29. Confrontación

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Narra Andrés

Camila no quiere hablarme, ni verme y no la culpo. Y aunque muero por hacerlo, ni siquiera hago el intento de buscarla. Si antes me evadía ahora realmente me ignora por completo. No soy más que un imbécil por no ser más inteligente. Y Adrián... él está vuelto nada con todo esto y no quiero ni pensar lo que hará cuando se entere que Laura rompió con él básicamente por mí.

Laura...

Exhalo hondo recitando su nombre en mi cabeza intentando entenderla. Realmente la desconozco. Ni por asomo había pensado que ella solo usara a mi primo. Me cuesta creerlo, de verdad que me cuesta y me entristece pensar que nunca fue sincera. Miro mi reloj y espero un poco más a que aparezca. La he citado hoy a almorzar donde más le gusta, el club privado donde practica tenis. En realidad, uso esto, porque sé que es infalible con ella a pesar de su supuesta pena por haberle contado a mi mamá lo que pasó con la ropa interior, que, por cierto, Camila nunca se llevó y la dejó en mi carro.

―¡Hola, Andy! ―aparece con su atuendo deportivo de jugar tenis.

Ella es jugadora amateur y es muy buena y dedicada. En realidad, es muy dedicada en todo. Trae su toalla para secarse la cara.

―Hola, Laura ―devuelvo el saludo con sequedad.

Desde ya me muestro que estoy muy serio con ella. Ella actúa con cautela, toma asiento en la silla del frente y me mira apenada. En otro tiempo le habría tenido consideración, ahora solo estoy enojado con ella. Y mucho.

―De verdad que no quise echarte al agua con tu madre, pero ella no me dejó opción y tuve que contarle ―expone inclinándose y hablando bajo.

―No estoy aquí por eso ―expongo lo más serio y sereno posible―, lo sabes muy bien y creo que es justo que me digas la verdad. Adrián realmente está sufriendo con todo esto.

Ella se aleja y cambia de postura, de repente se siente incómoda con lo que digo.

―Lo sé, pero ya se le pasará ―expresa encogiendo sus hombros y el cinismo en sus palabras me hace flipar y replantearme el porqué estuve enamorada de ella.

¿Esta es su verdadera cara? La que no vi durante mucho tiempo. ¿Pero por qué?

―No lo había creído si no lo escucho de tu boca. Todo este tiempo solo estuviste mintiéndonos ―digo y la molestia es más conmigo mismo por creerle como un tonto.

Era por ella que siempre quise ser ejemplar, era por ella...

―No mentí, solo lo hice por los dos. Fue un sacrificio porque sabía que valdría la pena al final.

―Te creería si hubieras esperado a que Adrián estuviera muerto ―digo irascible.

―Ay, Andy, no, que drástico.

―Pero lo estás matando en vida ―le reclamo.

―No exageres, ya se le pasará. Seguro se fija en otra.

―Nunca lo quisiste, ¿verdad? ―discrepo de su teoría.

―Te quise siempre a ti, ¿Qué no lo ves? ―responde cruzándose de brazos, soberbia.

¡Dios! Es en serio. Camila. Tenía. Toda. La. Razón.

El ciego era yo.

Me levanto de la silla, no tiene ningún sentido seguir hablando con ella. Y el almuerzo seguro me caería mal.

―¿A dónde vas?.

―Me largo y muy lejos de ti ―digo bastante despectivo y se siente bien.

Latte amor✔Where stories live. Discover now