El plan

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A mediados de mayo la noticia por la ciudad se fue extendiendo, el hijo mayor de la familia Ponce de León se iba a casar con un chico de clase media sin ser nada relevante. Los chismes se fueron extendiendo más y más. Y ambos implicados sabían que lo que se venía no era nada bueno.

— ¡¿Cómo que te comprometiste desgraciada?! ¡Si soy la más bonita, yo debería dejar lo solterona! — Javier estaba hecha fiera mientras Teo simplemente miraba al techo pensativo, ambos amigos estaban con Darío mientras estaban tomando café en el negocio del chico el cual se veía un poco solo a comparación de días anteriores.

— Sé que es imprevisto, pero simplemente tenía que hacer algo con lo de Anthony. No podía dejarlo así, entiendan. — Comentó Darío, pero de repente no solo Javier, Leo y Tadeo saltaron.

— ¡¿Pero casarte?! — Gritaron los tres al mismo tiempo. — Mira, ni siquiera Teo sabe que decirte. — Darío miró a su amigo con preocupación, aún Teo seguía viendo el techo pensativo, pero de repente bajo la mirada con un poco preocupado.

— Comprendes que te vas a casar... ¿Realmente quieres casarte con Damián? ¿Dar ese pasó tan importante? — Dijo Teo siendo la voz de la razón.

— Es que... Fue algo raro el momento, no es que estemos prometidos en regla, la verdad es que... — Darío miró el sencillo anillo que adornaba su mano izquierda. — No sé si estamos realmente comprometidos. Pero yo, creo que si quiero. —

— Rayos... ¿Escuchaste eso mana? ¡My gosh! — Javier seguía en negación.

— Sin embargo, te espera mucho Darío. Creo que te estas echándote una buena carga. Te das cuenta de que ahora todos saben que Damián y tu tanto son homosexuales como que son pareja. Va a haber repercusiones. — Teo miraba con miedo.

— Si no es que ya empezó... — Darío miró su negocio con tristeza viendo la poca gente que había en comparación a días anteriores. — También me han llegado mensajes y correos de haters con mensajes ofensivos realmente son cosas feas, pero creo que es lo normal. —

— Yo no creo que no lo decía por eso amiga. — Javier miró detenidamente a Darío. — Lo habla por el pequeño problema que tienes tanto aquí como en el hogar de tu querido amante. Es decir, tanto Julián que será un buen problema y lo peor es que tienes que esperar la visita de papá suegrito, porque de que esto lo deje pasar yo no lo creo... Ha de estar ahorita como vil demonio del séptimo infierno. —

Fue de repente que Darío se quedó pensando en lo que se venía, y lo que decía Javier era bastante cierto, y ahora que se daba cuenta, Julián no había llegado a trabajar.

— Mierda. No ha de estar como un demonio. Más bien ha de estar feliz como lombriz. —

Sin dejar de sentirse con miedo el chico comenzó a ponerse nervioso mientras sus amigos comenzaban a reír, pero todo se convirtió en un grito asustado cuando de repente el celular de Darío comenzó a sonar teniendo en la pantalla el nombre de Damián y varios mensajes tanto de Fabián como de Beltrán.

— ¡Javier eres una bruja! — Gritó Teo.

— ¡Yo solo decía, no quería atraer la mala suerte! —

— Callados tengo que pensar, tal vez no sea cosa del señor Benjamín, tal vez solo quieran hablar acerca de lo chistoso que es el compromiso con bocadillos y amigablemente riendo. — Reía nervioso Darío tomando su teléfono y contestando, mientras Teo cruzaba los dedos y Javier rezaba con la mirada al cielo. — ¿H-Hola? —

Mi bello ángel, ¿Estas ocupado? — Damián se escuchaba nervioso al otro lado de la línea como si algo estuviera ocurriendo y no era nada bueno.

Cicatriz de Espadas  (Historia LGBT/Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora