7.- Vecinos de casualidad

1.4K 87 2
                                    

___ estaba practicando bailes con canciones de pop para sus clases de baile en su habitación del segundo piso. Tenía la ventana abierta y las cortinas corridas. No se había dado cuenta de que tenía un espectador en la casa del frente. Su vecino.

Tom la observaba mientras recordaba como se conocieron. Él quería mudarse a otra parte de la ciudad, una muy lejos de allí. Estaba muy ilusionado por mudarse. Cuando fue a comprarla y a verla se dio cuenta de que su estado era peor del que le habían asegurado. Que arreglarla costaría mucho más de lo que le habían asegurado. Allí habían plagas de todo tipo, paredes rotas... Parecía que nadie viviese allí hacía un siglo.

Decidió no comprarla, pero ya había vendido su antigua casa. Necesitaba conseguir otra y rápido.

Estaba enfadado. Muy enfadado. Le habían asegurado que los problemas de aquella casa eran menores, pero era mucho peor que eso. No se podía vivir allí.

Se paró a buscar más casas en Londres hasta que encontró la que estaba en aquella calle. Suspiró. Era la que mejor estaba de precio y calidad entre lo que había encontrado. No tenía previsto vivir en una casa como aquella, en un barrio como aquel, pero ya no había otra elección. El destino le había jugado una mala pasada.

Se mudó a la nueva casa que estaba en mucho mejor estado. Mientras la gente a la que había contestado trabajaba para hacer la instalación se dio cuenta de que una chica de ojos marrones y pelo oscuro escuchaba música con casos en las escaleras de la casa de delante. Tenía los ojos cerrados y una sonrisa en su rostro, disfrutando de la música.

Entonces ella abrió los ojos, y se dio cuenta de lo que estaba pasando en la casa. No lo había notado hasta entonces. Miró al señor de ojos azules, que la seguía mirando y le sonrió. Él decidió acercarse.

- Hola - saludó.

- Buenas - se quitó los cascos como muestra de respeto -. ¿Se muda?

- Sí, aquí delante. ¿Vives aquí?

- Sí. Al parecer seremos vecinos - le volvió a sonreír. Esa sonrisa que lo traía loco.

Esa era la historia. Y desde entonces solo habían intercambiado unas pocas palabras como "hasta luego" cuando se encontraban por la acera, "hola" o "buenas" cuando uno de ellos pasaba por delante del jardín del otro, etc.

Cuando llego a esos pensamientos se dio cuenta de que ella ya no bailaba. Estaba cambiando la canción a una más tranquila y se sentó en el borde de la ventana para leer. La habitación del lado tenía balcón, pero Tom sabía que a ella le gustaba ponerse allí, y a veces se iba al ático para leer en el tejado.

La primera vez que la vio allí se asustó, pero ella le aclaró que lo hacía mucho, porque allí nadie podía molestarla, y sabía de memoria los mejores sitios para no caer. Se conocía el tejado mejor que su propia casa.

Él se fue hacia la cocina, en el piso de abajo. Se hizo un té y salió y al jardín a tumbarse en la hierba con un libro en la mano. Su favorito.

Ya se había metido en la lectura cuando alguien lo llamó.

- Hola, Tom - era ___. Había despegado la vista de su libro y ahora le miraba a él.

- Hola. Veo que aún te gustan las alturas.

- Y a ti la tierra - rió. Después bajó de su ventana para entrar en su habitación y la perdió de vista.

Unos segundos más tarde se encontraba en la puerta de su casa, cerrándola, y dirigiéndose hacia él con el libro aún en la mano.

- ¿Qué lees? - ella se sentó y Tom le imitó.

- Novela romántica, como siempre.

- ¿Shakespeare?

- Sí. ¿Y tú?

- Acción, misterio... Lo de siempre, también.

- Eres una fanática.

- Como tú. Pero de Shakespeare. Y yo prefiero los mundos fantásticos, como Asgard. Por cierto, ¿Como es? Tú has estado.

- Realmente ha estado Loki, pero bueno. Yo ni he visto mucho más que tú en las películas.

- Debe de ser chulísimo, todo de oro.

- No todo, pero si, la mayoría oro, o al menos por fuera.

Tom se quedó mirándola sin comprender porque después de tanto tiempo como vecinos, tanto tiempo habiéndose encontrado en aquella misma situación, ese día bajaba a hablar con él.

Su pregunta pronto se vio respondida por el siguiente besó que le dio la chica. ¿Que acababa de pasar? Igualmente él no se molestó. Le gustó. Siguió el beso inesperado de la chica que tanto le gustaba. La que había conseguido conquistar su corazón.

One Shots de Loki y Tom HiddlestonWhere stories live. Discover now