Capítulo 24

1.2K 57 3
                                    

—¡Sí, Thomas! ¡Las fotos, los argumentos, todo era falso! ¿Y sabes por qué? ¡Porque quería vengarme de ti por haberme botado como una vil perra! ¡Quería que fueras igual de infeliz que yo cuando me dejaste! —Gritó Stefanie a Thomas.

—¡Eres una enferma, Stefanie! —Respondió de la misma manera en que ella lo había hecho.

Dos semanas después del drama que se había armado en casa de los Müller, todos los testigos habían sido citados a un careo para confrontar a ambas partes afectadas.

Después de casi dos horas de discusiones, Stefanie había confesado los verdaderos motivos por los cuales trató de dañar a Thomas y a Karianna.

Puede que lo que hizo fue algo mínimo, pero había actuado estúpidamente, por lo que el juez dictó una sentencia de un año y cuatro meses, además de pagar una multa por los daños a los afectados.

Al menos ahora Thomas tenía la seguridad de que esa loca no los molestaría por un buen tiempo y esperaba que así fuera toda la vida.

Cuando salieron del juzgado, cada uno tomó su rumbo. Karianna y Thomas habían estado separados durante las mismas dos semanas en que se habían llevado a cabo los procesos indispensables para su caso.

Hablaban lo necesario, se veían lo necesario. Pero estaban necesitados el uno del otro.

Al día siguiente, Thomas visitó a Karianna. Había llegado la hora de hablar de frente como dos adultos.

Se sentaron en un sillón como normalmente lo hacían. Ninguno de los dos se dirigía la mirada.

Thomas tenía las manos unidas sobre sus piernas, y Karianna jugaba nerviosa con sus dedos.

—¿Cómo estás? —Preguntó Thomas con interés.

—Bien, ¿y tú? —Respondió suavemente Karianna.

—Bien, también.

De pronto, la sala se ensordeció. Ambos callaron.

Él no sabía cómo empezar a decirle todo lo que quería. Trataba de encontrar las palabras adecuadas para evitar ‘regarla’.

—Thomas… —Dijo Karianna interrumpiendo sus pensamientos.

—¿Hmm?

—He estado pensando en nosotros, nuestra situación —Relamió sus labios.

—Yo también lo he estado haciendo. Debemos hablar sobre lo que pasa.

—Estoy de acuerdo —Se animó a mirarlo— Y por eso he pensado que lo mejor es que nos separemos definitivamente —Pausó por un segundo— Que nos divorciemos.

Thomas abrió los ojos de golpe. ¿Divorciarse? ¿Qué le estaba pasando?

—¿Pero qué estás diciendo? ¿Te has vuelto loca? —Preguntó sorprendido.

—No, Thomas. Estoy totalmente cuerda. Se lo que estoy diciendo. No quiero darte problemas, así debió haber sido desde el principio. Esto no tuvo que haber pasado nunca. Jamás debí haberme creado ilusiones que solo se quedaron en eso.

Los azules ojos de Karianna comenzaron a hacerse agua. Le dolía el pecho de tan solo haber pronunciado las palabras que tanto había ensayado por días.

Bajó la mirada reteniendo los sollozos. Esperó unos momentos para escuchar la respuesta de Thomas pero recibió una negativa.

—No.

—¿Qué? —Levantó la cara.

—Que no te daré el divorcio. Nunca lo haré —Dijo seriamente.

—Thomas, no hagas esto difícil. Debemos hacerlo —Suplicó Karianna.

—¡Que no, Kari! ¡No!

—¿!Por qué te niegas a hacerlo!?  —Preguntó angustiada.

—¡Porque te amo! —Gritó exasperadamente.

El corazón de Karianna se detuvo. ¿Había escuchado bien? ¿Había dicho que la amaba?

—Thomas…

—No, Karianna, ya no voy a callarlo. He querido decírtelo durante mucho tiempo, pero las palabras no me salían. Estaba seguro de mis sentimientos, pero no de poder decirlo así. Te amo por mil y una razones, y puedo gritarlas al aire sin miedo alguno —La tomó de las manos y las puso sobre su corazón—. Soy un ridículo enamorado, pero soy tu ridículo enamorado y en ningún lado vas a encontrar a un payaso que te ame de la misma forma en que yo lo hago —Sonrió—. Sé que he sido un completo estúpido por dudar de ti y por tratarte de la peor manera y por eso quiero pedirte perdón —Se puso a la altura de sus rodillas—. Te pido que me perdones por todo lo que he hecho, por todas las veces que te lastimé y por todas las que te grité. También sé que hablo demasiado y que probablemente ya no sabes ni por dónde empecé, pero quiero decirte algo. ¿Aceptarías pasar el resto de tu vida junto a mí? Debí habértelo dicho desde el principio y me arrepiento de no haberlo hecho pero ahora lo estoy haciendo y no acepto un ‘no’ por respuesta.

Ella torció los labios y se cubrió el rostro con las manos. Su rubia melena cayó por los hombros cuando bajó la cabeza.

—De nada sirvió todo lo que dije, ¿verdad? —Preguntó Thomas con desilusión.

Entonces Karianna estalló en sonoras carcajadas.

—¿Es que acaso he dicho algún chiste? —Levantó una ceja.

Ella se limpió las lágrimas causadas por la risa y lo miró tiernamente. —Podrás ser un payaso, o ridículo enamorado —Le tomó la mano—. Pero así te amo —Dijo Karianna comenzando a llorar pero ahora de felicidad.

—¿Entonces? —Preguntó Thomas con media sonrisa.

—Claro que acepto pasar el resto de mi vida contigo. No, espera, aceptamos —Rio cuando escuchó a Max llorar desde su corral.

Thomas cargó a Karianna y le dio vueltas en el aire. Se sentía plenamente feliz y nada ni nadie iban a derrumbarlos pasara lo que pasara.

—¡Kari! ¡Alguien está tocando el timbre! —Gritó Thomas desde la cocina.

—¡Que hoy te hayas animado a cocinar no significa que yo debo hacer todo en esta casa! —Contestó mientras caminaba junto con el pequeño Max a su lado.

Karianna abrió la puerta y puso una cara de confusión al ver a la bella mujer de ojos verdes frente a ella.

—Buenas tardes —Saludó la mujer.

—Buenas tardes —Devolvió Karianna dudosa.

—¿Se encuentra Thomas? —Preguntó.

—¿Quién lo busca? —Cuestionó a la defensiva.

—Lisa —Le sonrió—. No sé si me conozcas, pero soy una antigua exnovia de Thomas. Vengo en son de paz, no te preocupes —Dijo al ver como Karianna frunció el ceño.

—Pasa —Se hizo a un lado para dejarla pasar—. Permíteme.

 Karianna fue a la cocina. Estaba celosa y furiosa. ¿La exnovia de Thomas? ¿Qué quería? Fuera lo que fuera, pasara lo que pasara, defendería lo suyo con uñas y dientes.

—Thomas, te buscan —Dijo secamente.

—¿A mí? —Volteó mientras se limpiaba las manos con una servilleta.

—Sí, a ti.

—¿Quién? —Preguntó con curiosidad.

—Lisa.

_______________________________

Hola chicas :)

Perdón por no haber subido un capítulo ayer, pero es que he estado un poco enferma y tenía mucha tarea que hacer, pero aquí está haha.

Feliz Thanksgiving para aquellas que lo celebren! xx 

They Don't Know About Us (Thomas Müller)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora