Capítulo 3

878 97 28
                                    

—El momento se acercará... entré poco, nos volveremos a ve faraón.

—¿Eh?.

Yami se detuvo para mira a todos lados, el siguiente día llegó y ciertamente le pareció demasiado raro escucha esa voz, simplemente se encogió de hombros para seguir caminado, hoy era viernes, por lo que entré poco podía descansa para seguir haciendo el rompecabezas, aunque ahora no le importada tanto la apuesta que hizo con su abuelo, deseada terminaron.

No solo por diversión, si no también para demostrar que cuando quería, podía termina las cosas.

Llegó a el colegio donde saludo a varios de conocidos —muchos decía ser sus amigos, cosa no tan así—, entró a su salón para ve a Joey junto con Tristan, ambos por alguna razón estaba callados, y eso, era raro, incluso para Yami.

—¿Qué les pasa?—se acercó a ellos.

—Oh... hola viejo—saludo Joey.

—¿Qué tal Yami?—preguntó el peli-marrón escribiendo algo en su libreta.

—No respondieron a mi pregunta, ¿qué les pasa?.

—Bueno... ¡¿para hoy era la tarea de historia?!—preguntaron los dos acercándose a su amigo de forma exagerado, el oji-rubís parpadeo algo sorprendido y rió un poco nervioso.

—Por desgracia si...

—¡TE DIJE JOEY!, ¡¿pero alguna vez me haces caso?!, ¡pues nooo!.

—¡No me eches la culpa!, yo tan solo quería descansa, ¿tiene algo de malo?.

—Sí, tú querido y hermoso "descanso", ¡hará que perdamos la nota!.

Los dos empezaron a discutir moviendo las manos de una forma algo graciosa, Yami rió con la boca cerrada para sentarse, miró unos minutos la discusión de sus amigos, hasta que en cierto punto se aburrió, por lo que sacó la caja de el aquel artículo y empezó a poner las piezas.

No sabía a que hora podía llega el profesor o algo por igual, pero vamos, ¿si tus amigos discutieran de esa forma no buscarás algo para distraerte?.

Y ciertamente, cuando puso una de las "paredes" de el rompecabezas, en aquella habitación con muchas puertas, aquel pequeño tricolor abrió sus ojos, a el principio no mostrada ninguna señal de vida, hasta que poco a poco volvieron a ser normales, dejado ve unos lindos ojos amatistas.

Se levantó confundido para mira su ropa, se confundió por completó, hasta que su ropa cambió de repente, dejado ve un pantalón azul, una camisa negra, una chaqueta de el mismo color que el pantalón, un colla en su colla algo parecido a una correa, y sin olvidar unos zapatos negros —o azul marino—.

Sonrió un poco a ver la ropa, hasta que miró lo demás de la habitación, notado que era puras escaleras por todos lados y muchas puertas, por lo que por instinto subió una escaleras, abrió y cerró varias puertas como buscado la salida, hasta que abrió una dejándolo algo ciego, apenas abrió sus ojos cuando la luz desapareció, vio que estaba en un lugar con muchos chicos sentados, quienes prestada atención a un hombre que hablada.

Miró a todos, y se detuvo cuando vio a un tricolor de espalda escribiendo cada cosa que mencionada aquel hombre, se sorprendió un poco a ve que su cabello era un poco igual, por lo que se acercó poniéndose de frente, viendo aquellos ojos rojos, los cuales no los miraron.

No pudo evitar sonreír, aunque claro, no entendía nada de que hablada el hombre, después de todo, ese idioma era desconocido para el.

—Yami, ¿me puedes repetir lo que dije?—menciono el hombre señalado con su lápiz a el nombraron, por lo que el oji-amatista lo miró con atención.

Cambió de papelesWhere stories live. Discover now