda mi alma, y aunque en algún momento pudo suceder algo, al final quedamos sólo como buenos amigos.
—Lamento saber eso. —Dije sin saber cómo reaccionar.
—Me agradas Luis —Dijo manteniendo su sonrisa —Y tranquilo, no soy cómo mis colegas. Yo respeto qué ella te guste y jamás te sabotearia.
—Pareciera que me lees la mente.
—De ninguna manera. Sólo me veo reflejado en ti. Cuando la conocí ella ni siquiera llegaba al rango de soldado, digamos que fue un accidente qué coincidieramos de esa manera. Ahí también conoció a Thomas y al resto de nuestro equipo. Ella me salvó la vida aquella vez, y aunque desde entonces la he amado, fui bastante cobarde. Espero que tú no, Luis, no me decepciones.
—Yo... –Suspire —Haré mi mejor esfuerzo. Realmente la quiero.
—Te puedo decir que es una chica difícil —rió—No por nada le tienen pavor algunos.

Continué hablando al respecto de ella con Anthony. Él trataba de darme consejos y aunque se los agradecía, mucho de ello yo ya lo sabía. Me daba gracia saber que ni la guerra, ni nada había cambiado esa esencia que conocí años atrás en ella. Ahora debía empezar a mover mis piezas, enamorarla para que al fin le pueda decir quién soy yo.