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- Tiene que tener cuidado, mi señor -comentó en voz baja.

- Nos conocemos hace casi un mes y aún no estás cómodo llamándome por mi nombre -lo miró con curiosidad- ¿de qué tengo que cuidarme, Nam?

- Disculpe... JiMin. No estoy acostumbrado a llamar a mis superiores por sus nombres -murmuró tímidamente.

- De nuevo, no soy mejor que tú, solo trabajas para mí... mi... el Rey Supremo, eso es todo.

- ¿Lo dejaremos como un amistoso desacuerdo, entonces? algunas apariencias deben mantenerse -hizo una pausa y miró angustiado a JiMin antes de continuar- debe de tener cuidado, hay rumores... por toda la casa. El Harén está descontento con usted.

- ¿Piensas que no soy consciente de ello? -murmuró- ya he sido advertido...

- ¿JiMin?

- Nadie del Harén me habla NamJoon, solo KiHyun y apenas fue educado. Encontré los regalos de Yoon... del Rey destrozados y las cosas de mi madre también destruidas -suspiró- no creas que no soy consciente de que ellos me odian.

- Nunca comentó nada... ¿cómo no me di cuenta? -se preguntó a sí mismo, sorprendido.

- ¿Qué sentido tiene? creo que es una actitud infantil, además... eran cosas superficiales -se encogió de hombros.

- Es muy gentil, JiMin -negó con la cabeza- no va a sobrevivir aquí, ¿el Rey Supremo no debería ser informado?

- No soy de esa clase, NamJoon... solo sé que hay cosas por las que vale la pena luchar y otras que hay que dejar pasar. Molestar al Rey con esto... sólo empeorará todo, tiene otras cosas por las cuales preocuparse, asuntos más importantes.

- No creo que para él sean menos importantes, JiMin. El Rey se interesa por usted, todos podemos verlo y por eso ellos lo odian.

- Soy una novedad para el Rey... por ahora. Sus sentimientos por mí van a disminuir tal como pasó con los otros hombres en el Harén.

- Realmente no ve como lo mira, ¿verdad? es diferente... JiMin. Confíe en mí, incluso los demás sirvientes personales lo mencionaron.

- Vamos a darle un par de semanas más, Nam -respondió mientras reía con amargura.

- ¿En verdad... no ve como lo trata? -preguntó estupefacto.

- Yo... y-yo... -no quiero tener esperanzas, pensó para sí mismo.

- Solo tenga cuidado, por favor... me preocupo por usted, los hombres también pueden ser rencorosos.

Harén 하렘 ● YoonMin. Where stories live. Discover now