33. Réquiem

558 58 73
                                    

— ¡Fue realmente increíble, estuvieron asombrosos! —Grité eufórica dando unos saltitos en mi lugar—Lograron que casi todos sus fanáticos volvieran a apoyarlos tras escucharlos ¡Estoy segura que pasarán a las finales!

— Era obvio que lo haríamos, somos asombrosos—Opinó Shiranui con una sonrisa engreída.

— Sin embargo, no puedo creer que los jueces de Riot vayan a tardar tanto en anunciar quien va a pasar a las finales. —Habló esta vez Tahomaru un tanto nervioso—. Dijeron que nos darían los resultados hasta el mes de febrero, eso es en dos meses más.

— Bueno, estamos a nada de las fiestas decembrinas. —Dijo Saburota con tono reflexivo—. Además, recuerda que este es un concurso a nivel nacional. La competencia de Tokio era la primera, deben hacer después las competencias de las otras prefecturas que también lograron pasar a las semifinales, es algo que les llevará tiempo.

— ¡No es justo, quiero que den los resultados ya! —Me quejé cerrando mis puños con impaciencia.

— Dororo parece estar más ansiosa que nosotros mismos. —Señaló Hyakkimaru observándome con ternura.

— No sé de qué se preocupan, si es más que obvio que seremos finalistas. —Continuó Shiranui agitando su mano de lado a lado, después añadió con un tono travieso—: Es por eso que hoy debemos celebrar... ¡Vamos a beber alcohol!

— Eres un ebrio. —Se burló Saburota, dándole unas palmaditas en la cabeza a su amigo.

— No me importa lo que digas, Sabuidiota... ¡Vamos a un bar a beber!

— Pero, Shiranui-san... —Interrumpió Tahomaru nervioso— Yo aún soy menor de edad, no puedo entrar a un bar...

— Tch, es cierto. —Respondió el vocalista con frustración—Maldita sea, Daigo menor ¿¡por qué demonios no te apuras y cumples dieciocho de una vez!?

— Bueno, discúlpame por no nacer en el año correcto. —Reclamó el aludido girando los ojos.

— Es igual—insistió Shiranui con desinterés—, solo compremos algunas cervezas y vayamos al departamento de Sabu a beber hasta el amanecer.

— Esa no es una mala idea. —Lo apoyó Saburota con interés.

— Celebrar un poco no nos hará daño. —Se rindió Tahomaru soltando un pequeño suspiro cansado.

— Entonces yo iré a llevar a la pequeña Dororo a su departamento, y después los alcanzaré donde Líder-san.

Le agradecí con una enorme sonrisa, a lo cual Hyakkimaru me dedicó una mirada profunda y sumamente enternecida. Este gesto me hizo sentir un escalofrío recorrer mi espalda debido a los nervios, estaba tan abrumada que hasta tuve que desviar mi vista pues no dejaba de observarme.

— Pero ¿qué significa esto? —Escuché de pronto la voz inusualmente confundida de Tahomaru. Lo observé de reojo, este tenía su mirada clavada en la pantalla de su móvil—¿Quince llamadas perdidas de casa?

Los ojos de Hyakkimaru se abrieron de par en par al escuchar esto, no perdió tiempo y también se fijó en el suyo.

— Yo también tengo muchas llamadas perdidas de casa.

Puntualizó el guitarrista intrigado. Antes de que alguien pudiera decir algo más, Tahomaru se apresuró en regresar la llamada. Todos lo veíamos expectantes, un ambiente tenso comenzó a cernirse sobre nosotros. Contuve el aliento cuando por fin una de las sirvientas le respondió:

— Si, hola Nagisa-san ¿qué pasa? No, aún estamos fuera... ¿Qué? ¿¡Como, por qué!? ¿¡A qué hora fue eso!? —Alzó la voz, su semblante fue poniéndose cada vez más nervioso—Entiendo, si... ¿En dónde se encuentra ahora? Muy bien, vamos para allá ahora mismo.

Las notas de mi corazón [Dororo AU]Where stories live. Discover now