BatFamily One Shots || Los 29 Días Más Dolorosos

No. 2 || En mi Galería Algo Pintaré

NOTA: Chicos, recuerden que esto es un AU, cualquier discrepancia con los cómics está justificada con el hecho de que, bueno, esto no es trabajo oficial de DC, es un fanfic, escrito por una fan medio dramática que lo único que quiere es divertirse, compartir sus escritos todos raros, y hacer que las personas sientan... algo. Cambio los hechos como mejor me conviene para la historia, va? Los amo, espero que disfruten este cap :3

***

6: 00 A.M.

La alarma sonó y Tim abrió los ojos.

La habitación estaba semi iluminada, mientras se giraba sobre sí para apagar el despertador. Las cortinas eran blancas, su cabeza estaba vacía. Sin detenerse a pensar, sacudió las sábanas que cubrían la mitad de su cuerpo y bajó los pies por el borde del colchón. Su corazón se detuvo, miró a la nada y tragó.

–Maldita sea –musitó y la grabadora del despertador comenzó a sonar con algún caset realmente viejo de canciones de Shakira, mientras se obligaba a levantarse para tender la cama.

Todas las mañanas era lo mismo.

Lavar sus dientes, darse una ducha, tocar la puerta de Damián para que comenzara a alistarse para ir a la escuela. Dar gracias a Alfred por el desayuno, tomar una taza de té, fingiendo con cada fibra de su alma que era una taza de café, mientras tachaba otro día en el calendario en el cuál no había ingerido cafeína. Omitir el hecho de que Bruce había salido temprano, otra vez. Observar a Jason correr para llegar a tiempo a la universidad. Volver a tocar la puerta para asegurarse de que Damián estaría listo a tiempo. Servirse otra taza de té.

–No sé qué tanto haces en el baño, Dami, enserio –Tim se quejó, mientras terminaba de acomodar la corbata del uniforme de su hermanito frente a la puerta y restregaba los restos de pan tostado fuera de sus mejillas.

–Algunas personas tenemos cierto grado de respeto por la higiene personal, Drake –el menor soltó, al tiempo que se dejaba hacer por las manos pálidas de su hermano.

Timothy bufó.

–Sí, bueno, algunos tenemos respeto por la higiene & por la puntualidad –replicó, no sonando poco amable, mientras le reprendía–. Es enserio, Dami, la semana pasada nos llamaron de la escuela. Fue una suerte que estuviera yo en casa y no Bruce.

Damián chistó, algo extraño apretando en su pecho. De un tiempo a acá, su padre nunca se hallaba en casa.

–Como sea –dijo y Tim supo que esa era la mejor respuesta que conseguiría del menor, así que, lo contó como una victoria y dejó el tema.

–¿Todo listo, amo Wayne? –Alfred salió de la cocina, oliendo a una mezcla bastante agradable de jabón para tastos y su aromatizante preferido de menta, mientras preguntaba.

–Si Drake ya terminó, yo estoy listo –Damián respondió, logrando que Tim suspirara.

–Todo listo, Alfred –dijo.

El mayordomo asintió, tomando las llaves del auto familiar y su chaqueta del perchero.

–¿Nos vamos? –preguntó elocuente, mientras abría la puerta.

Damián asintió, al tiempo que ajustaba su mochila a su espalda, haciendo que la corbata se le ladeara de nuevo. Tim cruzó ambos brazos escuálidos sobre su estómago. Odiaba esta parte del día.

–¿Llevas tu almuerzo? –preguntó.

–Sí.

–No olvides llamar a Jason para recordarle que pase por ti.