Adiós, amor mío.

27 1 0
                                    


Llegué a casa después de un largo día. Miré a mi alrededor y me encontré con el horrible sillón que a ti tanto te gustaba. ¿Lo recuerdas? tú dijiste que era viejo y que te recordaba al que tenía tu abuela en su pequeña casa fuera de la gran ciudad. Decías que era tu sillón favorito, que tu abuela lo adoraba y que en cuanto llegabas y te sentabas en el, tu abuela llegaba y se sentaba a un lado tuyo, preparada con un libro nuevo para ser leído en esa tarde. Tenías tan solo 11 años cuando te leyó tu primer cuento de Poe, me dijiste no haberle entendido, pero cuando tu abuela lo leía sabías que era algo importante, y siempre te gustaron las cosas importantes.

Olivia, fuiste lo más importante.

Volví a mirar aquel horrible sofá, con sus tonos morado y rosa pastel, un bordado blanco alrededor y las patas pintadas de verde <<¿De dónde lo sacaste?>> pregunté cuando lo vi <<Del cajón de mis sueños y niñez>> respondiste con emoción.

Así que no pude decirte nada, porque en cuanto me preguntaste si mi gustaba mentí con un rotundo <<Por supuesto>>

Mentí en lo del sillón, amor, mentí en lo del sillón.

Así que caminé hacia aquel vomito de colores, lo moví de lugar arrojándolo lejos de mí. Decidí ver otras cosas, pero todo este lugar estaba lleno de tus recuerdos. Aquella cafetera con funciones inimaginables que tanto te gustaba, aquel refrigerador que compramos en el primer mes de casados, o nuestra primera foto enmarcada arriba del televisor. Había tantas cosas que me recordaban a ti. Oli, había tanto tú aquí...

La lluvia comenzó a caer, pareciera que el cielo sabía todo lo que estaba pasando, pareciera que sabía que hoy era el día de la despedida.

Olivia, no ha pasado mucho y ya te extraño. Olivia, ¿cómo se supone que viva sin ti? No me enseñaste a estar así.

Así que mi respiración se cortó, mi corazón latía tan rápido que era imposible sobrevivir. Estaba creando un océano de lágrimas, era tan difícil mantenerme en pie. Sentía mi cuerpo temblar, no sentí el golpe de mis rodillas caer, ni cuando mi cuerpo entero cayó y comenzó a temblar de dolor. Me abracé a mi mismo imaginándote a ti, ahí, conmigo. Te imaginé sonriendo, justo como siempre lo hacías, te imaginé arrodillándote conmigo, abrazándome y diciendo que todo estaría bien, porque nos tenemos el uno al otro, y con eso basta. Con eso bastaba.

Estoy tirado, la lluvia sigue cayendo, tú aún no llegas, ni tampoco te arrodillas. Así que me levanto pesadamente, mis músculos duelen tanto. Así que camino a nuestra habitación amor, está todo en perfecto orden y río, porque tú jamás fuiste ordenada, si estuvieras aquí no se vería así. Camino hasta nuestro armario, descuelgo tu vestido favorito, uno color vino. Decías sentirte la mujer más hermosa cuando lo llevabas puesto, pero cariño, tú eras la mujer más hermosa hasta en pijama, con el maquillaje removido y tu mascarilla de los martes. Cariño, tú eras la mujer más hermosa hasta cuando te mirabas al espejo y tus labios estaban agrietados, y tu cabello poco a poco dejó de tener brillo y poco a poco dejó de estar. Amor, tú seguías siendo la mujer más hermosa del mundo con o sin vestido color rojo vino. Mi amor, ojalá estuvieras aquí para volver a repetir que eres la mujer más hermosa del mundo.

Voy hacia nuestra cama, la cual está tendida, como la dejaste aquella vez antes de. Me recuesto en el lado izquierdo, tú siempre duermes en el derecho. Abrazo tu vestido, imaginándome que eres tú. Así llego a conciliar el sueño, con un recuerdo de nosotros dos.

<< — Vamos Alan, se nos hace tarde.

—Dudo mucho eso cariño, son apenas las 6:00 pm y todo esto inicia a las 8:00 pm.

—Estoy muy nerviosa, ¿me miro bien?-- ese vestido te queda espectacular, que grandiosa suerte la mía.

—Te ves perfecta.

—No ganaré, estoy casi segura de eso. Mis escritos ni siquiera son tan buenos. Cómo mierda me pudieron tan siquiera considerar.

fui hacia ti, sostengo tu rostro entre mis manos y digo:

—Jamás vuelvas a dudar de ti o menospreciar tu trabajo, porque eres increíble en lo que haces, si no ganas no pasa nada, eso no te hace mejor ni peor. Piensa en donde estás, y solo con eso, ya ganaste.

—Te amo— tus palabras salen tan sinceras.

— Te amo más.

— Lo dudo— tus tacones hacen que crezcas unos ocho centímetro más, así que agacharme para besarte es más fácil. Así que sostengo tu rostro entre mis manos y lo acaricio lentamente.

—Te amo más. >>

Dormí.

Sin ti.



------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

En verdad espero mejorar con el tiempo y hacer de esto algo mejor. Gracias por leer <3  

Sin tiWhere stories live. Discover now