【 capítulo 33 】

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— Tienes que superarlo, Joohyun; ya han pasado muchos años desde aquello. — la voz de la madre de Changbin los obligó a detenerse. — O por lo menos podrías contarle esto a Jisung para evitar que el error se repita de nuevo.

— No puedo hacerlo. — el tono gélido de la antes mencionada les provocó un escalofrío. — Mi hijo no tiene por qué enterarse de esa situación.

— Irene, perdona a Seulgi; ya han pasado más de dieciocho años desde aquello. — ambos jóvenes fruncieron el ceño confundidos, ¿Qué tenía que ver la madre alfa del castaño con ella? — Además, tampoco puedes seguir odiando de esa manera a Minho y a Shuhua.

— ¡No tengo nada en contra de ellos! — exclamó la pelinaranja, haciendo exaltar a los chicos, quienes retrocedieron intentando no hacer ruido. — Quieres que la perdone, pero ¿tú lo harías? — un silencio se hizo presente. — Por supuesto que no, ¡Estuve a punto de morir por la ruptura de ese maldito lazo! Wooyoung tenía una pareja destinada, ¿y sabes qué? la dejó por mi culpa. — las últimas palabras escaparon en un susurro. — Por mi culpa él renunció a su pareja destinada, ¿lo entiendes?

El peliazul abrió los ojos de manera exagerada mientras intentaba procesar la información que estaba recibiendo.

— Tú estabas consciente de que él te amaba y haría cualquier cosa por tí; también sabes que hasta ahora sigue amándote con la misma intensidad y está claro que no se arrepiente de nada. — la omega Seo respondió con seguridad.

— Lo sé, pero, ¿tienes idea por el desequilibrio que mi lobo y yo pasamos? Mi pareja destinada no solo rompió nuestro lazo; provocó que mi lobo rechazara por un tiempo a Wooyoung y hasta a mi Sunggie. — su voz se quebró. — Rechacé a mi cachorrito durante seis años, ¿sabes lo que significó para mí? Me perdí de los mejores momentos de su infancia; sólo podía ir a verlo los fines de semana, además de que ni siquiera me consideraba su madre. — un sollozo escapó de sus labios. — Mi bebé creció alejado de mí y jamás podré perdonarle eso.

Nuevamente el silencio reinó el lugar; Minho y Jisung quienes tenían sus manos entrelazadas, las apretaron sólo un poco más,en esos momentos esa había sido quizás más información de la que podían procesar.

Ambos apretaron sus labios y retrocedieron; ese no era el momento para pedir explicaciones, después se encargarían de preguntar sobre el tema. Pero, al querer correr hacia la habitación, Jisung se golpeó con la pequeña mesita que se encontraba en la sala.

— ¿Sunggie? ¿Minho?

El corazón del omega se encogió al observar el rostro de su madre; era evidente que había llorado aunque intentara que su expresión pareciera serena.

— ¿Qué tanto escucharon, chicos? — la madre de Changbin los miró con tristeza; esa no era la manera adecuada de que se enteraran de la historia que sus padres cargaban sobre sus hombros.

— Todo. — el alfa agachó su cabeza; no se sentía capaz de mirar a Joohyun a la cara, no después de escuchar aquello.

Ahora todo estaba cobrando sentido en su mente: al fin entendía por qué esa mujer le trataba tan mal en la mayoría de las ocasiones.

Después de que Jaebum los dejara salir de la habitación, se habían dado prisa para terminar el experimento que ninguno de los restantes había avanzado y tardaron alrededor de dos horas en terminarlo.

Eran las seis de la tarde cuando salieron del hogar de Chan, decididos a ir a casa del menor para comunicarle a sus padres que su situación ya estaba resuelta; sin embargo, no se esperaban lo que habían escuchado.

La pelinaranja soltó un suspiro cansado. — Llamaré a tu padre Jisung, y también a tus madres Minho. — le sonrió de manera dulce al castaño. — Es una historia bastante larga, y hay mucho que explicarles.

Luego de aquello, se retiró y dejó a los chicos junto a Sooyoung, la cual se mantuvo callada por unos momentos.

— Jisung, Changbin está en tu habitación. — habló, con la intención de tranquilizar el ambiente.

— Gracias señora Seo, iremos a verlo.

Tomó nuevamente la mano del castaño, cosa que tomó por sorpresa a la omega, dado que esperaba que reaccionara de una manera diferente (violenta) ante aquella situación.

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— ¡Changbin! — le llamó, moviéndolo con delicadeza.

El pelinegro le dedicó un gruñido antes de abrir sus ojos perezosos; estaba durmiendo plácidamente hasta que ellos llegaron.

— Hola. — saludó, frunciendo el ceño al mirar al alfa Lee parado junto a él. — Jisung, ¡Me hicieron perder 100 dólares! 

Enterró su cabeza en la almohada del peliazul, apartándose de inmediato al sentir muy fuerte ese aroma; arrugó la nariz y se alejó aún más. — ¡Demasiado dulce!

— ¿Gracias?

El omega frunció el ceño, confundido por el actuar del bajito; Seo estaba actuando muy infantil, más de lo normal, cosa que le dejaba saber que su celo se acercaba.

No le incomodaba en absoluto, ya que en una ocasión, el celo del pelinegro se adelantó, pero para su buena suerte el lobo detestaba los aromas demasiado dulces, o "sofocantes" como solía decirles. El menor no pudo evitar reír al recordar la forma en la que lo había detectado estando en celo : "Tu aroma es muy dulce, y no me gusta el algodón de azúcar." vaya forma tan sutil de rechazar a alguien.

— ¿Por qué estás aquí? Sabes que falta poco para tu celo, ¿verdad? — preguntó en un intento de olvidar lo que había escuchado sólo unos minutos atrás.

Minho gruñó ante eso.

— Relájate, Lee. — habló el alfa menor. — Mi lobo no considera que el olor de Jisung sea atractivo; además, el de mi omega es más delicioso.

Entonces una almohada golpeó el rostro del pelinegro y todos rieron divertidos ante lo extraño que este se comportaba.

Casi habían olvidado en la situación que estaban.

— Minho, Jisung, bajen, es hora de hablar. — esa era la voz de Wooyoung.

Los mencionados bajaron las escaleras corriendo, pero se detuvieron en seco algo ver sentadas en un sofá a las madres del castaño, las cuales tenían una expresión seria al igual que los padres del omega.

Por otra parte, la señora Seo subió  de manera discreta, deseando escapar de aquel ambiente tan tenso e incómodo.

⾕  、 ❪ LAZO ACC1DENTAL ❫Where stories live. Discover now