XXII: el Sinsajo

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"el Sinsajo"



La entrevista termina y todos miramos a Katniss, quien está mirando absorta la pantalla, donde recitan una lista de escaseces esperadas en el Capitolio: fruta fresca, baterías solares, jabón. Como si todo eso fuera de gran importancia.

Creo que está tratando de procesar todo. No es la única.

Peeta está vivo. Vivo, pidiendo un alto al fuego.

En este momento, con victorias sólo secundarias de los rebeldes, un alto al fuego sólo podría tener como resultado un regreso a nuestro estatus anterior. O a uno peor, lo que justifica lo que escuchamos detrás de nosotras: chiflidos y acusaciones. Traidor lo llaman, mentiroso. Enemigo.

Katniss suelta mi mano y se va.

‒soldado Everdeen, nadie te autorizó retirarte‒. Dice uno de los generales.

Uno de los soldados con los que entrenamos, la agarra del brazo, provocando que ella lo ataque. Por instinto.

Gale y yo frenamos a los que quieren ir a detener a nuestra amiga, de hecho creo que le quiebro la muñeca a uno (se escucha un "crac" que viene de ahí) y Gale le da un puñetazo a Boggs, quien le deja la nariz sangrando.

Coin llama al orden y nos amenaza con una sanción si volvemos a sublevarnos.

‒ahora busquen a esa chica‒. Dice con desdén‒. Y que el soldado Hawthorne se olvide de su comunicuff. La soldado Undersee tendrá más horas de servicio. En el hospital.

Obedecemos.

Le limpio la nariz a mi novio y buscamos a nuestra amiga por bastante rato, incluso topándonos con Alban, Kaden, Delly y Gypsy. Se los nota tensos y angustiados.

‒yo también hubiera trompeado a varios. Esos estúpidos no tienen idea de lo que tuvo que pasar mi hermano‒. Nos dice Kaden.

Cuando encontramos a Katniss, le comentamos la situación y le sacamos una sonrisa cuando le contamos como trompeamos a varios y el castigo que tuvimos.

Luego nos ponemos a dar nuestros puntos de vista sobre cómo fue que los del 13 sobrevivieron estos últimos 75 años.

Yo sigo creyendo que les convenía quedarse bajo tierra y fue egoísta de su parte desaparecer, pero los demás no piensan igual.

‒Su población diezmó, sin ningún aliado posible al que pedir ayuda. Durante los últimos setenta y cinco años, han aprendido a ser autosuficientes, convirtiendo a sus ciudadanos en un ejército, y construyendo una nueva sociedad con la ayuda de nadie‒. Me dice Delly, que siempre busca lo bueno de todos.

‒Serían aún más poderosos si esa epidemia de viruela no hubiera acabado con su natalidad‒. La apoya Katniss‒. Y los hubiera vuelto tan desesperados por conseguir una nueva fuente de genes y criadores. Quizá son militaristas, excesivamente programados, y escasos de sentido del humor. Pero están aquí. Y dispuestos a acabar con el Capitolio.

‒no te lo niego, pero nosotros tuvimos que soportar 75 años de hambrunas y sometimiento. El capitolio mató a nuestros padres, mató a niños, amenazó a los que ganaban los juegos y nos hizo vivir con miedo.

Ellos se me quedan mirando.

‒no es tan sencillo, Maddi. La rebelión tuvo que organizarse...

‒no me vengas a dar una clase de política, Gale. Sé que no se podía hacer todo sin previa preparación, pero por lo que me dijo mi tío, la rebelión pudo haber empezado antes.

Madge. La historia que nadie conoce...Where stories live. Discover now