Me enamoré del chico incorrecto, otra vez.

Capítulo 4: No puedes huir

¿Por qué? No lo entiendo primero aparece Adam, luego Avril se muda. ¿Qué es lo que sigue? ¿No puedo huir de aquél día jamás? Maldito el día en que me uní esas personas creyendo que era un "grupo de estudio". Realmente fui demasiado estúpida.

Mientras más me iba hundiendo en mis pensamientos me llega un mensaje de texto.

"Hola conejita, me recuerdas?". 

DIOS. Del susto dejé caer mi teléfono al suelo y toda la clase volteo.

—Tranquilos, no pasa nada solo fue un accidente— sonreí para no demostrar que me estaba muriendo por dentro.

 Es que enserio no puede ser posible, dejé que me atormentaran por meses y ahora cuando las cosas están marchando bien puede que pierda a Nate y Grace. Maldita la hora en la que aparecieron Avril y Adam, maldito el momento en el que creí que podría dejar mi pasado atrás.

Mientras iba caminando por mi descuido me golpeo contra la puerta del baño de hombres.

—Mierda—musité.

—Hola guapa, ¿estás bien?

Cuando alzo mi mirada puedo notar a este extraño chico de cabello azul oscuro.

—Eh...sí, solo un descuido mío de no ver de dónde pasaba—dije acomodándome la chaqueta.

—Con las prisas que andas ni siquiera sabes donde andas parada, soy Scott por cierto— y me muestra su sonrisa de oreja a oreja.

—Alexa....un gusto, adiós—me despido caminando hacia la cafetería para encontrarme con los chicos.

—Hola reina—dice Liam mientras trata de colocar su pajilla en su bebida.

—Hola chicos.

—¿Qué te pasó en la frente, Alexa?—dice Grace

—Me golpee con la puerta del baño de hombres y me crucé con un chico llamado— trato de recordar su nombre— Scott, creo que así se llama.

Grace me mira con una mirada de duda.

—Ese chico solo trae problemas y colecciona corazones como si fuera un juego—bufa.

—Si, Alexa tiene un reputación mala en la escuela—dice Liam mientras come su postre favorito. Torta de chocolate—pero, como todo aquí nunca puedes valerte de lo que digan los demás. Antes decían que yo era un rompe corazones y lo único que rompía eran rompecabezas porque no me salían.

—Es verdad, aún recuerdo cuando te gané en esa fiesta en la cabaña—dice Nate mientras lee un libro de ¿Wolfgang? no sabía que era tan culto.

Me tomo mi tiempo para armar una respuesta favorecedora y dejar el tema atrás. Pero en eso siento como me empujan y cuando estoy apunto de reprochar veo que es Avril.

—Sisisi, Scott. Muy guapo por cierto.

—Hola Avril— saludan los chicos.

—Hola corazones—me mira— y Alexa.

—Siempre tan cariñosa—sonrío, no puedo caer en el juego de Avril de pelear por su atención, no soy la misma Alexa de Brooklyn, esta soy yo. Una nueva y mejorada Alexa. Te doy un punto esta vez. Gracias cerebro.

—Alexa querida ¿Ya sabes que Adam está en esta escuela?

—Sí, si lo sé me toca una clase con él—digo tratando de aparentar que no sé que es lo que está tratando de hacer Avril. 

—¿Quién es Adam?— dice Grace tímidamente. Dios es tan inocente, Avril la haría añicos si quisiera.

—Es por eso que me caes bien, pequeña Einstein. Pues verán, Alexa antes de mudarse aquí. Estaba en otra escuela en Brooklyn, tuvo amigos y su vida fue una maravilla.