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Solo había pasado un día el cual parecía una eternidad para todos los que estaban a la expectativa del paradero de Helena, unos pocos se preguntaban en silencio ¿aún seguía con vida? Sin respuesta alguna. El caso no había avanzado mucho, los detectives no encontraban pistas de nada, y solo se estaba perdiendo dinero del Estado en un caso que no tenía rastro, pero Lía no se quería dar por vencida, algo debía pasar. Jimmy y Rose habían estado pendiente de las cuentas de la empresa esperando que hubiera algún movimiento, pero nada pasaba.

Por otro lado Valeria no había podido dormir bien, casi no comía a pesar de las suplicas de su nana por terminar el plato completo. En lo poco que había dormido las pesadillas se apoderaban de ella, cada segundo era protagonizado por una Helena en medio de algún lugar, pidiendo ayuda y por más que intentaba buscarla no la encontraba, la oscuridad en sus ojos la perturbaba en sus sueños, y los alaridos de Helena la estremecían hasta desaparecer, su pesadilla terminaba y despertaba con el rostro empapado en lágrimas. Sentaba en el borde de su cama sintió como Zeus le lamia la mano, la acompañaba desde que llego de Brasil tal vez sintiendo el dolor que su dueña sufría. Buscó su reloj parlante, presionando un pequeño botón que le hablaba informando que eran 5 de la mañana con 23 minutos, ahora no tenía nada que hacer solo esperar alguna llamada o alguna noticia sobre su amada socia.

Jimmy estaba cabeceando de sueño en la oficina de Helena, con el computador al frente y un aparato conectado que le ayudaría a buscar ubicaciones de una manera más rápida, este siendo aportada por Lía clandestinamente. El sonido de un "beep" constante lo hizo despertar bruscamente, parpadeo un par de veces intentando aclarar la vista hacia el computador, sus alarmas se activaron presionando una cantidad de letras sobre el teclado y moviendo el mouse como si su vida dependiera de ello, sus ojos recorrían la pantalla con rapidez y su corazón estaba dando un vuelco. Busco el teléfono con rapidez marcando el número de la detective.

-Ingresaron desde la cuenta de Helena, ya tengo las coordenadas de ubicación no tardaran en desconectarse, tienen que moverse.

Un grupo de policías llegaban al lugar que le indicaban las coordenadas enviadas por Jimmy. Todos armados rodeaban el almacén que parecía no haber sido utilizado en un largo tiempo. Lía encabezaba a un grupo para abrir una puerta trasera, haciendo una seña conocida por ellos la puerta fue derribada entrando un grupo de hombres apuntando y buscando algún indicio de vida allí. "Todo despejado" se escuchó, en medio del almacén un computador portátil abierto se encontraba sobre una silla, y una hoja escrita en letras cursivas. Lia con guantes se acercó, efectivamente la cuenta de Helena estaba abierta y un monto exorbitante de dinero había sido transferido a una cuenta que no daba nombre. La mujer agarro la hoja para dejar más dudas con lo que alli había escrito.

"Donde el castigo te esperaba, ahí la encontraras".

¿Qué demonios significaba aquello?

10:28am ese mismo día

―¿Pero Helena no estaba allí? ― preguntó en desespero Channel. Luego de lo que había sucedido Channel y los demás estaban reunidos en la oficina siendo citados por Lía, no habían querido llamar a Valeria ya que no encontraron nada más que el computador y la hoja con ese acertijo que aún no podían descifrar.

―No, ya se dio la orden de evitar la salida de Elizabeth del país. A lo mejor haya dejado a Helena en algún lugar pero no sabemos dónde― comento la detective a los demás con calma disfrazada.

Channel recibió una llamada y mientras hablaba miraba alrededor con el ceño fruncido, solo monosílabas contestaba y los ojos se le abrieron de par en par colgando al momento.

―Una amiga de la empresa adversaria me acaba de decir que hace unos minutos, Blake había llegado a la oficina nervioso, tenía más de dos días sin aparecer y nadie lo había podido contactar. Pero le llamo la atención que lo habían notado bastante extraño y cuando se fue a dirigir a mi amiga, la llamo por el nombre de Elizabeth, y obviamente ella no se llama así― contó la rubia con rapidez haciendo ademanes exagerados

En la oscuridad te encontréOnde histórias criam vida. Descubra agora