III

187 50 24
                                    

Mis lágrimas no cesan, y me inundan por dentro; mis huesos se sienten blandos, y apenas aguantan mi cuerpo.

Estar en la cama enmohece mi piel, haciéndome tan rígida hasta en mis pensamientos.

Mi mente es tan dura, pero no lo suficiente; me reitera una y otra vez mis errores, mis rayas y tachones.

No quiero mirar mi cuerpo lastimado.
No quiero mirar el techo, porque siempre encuentro imperfecciones que me perturban, se siente como mirar un espejo.
No quiero mirar hacia mi interior, porque el agua sucia aumenta las ganas de llorar, y el dolor agónico cada vez es menos soportable.

Mis lágrimas no cesan, inundando también lo externo; en estado moribundo y decrépito está mi casa, mi cuerpo, mi mente y mi alma.

Alter EgoWhere stories live. Discover now