Cap 2 Jane Austen

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—No lo acepto, no quiero, que no entiendes, te amo.

—También yo, pero lo nuestro no puede ser, perdóname..........




New York

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New York

—Bueno días Pearl. Carol entró como rayo a su despacho. Desde que la conoció la llamo así, y para Alex el que usara su segundo nombre significaba un cambio en su vida.

—Buenos días jefa, ¿Por qué tan a la carrera? Carol se sentó frente al imponente escritorio.

—Ay por dios ya no me digas así, tanto tu como yo somos las dueñas de todo esto.

—Por ti estoy donde estoy, para mi seguirás siendo eso, mi jefa, y punto. Carol levanto los brazos rendida con las palabras de Alex. Dime que puedo hacer por ti.

—Como ya te había dicho, dentro de quince mi hija se recibe con honores en su carrera de derecho, y estoy nerviosa no sé qué obsequiarle; bueno tengo la mitad de su regalo, ella aún no sabe cómo ha crecido mi empresa..., perdón, nuestra empresa, hace mucho le dije que trabajaríamos juntas cuando tuviera la mía propia, y ahora que la tenemos, quiero que trabaje aquí en el departamento legal, ¿espero no te moleste?

—Tu eres la jefa, por mí, ella será bienvenida a formar parte de Vause and Rush, Carol respiro aliviada.

—Gracias Pearl, no sabes lo tranquila que me dejan tus palabras, bueno pero además quiero darle algo más y no sé qué... Carol se miraba desesperada

—Haber, primero cálmate mujer, piensa en algo que la apasione.

—Eso lo se perfectamente, le gusta leer como a ti, es tan romántica. Alex sonrió.

— Porque te complicas, regálale un libro.

—¡Pearl! ¡¿Como que un libro?!

—Haber Carol, no sería cualquier libro, si ella es tan romántica como dices, basta con que elijas algo especial. Carol se quedó pensando...

—Es que mi nena es tan... soñadora, que no se cual regalarle. Alex se quedó pensando,

—Quizás algo de Jane Austen por ejemplo. Carol abrió los ojos con un brillo de alegría.

—Jane Austen, ¡pero claro,! Como no se me había ocurrido antes, eres un genio. Se paró de inmediato para salir casi corriendo, antes de llegar a la puerta se detuvo para girarse y ver de nuevo a Alex. —¿Y donde voy a conseguir un libro de ese autor? Alex meneo la cabeza sonriendo.

—No te preocupes, yo te conseguiré el mejor, tu solo debes pensar en tu viaje.

— Gracia querida, me salvaste, tú y mi hija son tan parecidas, que..... Se quedó pensando un momento, pero después continuó con una pregunta— ¿Puedo preguntarte algo? Regreso sobre sus pasos.

Destellos de AmorWhere stories live. Discover now