Cap. 32

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–Hacía tiempo que no comíamos juntos –Comentó Orfeo mientras yo ponía la mesa para los dos.

Cuando al final nos fuimos, dejando a Brice trabajar de nuevo, vine con él a su casa, no quería correr el riesgo de llegar a la mía y comprobar si lo estaban haciendo fuera de cama.

–Que tal llevas vivir con las parejas de tu hermano y todo el tema mudanza? –Dudó dejando que me pusiera a su lado mientras cocinaba.

–Bien... en realidad lo llevó incluso mejor de lo que esperaba –Respondí dejando que pasará uno de sus brazos por delante mía apoyándose en la encimera para estar más pegados–. Aunque el piso es mucho más grande y así, la verdad es que entre que voy a la universidad, vuelvo, estudio, leo, habló con Alicia, quedó contigo y tal... como que el tiempo que paso solo en el piso ya no me impone, incluso siento que me puedo centrar mucho más. Aarón dice que eso es bueno, significa que estoy aprendiendo a estar conmigo mismo y me siento bien con ello.

–Y Alain y Dong Wook? –Preguntó haciendo que aún recordara la escena de ayer.

–Se sienten como una familia –Murmuré recordando como me abrazaban en piña.

Sonreí de forma tonta solo con recordarlo.

–Dong Wook es un poco más infantil, no le importa hacer el tonto y le gusta que la gente se ría, Alain es tranquilo y hace como que te sientas protegido –Seguí hablando viendo que el también sonreía de forma tonta como yo–. Por que sonríes así?

–Por que tu estas sonriendo –Respondió con algo de vergüenza poniéndose ligeramente colorado.

Pero ni de lejos estaba tan rojo como debía estar yo ahora.

No iba a mentir, las cosas con Orfeo se habían vuelto más... empalagosas.

Y, aunque me ponía nervioso y aún no sabía cómo reaccionar a toda esta cantidad de cariño únicamente para mi, había descubierto que me encantaba.

Que fuera así... empalagoso, que aunque le diera vergüenza lo dijera y que conmigo fuera un cachito de pan blandito y amoroso... me encantaba, simplemente me encantaba.

–La comida ya está –Anunció terminando de remover el revuelto.

Y nos sentamos a la mesa con Turrón a nuestros pies panza arriba.

Cada vez se hacía una bola de pelo más y más grande.

Durante la comida me estuvo hablando de sus clases y lo difícil que se le estaba haciendo un grupo en específico.

Me gustaba escucharlo hablar, cuando no estaba serio y formal en clase en realidad tenía un tono de voz agradable y tierno.

Exactamente como él.

Empezaba a ponerme nervioso al pensar en el final de las clases.

Habíamos dicho que hablaríamos sobre todo cuando acabaran las clases.

Aun quedaban varios meses, pero... quería que fuera ya... y al mismo tiempo no quería que llegara, tenía miedo de estar embobado y con el paso del tiempo darme cuenta de que era pasajero.

Era un poco complicado.
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–Estoy en casa –Anuncié encontrando solo a mi hermano secándose el pelo en el salón.

La ducha estaba funcionando.

Me senté con él en el sofá una vez terminó de secarse el pelo y le conté lo que había hecho a lo largo del día de hoy.

Un semi gemido interrumpió lo que estaba contando.

Dúo (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora