Capítulo 4

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Nos acercamos a la entrada del lugar y yo quedo asombrada por la belleza del lugar. Estoy disfrutando tanto de la vista que apenas escucho las discusiones de los demás.

Pronto se oyen galopes de caballos acercándose. Quedamos rodeados de caballos y elfos. Todo  comienza a darme vueltas y siento un dolor intenso en el abdomen. Miro con terror que tengo una herida que sangra. Me mareo y pierdo el conocimiento.

Cuando despierto, mi herida ha sido curada y vendada. No hay nadie en la habitación. Me levanto y me miro en el espejo. Casi no me reconozco, aún traigo el vestido negro que traía puesto con mi broche, pero mi cabello no está recogido, está suelto decorado con flores. De alguna manera, mis labios están pintados de un color que luce entre rojo y rosa;  y mi herida de la cara ha cicatrizado pero se nota demasiado grande. Aunque tiene una clase de pasta que disimula un poco.

Salgo de la habitación y doy vueltas por el lugar. Es un hermoso sitio que, por su arquitectura y decoración, deduzco que nuestros anfitriones son elfos.

-¿Se ha perdido señorita?-pregunta amablemente una chica ataviada con una elegante túnica.

-Creo que sí-respondo.

-Si busca a los enanos...

-Sí, a ellos los busco.

-Sígame, por aquí-dice apuntando a una dirección. La sigo hasta que empiezan a escucharse voces y risas.

-Ahí dentro-me indica.

-Gracias-digo antes de entrar. Al parecer todos ya han hecho su propia fiesta aquí dentro.

-Hola-saludo. Todos guardan silencio y me miran unos extrañados, otros preocupados-creo que interrumpo algo así que mejor volveré en un rato-agrego sintiendo mucha vergüenza.

Voy llegando a la puerta cuando alguien me llama.

-¡Espera!-dicen todos al unisono.

-Quédate un rato linda-dice Gloin.

Me siento cerca de una ventana.

-¿Ya estás mejor, "preciosa"?-pregunta Kili.

-Sí, ¿cuánto tiempo dormí?

-Un par de horas

-Pero no te perdiste de nada, la comida estaba terrible... y verde-comenta Dori.

-¿Y a dónde vas a salir?-pregunta Fili.

-¿Por qué lo dices?

-Por que estás muy...muy...muy bonita-responde.

-Ay, gracias, desperté y ya estaba así.

-Luces como una princesa, una hermosa princesa-dice tímidamente Dori.

No puedo evitar ruborizarme con los cumplidos. Jamás me habían dicho algo tan lindo.

-¿Me concedería esta pieza, hermosa señorita?-dice Kili haciendo una reverencia.

-Será un honor para mí, pero me parece que no hay música-respondo.

-Eso se puede arreglar-dice haciendo una seña a los demás que inmediatamente comienzan a cantar y usar lo que encuentran como instrumento musical.

Realmente la paso muy bien, me encanta bailar. De pronto comenta.

-¿Sabes? Si todos los que se han burlado de ti te vieran en este momento, morirían de envidia en este momento.

-Tal vez-suspiro. Después de eso, el resto pide bailar conmigo, lo que hace más agradable la tarde.

Cuando la música y el baile acaban, me siento al lado de una ventana para contemplar la vista. Está atardeciendo y el suave brillo del sol cubre las montañas con su suave color naranja. Pronto esa luz llega a la ventana y siento su calidez al tocar mi rostro. El aire empieza a soplar sutilmente moviendo mi cabello, una sensación que no había sentido antes, pues normalmente me recojo el pelo.

Todo se ve tan perfecto en este instante que casi olvido lo que vimos en aquella casa destrozada...

Quizá sea la imagen más terrible que vea en toda mi vida, ¿o no? Recuerdo las palabras que escuché en ese momento, "verás cosas peores". Me produce un escalofrío pensar en lo que puede pasar después, como pueda yo acabar, como pueden acabar las personas a las que quiero.

Cada quien está en sus asuntos cuando de pronto, llega Thorin muy enfadado.

-Nos vamos-exclama.

Empacamos y nos retiramos. Me entristece no poder quedarnos un poco más aquí, pero si el jefe dice que nos vamos, nos iremos.

Desde el camino que tomamos para irnos, la vista es bellisima.

Si aquel día me hubiera decidido por la salida fácil, nunca habría visto esto, pienso. Lo que pasa es que cuando yo tenía unos quince años, estaba muy deprimida todo el tiempo. Casi no comía, no dormía, no hablaba. Ser diferente me causaba burlas y yo ya no aguanté y un día decidí irme.

Me acerqué al río y pensé que si saltaba y me dejaba hundir, todo el sufrimiento acabaría. Así que salté y estaba hundiéndome cuando llegó Kili y me sacó del agua.

Ya en la orilla él se alteró y me dijo cosas como que estaba loca y era una irresponsable, y cuando yo le expliqué porqué lo iba a hacer, me abrazó y me dijo:

-Lana, no puedes echar por el río todos tus problemas y tu vida, eso es rendirte, demostrar que has perdido una batalla. Tienes que seguir aquí porque te necesito, muchas personas te necesitan. Eres muy fuerte y lo has demostrado muchas veces. Ten en ti la misma fe que yo te tengo.

Después de eso estuve decidida a jamás rendirme. Y mírenme, ahora estoy aquí en un viaje muy emocionante del que no tengo idea si regrese o no.

El viaje va muy tranquilo. Noto que Gandalf no nos acompaña esta vez. No sé porque y no pienso preguntar.


Fanfic 1: Un viaje especialWhere stories live. Discover now