Músico/Fan [Parte única][MewGulf/BrightWin]

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La habitación de Gulf Kanawut se iluminó cuando la pantalla del monitor comenzó a reproducir el concierto en vivo al que no pudo asistir. Los ojos de Gulf no se apartaron de los movimientos del cantante; los audífonos vibraron en su cabeza por el alto volumen y su corazón latió más rápido de lo habitual. Cuando Mew Suppasit rasgó el último acorde y se despidió de sus fans, Gulf no pudo evitar sentirse superado y se echó a llorar. Amaba tanto su música, amaba tanto al artista.

Permaneció eternos segundos admirando la enorme sonrisa de P'Mew hasta olvidar respirar, fue cuando su celular a un lado del mouse se encendió y reveló la cara de uno de sus amigos, que se limpió la cara con el dorso de la mano y recuperó el aire.

—¿Sí? —respondió sorbiendo su nariz. Su voz estaba gangosa y si hubiese sido alguien más habría esperado hasta recuperarse antes de devolver la llamada.

—Mierda, Gulf. Dijiste que en cuanto terminaras el concierto te vendrías al club —Bright Vachirawit sonaba irritado, podía imaginarlo a la perfección con el ceño fruncido y con sus labios en forma de corazón en una mueca—. Apuesto que es la segunda o tercera vez que lo miras... Como sea, el entrenador te quiere aquí en quince minutos. ¡Mueve tu trasero!

El timbre familiar que le avisaba que el adverso había colgado retumbó en su oído izquierdo. Gulf liberó un suspiro y replicó con una sonrisa consciente que ya no le escuchaba:

—En realidad, era la segunda vez...

Se levantó de la silla giratoria con pereza y se dirigió a la única ventana de su habitación. Tiró del cordón de la persiana revelando la luz radiante del día que lastimó sus ojos acostumbrados a la oscuridad. Debían de ser como las once de la mañana, y puesto que no gozaba de mucho tiempo, decidió que se bañaría después. Tomó su mochila donde ya tenía preparada su ropa de deporte y antes de salir por la puerta, regresó sobre sus pasos para adsorber en su memoria por última vez la preciosa sonrisa de Mew. La computadora se apagaría por sí sola en unos minutos más, y Gulf por fin abandonó su recamara que a la luz del día revelaba el montón de posters del cantante, los discos y la mercancía oficial que había conseguido a lo largo de los años.

Porque sí, Gulf era el más grande admirador de P'Mew.

[...]

Cuando el silbato sonó los chicos se dispersaron, Bright y Gulf se reunieron en una banca para tomar agua y recuperar el aliento.

—Gracias por avisarme, me habría pasado de largo el resto del día si no me hubieras llamado —dijo mientras que con un pañuelo se secaba el sudor de la frente.

Bright resopló y le dio un golpe en el hombro.

—Olvídalo —contestó y extrajo su celular de la mochila que descansaba a sus pies—. Por cierto —enunció sin despegar la mirada de la pantalla—, ¿tienes planes el viernes por la noche?

Gulf arrugó el entrecejo y negó con la cabeza. Tenía pensado repetir una transmisión en vivo de Mew que había hecho en Instagram, pero no era un plan como tal.

—Win hará una fiesta, ya sabes, una especial. ¿Quieres venir? —ofreció observándolo de reojo con una sonrisa.

Win Metawin era el novio de Bright, el niño rico de la universidad, y un año menor que ellos.

Gulf casi escupe el agua que tenía en la boca, le había dado un sorbo a su botella cuando su amigo habló, lo que provocó que tosiera compulsivamente. Su cara se tiñó de rojo hasta alcanzar sus orejas y cuello. El de cabellos claros soltó la carcajada antes de darle unas fuertes palmadas en la espalda.

"Una especial" se refería a una fiesta donde pura celebridad asistía; Win recientemente incursionaba en el mundo del espectáculo, y debido a su encanto natural se había ganado el aprecio de muchos artistas, y sumado a que tenía los medios económicos para reunir a esa clase de personas en un solo lugar, entonces ocasionalmente planeaba una fiesta de fin de semana.

Porque nos pertenecemosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora