Capítulo 01

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* Favor de leer el aviso al finalizar el capítulo *


- Señor Dong, ¿puede quedarse un momento? –

Sicheng apretó los ojos y suspiró hastiado, pero sonrió lo mejor que pudo al darse la vuelta para encarar a su profesora.

- ¿Sí? – preguntó, como si no supiera que quería la señora Kim

- Sabe que reprobó de nuevo, ¿verdad? –

La expresión del chino cambió a un puchero.

- Lo siento tanto, en serio lo estoy intentando. Es que es difícil llevar cálculo en coreano –

La señora Kim rió.

- Señor Dong, las matemáticas son iguales en todo el mundo –

"Que poético"

El menor bajó la mirada.

- Entonces... no hay nada que pueda hacer –

Ella asintió.

- Lo hay, pero siempre puede declinar –

El otro levantó la cabeza, algo sorprendido.

- ¿Qué es? –

- Tendrá un tutor – sonrió – tres horas después de clases todos los días –

Sicheng apretó la mandíbula, pero sonrió también.

- ¿Tengo otra opción? – preguntó entre dientes.

Ella negó – no. Después de que intentó sobornarme, agradezca que sigue en esta escuela –

"Bien, mi error"

El chino, sin molestarse en seguir ocultando su descontento, bufó.

- Bien, esta tarde llamaré a un profesor particular de matemáticas, pero quiero que sepa que si mañana no regreso, es porque mis padres me asesinaron. Espero que esté contenta –

La señora Kim, sin poder evitarlo, soltó una carcajada que no hizo más que molestar al muchacho.

- Está exagerando, Dong. Pero bien, supongo que puedo hacerle un favor – abrió el cajón de su escritorio y sacó una pequeña libreta – aquí tengo la lista de los estudiantes que son tutores voluntarios. Si logra mejorar, no habrá necesidad de comentarle a sus padres acerca de su pobre desempeño – dijo tendiéndole la libreta.

Sicheng la miró y levantó una ceja en una mueca de indiferencia.

- No puede esperar que lo escoja yo. Le aseguro que no conozco a nadie –

La señora Kim frunció el ceño, extrañada

- ¿Cómo puede saber eso? –

El chino sonrió altanero

- No se ofenda, pero soy una persona que tiene muchos amigos y, créame, los nerds de la escuela no son parte de ellos. Ni siquiera conozco sus caras –

La mayor rodó los ojos

- Bien, yo lo escogeré para usted. Haré que se encuentren esta tarde en la biblioteca –

El otro abrió los ojos con sorpresa.

- ¿Esta misma tarde? Debe estar bromeando –

Ella sonrió con la misma altanería del otro hacía un momento.

- No lo estoy, ¿por qué? ¿tiene planes? –

"Besuquearme con Hendery en su auto"

- No – respondió simplemente – dígale que lo veo en la entrada – dio la media vuelta y se fue.

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