iii. ¡maldito chucho!

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¡Hola! Les quería avisar que subí una fic en donde Cassiopeia es una de las protagonistas se llama "Lestrange". Me gustaría que le dieran una oportunidad ❤

A Sirius siempre se le había gustado su forma animaga

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A Sirius siempre se le había gustado su forma animaga. Recordaba que en Hogwarts se divertía, como perro, rompiendo a tarea de Snape.  También se acordaba de que a James solía divertirse enseñándole trucos.

Ser un perro no es algo difícil. Sólo tenía que jugar, pasear, comer y dormir. Su vida es más fácil. Pero, a pesar que hacía bastante tiempo que no se sentía tan tranquilo como ahora, no podía olvidarse de Peter Pettigrew. El traidor estaba viviendo lo más tranquilo con los Weasley mientras que él y Edward se pudrian en prisión. Edward, no sabía nada sobre él. Después de escaparse de Azkaban se habían separado, no estuvo de acuerdo pero Potter había dicho que era lo mejor. Esperaba que se encontrará bien aunque le preocupaba que todavía no respondiera su carta. Se había arriesgado demasiado volviendo a convertirse en humano para escribir la carta.

Tampoco podía dejar de pensar en Cassi, su Cassi. No veía a su hija desde hacia años. Esperaba que estuviera bien, quería creer que no se había convertido en una sangre pura de mente cerrada. Aunque era dificil teniendo en cuenta que vivía con Rabastan y Elizabeth Lestrange. Agradecía que viviera con ellos en vez de su madre. Sabía que Walburga había querido quedarse con Cassiopeia. Por suerte ellos no lo permitieron. Prefería al matrimonio porque sabía que nunca le harían daño a Cassi. Durante un tiempo tuvo miedo de que los Lestrange tuvieran preferencia entre sus hijos y Cassiopeia. Se dio cuenta que realmente la querían por la forma en la que Elizabeth hablaba de Cassi. Si, ella había ido a visitarlo un pocas veces a Azkaban para llevarle fotos de su hija. Se alegraba de que Dakota, la madre de Cassiopeia, la hubiera elegido como la madrina de Cassi. Al principio se había negado porque quería que James y Elle fueran los padrinos de su hija. Dakota lo convenció diciéndole que tendrían más hijos...Pero eso nunca pasó porque ella murió. A veces se alegraba de que Dakota hubiera muerto porque no le hubiese gustado que lo vea en Azkaban.

Cuando se escapó de Azkaban pensó que estaría recorriendo las calles, muriéndose de hambre. Pero terminó siendo acogido por una niña. Y nunca se imaginó que esa niña sería la hija de Rachel Bones. Conocía a Rachel por haber cursado en el mismo año en Hogwarts. Nunca habían sido amigos aún así llegaron a pasar un tiempo juntos ya que al ser la mejor amiga de April, en ese momento era su novia, se veían de vez en cuando. No solían hablar mucho...De hecho la única vez que Rachel le había dicho algo más que un "hola" y un "¿cómo estas?" fue después de que lo golpeara. Todavía recordaba perfectamente el puño de Rachel en su cara cuando terminó con April. Lo insultó de arriba a bajo, incluso le pareció que lo insultaba en otro idioma.

—¿Algún día dejarán de hablar sobre Sirius Black y Edward Potter?—se quejó Effy llamando la atención del animago—. Soy capaz de ir a buscarlos solo para que dejen de hablar de ellostiró el Profeta a la basura.

No creo que puedas atraparlos—dijo Rachel mirando con una ceja arqueada a su hija.

—¿Por qué no?

Porque primero te mataría por ir detrás de unos presos—respondió Effy bufo—. Tampoco creo que alguien logré atrapar a Edward Potter. Si él fue lo suficientemente inteligente para poder escaparse de Azkaban, no se dejará encarcelar de nuevo.

¿Y Sirius Black? ¿No piensas que es inteligente por haberse escapado?—preguntó curiosa.

Estoy segura que escapó gracias a Edward. Black siempre fue un idiota
—Blacky comenzó a ladrarle llamando su atención—. ¿Quieres comer, chucho?—Rachel estiró su mano con la intención de acariciarlo pero el perro se fue corriendo hacia Effy.

Mamá, no le gusta que lo llames chucho—dijo la menor acariciando al can, esperando que parará de ladra—. Black iba al mismo año que tú y papá, ¿cierto?

Lamentablemente sí—hizo una mueca. Effy no supo si fue por el recuerdo de Sirius Black o porque el perro no dejaba de ladrar—. Se la pasaba molestando a los demás.

Te caía mal.

Una vez le di un puñetazo—añadió la mayor con una sonrisa—. Y antes que me lo preguntes. No, no puedes darle puñetazos a nadie.

Aburrida.

Sólo lo hice porque Black se lo merecía—se defendió Rachel—. ¡Maldito chucho!—se quejó cuando sintió los dientes del animal clavarse en su pie—. Effy, dale de comer antes que me coma el pie.

Venganza pensó Sirius, moviendo feliz su cola mientras seguía a la mini Bones.

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DOG ✧ SIRIUS BLACKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora