-Kara estaba sumamente sorprendida por la llegada de su madre adoptiva, mientras recibía un abrazo cariñoso de Eliza, miraba de reojo a su hermana, quien le hacía gestos de no saber por qué su madre había llegado de sorpresa, la rubia mayor rompió el abrazo y se quedó mirando cariñosamente a su hija menor, luego su mirada cambio a una preocupada, toco el rostro de su hija limpiándole lágrimas secas que estaban en su mejilla, esto puso nerviosa a la ojiazul que le esquivo la mirada.
- Todo está bien dulzura, tus ojos están hinchados, ¿has estado llorando Kara?- la pregunta la hizo con mucha preocupación mientras tomaba el mentón de su hija y hacia que la viera de frente.
-Hola Eliza, no... No te preocupes, me encuentro muy bien- respondió la rubia tratando de fingir lo mejor que podía, pero fracasó rotundamente, al igual que su intento de sonrisa, su madre la miro con sospecha pero le siguió el juego, pensaba que en algún momento se abriría y le contaría que le pasaba.
-Muy bien... entonces ve y ponte linda, quiero salir a cenar con mis dos hermosas hijas- dijo con mucha emoción, la cara de Kara era todo un poema, salir a comer era impensado en estos momentos para ella.
-Eliza... yo- la rubia menor no pudo seguir, ya que su madre cruzo los brazos y la quedo mirando fijamente, lo cual era una advertencia que no aceptaría un no como respuesta.
-Hija por favor tenemos que ser más unidas, uno nunca sabe que puede pasar en el futuro- las palabras de Eliza fueron muy emocionales, la herida de la muerte de Jeremiah estaba fresca todavía, Kara asintió en signo de rendición, cerrando la puerta de su habitación para prepararse.
-Tú también... ponte algo lindo Alex- Eliza fue muy crítica con la vestimenta de su hija mayor, la cual hizo un gesto de indignación mientras se iba a vestir.
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-Las tres mujeres estaban caminando por la ciudad en busca de un restaurante para cenar, Kara estaba muy insegura de caminar por esas calles, la rubia iba agarrada del brazo de su madre, caminando lentamente, mientras caminaba se dio cuenta de que cada lugar por el que pasaba le traía un recuerdo que se le clavaba en su corazón, la tienda de donas, el gimnasio y cualquier lugar en el que hubiera estado con la ojiverde, su corazón le comenzó a latir rápidamente, ya que sabía a donde se estaban dirigiendo, el agujero de su pecho comenzó a crecer otra vez, mientras el nombre del restaurante se hacía más grande Noonan's, los ojos de Kara se estaban llenando de lágrimas, su hermana se dio cuenta de esto.
-Mamá... vamos al nuevo restaurante de la ciudad, tiene muy buenas críticas- Alex fingía entusiasmo para que su madre acepte, la pelirroja se había dado al trabajo de buscar nuevos lugares en donde podrían salir a comer cuando Kara lo quisiera, y sobre todo para que no le traigan recuerdos a su hermana menor, Eliza lo pensó por un momento.
-Mmmmm ¿Qué piensas tú cariño?- decía mientras miraba su hija menor que estaba aferrada de su brazo como si fuera una niña pequeña.
-Me gusta la idea de Alex- respondió la ojiazul con emoción fingida.
-Muy bien entonces está decidido- dijo la rubia mayor dedicando una gran sonrisa a sus hijas, las tres mujeres caminaron al nuevo restaurante, Alex estaba muy emocionada, Eliza se quedó con la boca abierta al ver a qué tipo de restaurante le había traído su hija mayor.
