Todavía podemos decir "una vez más";「JotaKak」

IV. La manera en que dolerá

Nota IMPORTANTE: recordar que los acontecimientos de Stardust Crusaders se dieron en 1987. En estos años todavía se veía a la homosexualidad como una situación de estigma, y para añadir, era una época donde se hizo presente el VIH, que por 1982 era conocido como "el cáncer gay".

Por favor, tomen en cuenta esta situación (que explico de forma muy reducida) para entender la reacción o pensamientos de algún personaje.

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El día que dieron a Kakyoin de alta, Jotaro estuvo ahí encabezando a Polnareff y a Joseph. Estos lo seguían y, aunque aparentaban normalidad en sus gestos, compartían miradas cómplices. Un poquito de emoción y un poquito de preocupación era lo que transmitían.

-Kakyoin es un buen, buen chico.-le dijo Joseph a Polnareff mirando el atardecer mientras tomaban el brunch. Exactamente, comentaban eso el mismo día donde estuvieron a punto de entrar a la habitación del convaleciente, pero pillaron a este recibiendo un beso muy inexperto pero apasionado del nieto del Joestar.

Ambos decidieron no interrumpirlos y salieron entre risitas conmocionadas para tomar algo. Y ahí estaban, en el balcón de una cafetería, recapacitando sobre lo que vieron.

-Siempre dormían juntos, no me extrañaría que se acostumbraran "así" el uno al otro.-mencionó Polnareff mientras cruzaba sus dedos índices, simulando una pelea de espadas. Joseph no se pudo contener a seguir riendo. Sin embargo, su mirada decayó en ánimo cuando se tomó un instante para pensar.

-Dios mío, Polnareff. Esos niños hacen tan buena pareja y estoy seguro que se quieren.-miró a su alrededor, apoyándose en sus codos-Aún así, estoy aterrado. La sociedad puede ser tan aplastante para "ese tipo de amor". Nunca tuve alguna razón para saber qué piensa la familia sobre eso ni me importaba... pero ahora la hay.

-Entiendo.-Polnareff también adquirió un gesto serio-A mí tampoco me gustaría que se metan en esa clase de problemas. De igual forma, siempre pueden contar conmigo.

-Necesitarán el apoyo de los que puedan, gracias Polnareff.-Joseph inclinó la cabeza y tras volver al acto de comer y conversar de facetas más triviales sobre el tema, se retiraron.

Joseph estaba un poco inquieto de cómo se comportaría ese par juntos cuando se encontraran y cómo podrían reaccionar los ciudadanos egipcios. No quería que los detuvieran o argumentaran que "era un asunto en contra de la moral", solo quería volver a Japón con los chicos y ver a su hija.

Llegó el momento en el que, mientras firmaba algunos papeles, bajaba Kakyoin. Estaba con una muda de ropa sencilla, camisa blanca y pantalón verde oscuro. Se encontró primero con Jotaro y Polnareff, les sonrió cortésmente aunque parecía que su sonrisa se intensificaba un poco más cuando veía a su nieto. Jotaro levantó su mano para palmear su hombro, nada sospechoso. Seguía con un gesto impasible, pero notó que rápidamente le quitó al recuperado la receta que llevaba.

Mientras Joseph se acercaba, oyó al joven decir "iré a conseguir estas", mientras se retiraba al tópico de enfermería. Dirigió la mirada hacia Kakyoin.

-Señor Joestar.-lo saludó amigablemente. Nada raro, el chico no sospechaba lo que le vio hacer con su nieto.

-¡Kakyoin!-le respondió, palmeándole el hombro también-¿Listo para volver?

El chico rió un poquito y luego lo miró fijamente.

-No.-dijo serio-Mis padres van a matarme.

-No digas eso, hijo. Verás que algunos encargados de la fundación se encargarán de explicarlo.