24

777 48 2
                                    

NARRA JADE

Estoy preocupada por Perrie. La última vez que fue a visitar a su madre al hospital fue hace dos semanas, y desde entonces ha actuado muy raro. Cada vez que estamos juntas la noto callada, siempre está sonriendo, pero sé que algo no está bien con ella. Toda esta situación me está empezando a desesperar, así que hoy después del trabajo tendremos una larga conversación.

Aún faltan dos horas para que mi turno en la clínica termine. Mi última paciente es una chica llamada Emily, su historia es bastante peculiar. Mataron a su madre cuando era apenas una niña, y su padre se deshizo de ella enviándola a un convento de monjas. Estuvo en ese lugar hasta los diecisiete años, pues logró escapar. Volvió a casa con su padre, y este no tuvo otra opción que quedarse con ella. Luego de unos meses empezó a notar el comportamiento violento que tenía su hija en ciertas situaciones, por lo que la envió conmigo. Hace a penas unas semanas la diagnostiqué con trastorno bipolar y ahora estamos en un tratamiento para controlar eso.

La historia de esta chica en serio me conmueve y la verdad que Emily es una persona muy agradable, pero en ocasiones actúa de manera negligente.
Hay días en los que simplemente llega y empieza a coquetearme.

Perrie está al tanto de la situación, y se ha mostrado bastante madura al respecto, pero sé que en el fondo odia que esta chica tenga un crush conmigo.

Ahora que lo pienso, tal vez por eso está actuando tan extraño últimamente, tiene sentido.

Bueno cuando termine mi turno iré directo a su departamento para hablar con ella.

- Adios, doctora Thirlwall - se despidió Emily en un tono seductor, mientras mordía levemente su labio inferior.

Honestamente, quería reír ante la escena, pues me causaba gracia que una chica de 18 años se sintiera atraída por mi.

- Adios Emily - respondí con una sonrisa por cortesía.

Estaba por volver a entrar a la consulta cuando sentí como me jaló del brazo para que volteara a verla. Lo siguiente que sentí fueron sus labios devorando ansiosamente los míos. Quedé completamente shockeada pues jamás la creí capaz de algo así.

Luego de unos segundos escuché un extraño ruido a mis espaldas, parecía un sollozo, por lo que me volteé soltandome del beso de la chica.

Quedé paralizada al ver a Perrie parada ahí. Las lágrimas escapaban de sus hermosos ojos azules, que ahora se encontraban rojos e hinchados. Antes de que pudiera hacer algo, Perrie ya había salido corriendo de ahí.

NARRA PERRIE

Las lágrimas bajaban libremente por mis mejillas, me sentía completamente destrozada. Ocurrieron cosas que desearía borrar de mi memoria para siempre.

Flashback

La vi ahí tendida en la cama del hospital. Se veía mucho más débil que la vez anterior y eso me estaba destrozando por dentro.

- Hola cariño - dijo ella en un tono apenas audible.

- Hola mamá - respondí trabajosamente intentando tragar el nudo que se formó en mi garganta. No quería llorar ahora, no quería derrumbarme frente a ella.

- ¿Cómo haz estado hermosa? - preguntó con una débil sonrisa.

Y es que simplemente no entendía cómo podía seguir sonriendo a pesar de su situación.

- Bien ¿Y tú? - nisiquera podía mirarla a los ojos, me dolía verla de esa forma.

- Obviamente cansada, pero feliz a pesar de todo - respondió - ¿Por qué no me miras Perrie?

- Porque no puedo verte así - dije sintiendo como mi vista se empañaba - Me duele verte así.

- Oh, cariño - sollozó mi madre - Ven acá, tengo que decirte algo.

Me acerqué sin quitar mi vista del piso, me senté delicadamente en una esquina de la cama y sentí cómo las lágrimas mojaban mis mejillas.

- Lo lamento, hija... Lamento todo lo que te hice pasar. Fui una terrible madre y no sabes cuánto me arrepiento de eso. Perdí demasiado tiempo, y quisiera quedarme más tiempo para disfrutar con mis hijos, pero no puedo y enserio lamento eso - hablaba con la voz entrecortada.

- Mamá sabes que te perdoné hace años - dije por fin mirando sus ojos azules.

- Lo sé, pero te hice tanto daño que no basta con un simple 'lo siento' - dijo ella limpiando sus lágrimas.

La abracé con fuerza, como si mi vida dependiera de ello. Estuvimos llorando por al menos veinte minutos. Luego decidí que era hora de contarle algo.

- Mamá - la llamé con mi cabeza recostada en su hombro.

- ¿Si, pequeña? - ella acariciaba lentamente mi cabello.

- Necesito contarte algo - hablé seriamente.

- ¿Que ocurre? - pregunto un poco preocupada.

- Y-yo estoy en una relación - dije nerviosa. Nisiquera pude verla a la cara, sentía culpa al no haberle contado algo tan importante a mi madre- Lamento no habértelo dicho antes.

- Está bien querida - dijo ella con voz tranquila - Dime ¿de quién se trata?

- Es Jade - dije mientras me alejaba un poco de ella para ver cuál sería su reacción.

- ¿La Jade que yo conzco? - preguntó con una expresión que no pude descifrar.

- S-si mamá, ella en serio me gusta, de hecho estoy enamorada de ella y se que ella lo está de mi, porque me lo demuestra todos los días, mamá... - sonreí al recordar a mi hermosa castaña de ojos color miel. Pero al ver la expresión tensa en su rostro, mi sonrisa se borró - Se que estás molesta por no habertelo dicho antes pero... - no puedo continuar ya que me interrumpió.

- No es eso hija, es que no quiero que esa chica te haga daño - me miró con preocupación y yo de inmediato negué con mi cabeza.

- Ella jamás me hará daño mamá, ella me ama y yo la amo a ella. Soy completamente feliz a su lado - aseguré con una pequeña sonrisa en el rostro.

- Bueno si es así, entonces me alegro mucho por ustedes - lo dijo con tanta honestidad, que no pude creer que ella fue la que me alejó de mi Jade.

- Te amo, mamá - susurré volviendo a acomodarme entre sus brazos.

- Yo también te amo, hija - susurró  apretándome más contra ella.

Sin darme cuenta, ya estaba dormida en los brazos de mi madre. Estaba teniendo un hermoso sueño, algo extraño, pero parecía mágico. De repente siento como alguien mueve frenéticamente mi hombro.

Lo siguiente que supe fue que mi madre ya había dejado este mundo.

Lloré amargamente, lo único que necesitaba era un abrazo de mi novia, por lo que fui directo a la clínica.

Al llegar, me encontré con la escena más desagradable que alguna vez pude ver. La tal Emily estaba besando ferozmente los labios de mi novia.

Sin poder evitarlo, un sollozo escapó de mis labios, haciendo que Jade se separara bruscamente de la tipa para voltear a verme.

La miré directamente por unos segundos,  no podía seguir ahí. Corrí hacia el ascensor y salí de ese lugar los más rápido que pude, y aún con lágrimas bajando por mis mejillas.

Fin del flashback.

En este momento estoy en el departamento se Jesy. Llevo casi una hora llorando en su hombro, y nisiquera he podido explicarle a mi amiga que sucede. Aún así, ella no me ha dejado sola desde que llegué.

Love me baby, please IIWhere stories live. Discover now