CAPÍTULO 41

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Dedicado a DanielaSantos246

Bienvenida 👻
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Un carruaje negro con toques dorados carácteristico de la casa noble más poderosa del imperio pasaba por las calles de la capital donde la gente al verlo gritaba de emoción y miedo, realizando pequeñas inclinaciones aún si las personas dentro no los veían era algo natural para ellos.

Caballeros imperiales protegían el carruaje en todo momento mientras cabalgaban, los plebeyos estaban fascinados al ver lo imponentes que se veían, la seguridad del Duque Roscent eran primordial para todos por lo que apoyaron a los caballeros en su trabajo sin imaginar que la escolta no era para el líder sino para otra persona.

Fueron muy pocas las personas que vieron a la dama Ducal en el carruaje y en cuanto lo hicieron sus mejillas se tiñeron de rojo al darse cuenta de la belleza que el Duque tenía en su poder.

"No necesito mucha escolta"

Era la tercera vez que Lia mencionaba aquello desde que salieron de la mansión, Iván no quería dejarla sola es por eso que preparó a diez caballeros para protegerla, no se imaginaba llegar al palacio con gran número de caballeros detrás de ella y ganarse las miradas de todo aquel que este a su alrededor, el número normal de caballeros que protegen a los nobles es un total de dos personas.

'¡No diez!'

Un caballero imperial equivalía a tres guardias imperiales, con diez caballeros imperiales tras ella es como tener a ¡Treinta guardias imperiales!

Estaba segura de que la emperatriz lo tomaría a mal si llevo a tantos caballeros conmigo, las cosas hubieran salido mejor si tan solo Edgar y Cristian hubieran estado aquí, lamentablemente mis dos queridos caballeros se encargan de la administración de los dos reinos que fueron derribados, ambos son capaces de administrar un territorio lo suficientemente grande sin dificultad por lo que ayudan a Iván en su trabajo desde allí.

Iván sabía que quizás estaba exagerando pero no quería imaginar si algo le pasaba a Lia, el incidente de los condes aún no estaba resuelto, la muerte de la pareja Ducal tan solo era una advertencia por lo que estaba seguro irían tras Lia en cualquier momento.

"La seguridad del palacio no es tan buena, varias personas tienen los ojos puestos en la Duquesa de Roscent"

Lia entendió lo que Iván quería decir, existen muchos quienes están en contra del poder que el Duque tiene, es más, ella misma fue testigo del intento de asesinato hacia el líder.

"...Entiendo"

"Te ves hermosa"

El comentario del hombre frente a ella hizo que su estómago se sienta incómodo, su mano se colocó en su pecho para sentir el latir de su corazón.

"¿Te sientes bien?"

No podía articular palabra alguna solo se mantuvo en silencio tratando de saber que es lo que sucedía, en el pasado fueron muchos los hombres que dijeron aquellas simples palabras y la miraban de esa forma, en ese tiempo ella no había sentido nada al escucharlas pero ahora era distinto.

"Repítelo"

"...!"

Iván se acercó a Lia, el rostro de ambos muy cerca hizo que la dama se sorprenda mientras el joven sonreía con picardía.

"Eres hermosa"

Sin esperar respuesta el líder planto sus labios con los de Lia, sentir los suaves labios de ella que lo incitaban a morder, un gran placer lo consumía mientras el beso transcurría.

Tratando de parar el beso Lia observó a un costado, no contaba con que Iván la besara sin embargo le gustó.

"Ya hemos llegado"

Tratando de hablar lo más tranquila posible recordó a su prometido el propósito de este viaje.

Iván volvió a su lugar, después de probar aquellos labios dulces se sentía de buen humor, sentía que era capaz de soportar la habladuría vacía de los nobles inútiles en la reunión sin tener que aguantar las ganas de matarlos.

El cochero rápidamente se colocó a un lado para abrir la puerta del carruaje mientras realizaba un leve inclinación, los guardias que protegían la entrada del palacio observaron al hombre recién llegado, levantando la mirada hacia arriba y el pecho en señal de orgullo esperaban que el respetado Duque pase las grandes puertas.

No contaron con que una mujer venga con él, sin embargo no podrían detener su entrada si ella acompañaba al temido líder de los caballeros sin tener en mente que terminarían muertos si las cosas salían mal.

El caminar lento de los recién llegados transmitía la mayor elegancia posible, sus vestimentas hechas por las mejores telas del imperio y la belleza de cada uno no podría ser comparado con cualquier otro, el toque posesivo del Duque en la cintura de la Duquesa era muy obvio, tanto que apartaron la mirada de la mujer que hacía latir su corazón para no enojar al demonio.

Recorriendo el camino de piedras y siendo escoltado por varios caballeros los duques eran el centro de atención para los nobles que asistirían a la reunión realizada por el emperador o a la fiesta de té realizada por la emperatriz.

"Te llevaré al jardín"

Lia asintió, el palacio era muy grande y tendría que pedir la ayuda de alguien, sin querer molestarse en hacer aquello acepto el ayuda de su prometido, además de que él no parecía querer soltarla, sonrió al pensar en lo último.

No era la primera vez que veía la actitud posesiva de Iván por lo que no le molestó en lo absoluto.

Dejando atrás a la nobleza llena de chismes, pasando por varios salones y cruzando varios pasillos llegamos al mismo jardín en el que me desmaye cuando fuí drogada, ahora en medio de este frente a la fuente de agua una mesa llena de mujeres nobles se encontraba, quedando a unos metros de distancia nos detuvimos.

Cierto alivio me inundó al saber que no sería la única quien esté frente a la emperatriz.

"Vendré a recogerte"

"Te estaré esperando"

"Proteger a la Duquesa"

Los caballeros acatando las órdenes de su señor se colocaron detrás de Lia, suspirando con pesadez la dama de rizos dorados se dió por vencida.

"Lia"

"¿Si?"

Por segunda vez en el día el líder de los caballeros la besó, atrayendo su cuerpo colocando sus manos en sus caderas Iván les mostraba a todos indirectamente que debían respetar a la mujer entre sus brazos.

Las mujeres que observaban todo desde la mesa gemieron sorprendidas, sus miradas pronto se colocaron sobre la otra invitada inesperada, la dama que traía puesto un vestido de primavera color celeste sentía gran rencor.

CONTINUARÁ

"LA DAMA PERFECTA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora