Sus pulmones, los sentía vacíos y pesados. Le era difícil respirar. No podía recobrar ni siquiera un poco de todo el oxígeno que escapó de su organismo desde que inició a jugar. Todo mundo lo miraba con una expresión de preocupación mientras estaba tendido en el frío césped sintético, otres sólo reían y seguían jugando Basketball.
No es como si sufriera de asma ─aunque a veces lo suponía─, tampoco era tan terrible en los deportes. No... En realidad nunca lo fue, simplemente su rendimiento era bajo por no haber tenido el descanso suficiente. Sí. Le gustaba mucho jugar con sus amigos, pero a veces el cansancio terminaba ganándole, obligándolo a sentarse en la banca y tomar toda el agua que pudiera, para así, aligerar sus ganas de recobrar el aliento. Suponía que lo que le sucedía era normal. En esos momentos deseaba el haberse quedado en su casa y dormir apropiadamente, aunque sabía que no aguantaría ni un otro segundo ahí luego de lo de ayer.
Cuando pensó en volver al juego para que dejaran de mirarlo con preocupación, sintió como su mente se nublaba y su cuerpo de repente se ponía liviano. Era algo parecido a como cuando se levantaba de su cama de un salto, pero más tosco. Como si estuviera a punto de caer de un peñasco altísimo. Estas sensaciones le hicieron devolver su cabeza al suelo, posteriormente, comenzó a sudar frío. La gravedad jugaba en su contra, por lo que cerró sus ojos ante la pesadez. De la nada, chirridos de grillos inundaron el lugar que ahora estaba en rotundo silencio, muy parecido al sonido de la apacible noche. Desconcertado, abrió los ojos como pudo, encontrándose en el mismo lugar del bosque de ayer: cerca del risco con la vista hacia la luna llena. Su respiración volvió a ser erradica, mientras veía como una figura que se le hacía conocida, salía desde los arbustos. Inmediatamente supo quien era, pero sus ojos y su voz le confundieron. Sus ojos ya no eran azules zafiro, ahora eran rojos como la sangre, y a diferencia de la serena, pero profunda voz que escuchó ayer, esta era algo aguda y aterciopelada. Notó lo parecidos que eran, sin embargo, no era él. A fin de cuentas, el ser atacado por el impostor fue lo único que recordó, antes de salir del ineludible mar negro en el que se sumergió en un principio, regresando a la cancha, sobre el césped que picaba bajo sus extremidades.
── ¡Despertó! ──gritó Jeongin.
── ¿Acaso estabas durmiendo? ──preguntó Jisung en seguida.
── No creo, ¿te desmayaste...? ──luego Seungmin dudó, y al no recibir una respuesta, terminó suponiendo por su cuenta── ¿No desayunaste?
── Uuh... ──fue lo único que Felix le respondió, sin embargo las preguntas continuaron su lluvia, cayendo como bombas, ocasionando que Changbin se alarmara al ver lo abrumado que Felix se veía. Este ni siquiera podía enfocar sus ojos apropiadamente, así que el bajito apartó a los chicos de encima suyo.
── Basta, lo van a marear más. ──amenazó con golpearlos, luego ablandó su expresión afligida al mirar de lleno a su amigo── ¿Estás bien?
── Un poco... Mi cabeza da vueltas. ──dijo como pudo. Changbin asintió en comprensión con una mueca seria.
── Creo que deberíamos llevarte a la enfermería.
── Pero, me siento bien...
── Eso piensas, pero en realidad estos dos babosos casi lloran porque no despertabas. ──apuntó hacia Jeongin y Jisung. Seungmin rió a carcajadas, asintiendo de acuerdo.
── Jisung incluso te cacheteo, pero seguías igual de tieso. Duraste así unos diez minutos.
En el momento que Felix escuchó aquello su rostro pareció cobrar vida. Según él, la rara y oscura fantasía que tuvo duró menos de un minuto. Además, sólo había cerrado sus ojos, él estaba consciente. ¿Por qué razón lo habrían "cacheteado", estando él despierto? En ningún momento sintió que se había dormido, o quizá desmayado... Raro.
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❛ even a shadow needs light to exist ❜ minchan
FanfictionFue gracias a una rivalidad anticuada, que la oscuridad lo consumió por completo. Mas, dolorosamente, Minho aún seguía respirando. Tantas cosas pasaron, que al final, el procesar la verdad se convirtió en un gran reto. Tomando en cuenta los efectos...
