Capítulo 10 ~ No existe clave para sentir.

891 100 179
                                    


¿Que si un auto casi atropella a Feng Xin mientras salía corriendo de Cloud Institute, camino a algún lugar que ni él mismo sabía? Si, era verdad. Una incuestionable realidad.

Feng Xin quería que la tierra lo tragara.
Estaba seguro que la sensación de querer huir a algún lugar donde nadie pudiera verlo, porque hiciste algo que no debías o de lo que estás tan avergonzado que no podrías ver a alguien a la cara, era lo que estaba sintiendo en ese mismo momento.

¡¿Que carajos es lo que había hecho?!

Siempre le habían dicho que era una persona muy impulsiva, él mismo lo sabía, lo acepta, pero jamás había pensado que esa característica suya que era, a veces, algo que lo ayudaba en situaciones inmediatas, pudiera hacerlo actuar de manera tan vergonzosa y peor aún, con Mu Qing de por medio.

Por los dioses, Feng Xin jamás había pensado que su instinto pudiera traicionarlo de esa manera. No iba a volver a confiar en él, jamás.

Feng Xin empezó a detener el paso, había recorrido un par de cuadras y cualquiera que lo hubiera visto pensaría que alguien venía detrás de él o que tal vez era algún delincuente juvenil, ¿Quien podría imaginar que estaba huyendo de...de...? ¿De que estaba huyendo?
Feng Xin suspiró, ni siquiera sabía porque había salido corriendo de la biblioteca después de haber besado a Mu Qing.

El beso...

Feng Xin se detuvo en medio de la acera, la nieve había dejado de caer, pero leves ventiscas frías recorrían las calles. El castaño ni siquiera se dió un momento para sentir el frío que hacía en la calle, pues un pensamiento breve lo abrumó.
Lentamente levantó su mano desnuda, rozó la superficie de sus labios con las yemas de sus dedos, la piel de su mano estaba helada, pero aún así, irónicamente, podía sentir el calor del recuerdo atravesar las puntas de sus dedos. Sus labios estaban algo húmedos, como si quisieran recordarle lo que había sucedido.

Había besado a Mu Qing.
Aún peor, el peliplateado le había devuelto el beso.

Feng Xin cerró los ojos y sintió como un leve sonrojo empezaba en sus mejillas. No es como si hubiera sido la primera vez que había besado a alguien, podía recordar algunas veces, hace un par de años, durante cierta fiesta quizás, en algún desliz, el leve cosquilleo de unos mechones castaños sobre su mejilla y el brillo decidido de los ojos verdes de Jian Lan. No había pasado de un par de besos -que para él, no sabía porque, pero sentía como si aquello no fuera lo que estaba buscando- durante aquella ocasión, ella era la única chica con la que había sido capaz de cruzar más de dos palabras en toda su vida y se llevaban bien, no al punto de ser tan cercanos, pero tampoco con indiferencia; después de lo sucedido ambos habían acordado olvidar lo pasado, sabiendo que funcionaban mejor como amigos o compañeros.

Había sido un simple desliz, pero para aquel instinto interno del cual Feng Xin desconocía su existencia y que no notó hasta años después, había sido una secreta revelación que al principio negaba y que ahora, bueno, aceptaba bastante bien.
Si, podría decirse que gracias a Jian Lan, había salido del closet años después.

Feng Xin suspiró. Si, no había sido la primera vez que besaba a alguien, pero si era la primera vez que, aunque lo negara, había deseado que aquel beso durara un poco más.
Aún tenía en su memoria la sensación cálida, suave, dulce y algo vacilante de los labios de Mu Qing.
Mentiría si dijera que, después de separarse, no quería volver a sentir aquello.

Una leve ventisca sopló y llevo consigo algunos copos de nieve que se pegaron al cabello castaño de Feng Xin, el frío se hizo notar aún más y está vez, un poco más consciente de si mismo, el castaño pudo percibir el frío intentando entrar a su piel.
Feng Xin llevaba puesto el suéter del instituto, su sudadera azul encima y una chaqueta atada a su cintura, que con la conmoción del momento anterior ni siquiera se preocupó por colocarse. Rápidamente se colocó la chaqueta, la capucha de ésta y un par de guantes grises, que siempre guardaba en uno de los bolsillos, lanzó un suspiro al aire y empezó a caminar sin darle mucha importancia al camino tomado, necesitaba pensar y quizá dar un paseo podría ayudarle.

Tu perfume entre la nieve (Tian Guan Ci Fu) (Fengqing)Where stories live. Discover now