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Martes 7 de Abril de 2015.

Ubicación: Culiacán, Sinaloa, México.


8:30 AM



Alessandra POV:


Después de la linda reunión familiar que se le había ocurrido a mi hermana, mis padres en automático quisieron regresar a casa, al estar en la misma ambos se encerraron en su habitación y decidieron no salir de ahí, escuchaba como discutían, pero no era quién para juzgarlos, solo me dedique a permanecer en mi habitación y esperar a que el día terminara.

Así fue que esta mañana llego sin novedad, al parecer mi padres habían salido temprano, me percate de ellos cuando me vi sola en el desayuno, Alma la encargada de la cocina, me sirvió los alimentos y me deseo un buen día.

Suspire y me resigne a comer acompañada solo del sonido de mi respiración, pero de un momento a otro el timbre de la casa se dejo escuchar, no le tome importancia al saber que alguien se encargaría de abrir la puerta, por eso decidí seguir en lo mío, justo cuando terminaba de tomar un sorbo de mi café, Mariel apareció en el comedor.

- ¡Me tienes que contar todo con lujo de detalles!. - con emoción corrió y tomo asiento a mi lado.

- ¿De que hablas?. - mencione antes de tomar un bocado de fruta sin entenderla.

- No te hagas la tonta. - empujo levemente mi hombro. - Hablo de las flores que se encuentran en el recibidor. ¡Están preciosas!. - una gran sonrisa adornaba su rostro. - Ya dime quien te las dio.

- Si son lindas no lo niego. - tome otro sorbo de café. - Y sinceramente no se quien las mando, las dejaron aquí sin remitente. - me vi forzada a mentir.

- Que raro. - se quedo pensando un momento. - Así que ya tienes un admirador secreto, tal vez es alguien de la Universidad, o hasta un doctor del Hospital. - alzo sus cejas con picardía.

- No comiences con tus teorías locas Mar, son unas simples flores y ya. - decidi restarle importancia esperando que dejara el tema de lado.

- Ay, que amargada eres. - rio. - Pero bueno ahora que terminaste de desayunar vendrás conmigo. - sin avisar tomo mi muñeca y me puso de pie.

Ambas comenzamos a avanzar hacia el recibidor, al llegar ahí mi amiga me coloco a un lado de las flores, me sorprendía al observarlas, lucían hermosas gracias a que los rayos del sol que se filtraban por los ventanales de la sala impactaban directo sobre ellas.

- Siéntate. - ordeno mientas me señalaba con su índice.

- ¿Qué diablos te pasa?. - la mire extrañada.

- Hazme caso y solo siéntate. - me dijo casi gritando.

- Esta bien, no te alteres. - tome asiento junto a los ramos extrañada y la mire.

- Ahora sonríe que te tomare una foto. - hizo un movimiento extraño y saco su celular.

- Estas loca Mariel guarda eso. - señale su móvil.

- Anda no seas amargada, este momento lo debemos capturar para siempre, por que con lo rara que eres, no creo que te manden flores de nuevo. - ella rio y yo atine a mostrarle mi dedo medio en respuesta.

Tuve que detener mi acto cuando la luz del sol comenzó a encandilar mi vista, por lo que me cubrí la cara.

- ¡Perfecto!. - exclamo mi amiga emocionada.

- ¿Me puedo poner de pie?. - la mire.

- Claro. - se acerco a mi entretenida en su móvil.

Iba a hablarle pero sentí como vibro mi celular, lo saque del bolsillo de la bata de mi pijama y mire la pantalla, era una notificación de mi amiga en nuestro chat, abrí el mensaje y pude ver que me mando la foto que acababa de tomarme, sinceramente había quedado bien, el color de mi cabello resaltaba con la luz y cada flor brillaba perfectamente.

CHICO MALODonde viven las historias. Descúbrelo ahora