Predestinado | kookmin.

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N/A: Lamento demasiado la demora, pero he tenido muchas dificultades. Espero que este capítulo les guste, y pronto todo tomará forma.

"Dialogo," narración.

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Era casi gracioso lo mucho que su cuerpo lo quería a pesar de las calamidades a las que Jimin lo obligó a pasar. Ese cuerpo, su viejo y fiel cuerpo, lo amaba y y luchaba por él hasta en los momentos en que menos se lo merecía; al final del día, no era merecedor de nada. Ni siquiera de la misericordia de su ser, pero allí estaba y nada podría cambiarlo. Se estaba recuperando rápidamente y eso marcaba un final para la tranquilidad de su presencia en la aldea.

Por supuesto, esa tranquilidad no se igualaba a la de su mente. Esta no descansaba ni por un segundo y seguía siendo una tortura hasta en la noche, cuando lograba conciliar el sueño y sus pesadillas plagaban el reino de su deseado descanso. Se apropiaba de él y se hacían lugar donde debía estar la paz y la serenidad de su descanso.

No estaba lo suficientemente bien como para irse, pero pronto lo estaría. Solo debía continuar en las manos del alfa de agradable carácter y del omega con aroma a menta. ¿Aunque qué tan bien podía llegar a estar en esa situación? Aunque su cuerpo mejorara, volvería a los bosques y moriría finalmente. La aldea estaba gastando preciados recursos en alguien que bien podría estar muerto al día siguiente de su partida.

Con eso en mente, Jimin pasó la mañana después de comer. La tarde estuvo plagada de siestas intermitentes, hasta que una presencia escandalosa se apropió de la enfermería. Por supuesto que reconocía al otro omega que concurría de vez en cuando por ahí. Llevaba cuatro días en cama, y todos esos días veía a Taehyung entrar casi a brincos a saludar a su alfa, aquel sanador que lo atendía de manera indirecta. Jimin confiaba más en Yoongi —no, no confiaba, pero era con quien mejor se sentía—, y Seokjin lo respetaba. Solo pasaba a saludarlo y revisar sus registros antes de despedirse y volverlo a dejar en las manos del omega.

Su cabeza siempre palpitaba en molestia por el ruidoso omega de aroma a jazmines. Por lo escuchado, Taehyung trabajaba cuidando a los cachorros de la aldea. Tenía la imagen, Jimin supuso. Era afable y cariñoso, quizás demasiado, con una aroma agradable para los niños. Notaba el amor cargado en la mirada del sanador alfa cuando este entraba a saludarlo y dejarle comida, y tal vez si no le resultase vomitivo lo encontraría envidiable.

A esas alturas no envidiaría una relación, en realidad. En la larga lista de cosas que Jimin deseaba, eso se encontraba en el último lugar. Si se lo hubiesen preguntado un mes antes... la respuesta habría sido otra. Pero el hubiera no existe, y Jimin quería quedarse solo hasta su muerte.

Sin embargo, en ese momento estaba solo, y Taehyung no estaba tan saltarín como en otras ocasiones. Aunque su expresión calidad y molesta continuara adornando sus delicadas facciones, su semblante parecía más nervioso y tenso que cualquier otra cosa. Jimin era perceptivo, o tal vez paranoico, pero ese tipo de cosas no pasaban desapercibidas para él.

"¡Jimin, te ves bien!" saludo el omega, rebotando sobre la camilla a su lado al sentarse. "Tus ojeras están mucho mejor."

Seguían ahí, Jimin podía sentirlo. Y no necesitaba de los halagos falsos del muchacho. "Supongo."

"Seokjin está muy contento contigo, dice que no le has dado problemas," siguió hablando, su sonrisa cuadrada surtiendo efecto y brillando en su dirección. "Estoy orgulloso."

Enarcó una ceja, la pregunta de por qué le importaba brotando en el aire y siendo ignorada por ambos. El beta terminó suspirando y casi aplastando toda esperanza por una conversación amena que Taehyung pudiese tener, estaba más que claro que no estaba interesado y no necesitaba pensarlo mucho para darse cuenta.