Las Pruebas de Káiser

2 0 0
                                    


            Se enciende la luz de la habitación y cuando me doy cuenta hay una niña pequeña de 10 años de edad con el cabello rubio, piel blanca y de ojos claros parada junto al apagador, creo que se llamaba Cristal, o algo así. Es una chica bastante tímida a pesar de lo linda que es, ella me ve y en lo que quería decirle algo se puso a temblar y salió corriendo de regreso al salón de juegos, yo corro detrás de ella para evitar que me delate. Cruzo la puerta del salón de juegos y estoy a punto de atraparla, cuando sin darme cuenta piso una pelota y me caigo boca abajo.

...

¡Ay! Eso dolió bastante; mientras digo eso abro los ojos y me doy cuenta de que estoy boca abajo en el piso de la celda, me doy la vuelta lentamente y miro a un policía a mi derecha y a Maniático sentado en su cama con una sonrisa.

"Levántate ya, escoria." – Ordeno el oficial.

"Si, ya voy..." - digo mientras me apoyo en mis rodillas – "¿Por qué estaba en el suelo?"

"Estuve un buen rato intentando despertarte, y como no reaccionabas tuve que recurrir a medidas drásticas." – explico el oficial tranquilamente.

"¿A qué se refiere?" – pregunte ya de pie, aunque un poco débil.

"Te tomo por el pie y te jalo con fuerza haciéndote caer," – Maniático responde por el oficial a la vez que suelta una carcajada – "fue divertido."

"Para ti, tal vez." – Gruñí.

"Muy bien, ya basta los dos. Tenemos que irnos que están esperando por nosotros." – interrumpió el oficial, impaciente.

"¿Ir a dónde?" – pregunte extrañado.

"Camina y más nada."

Después de dar la orden salimos de la celda y puedo notar que ya no hay nadie, de verdad éramos los últimos. El policía cierra la reja de la celda y empezamos a caminar para salir del establecimiento.

Luego de haber salido lo primero que noto es el brillo del sol, tenía tiempo que no sentía su calor directamente en mi piel. Empiezo a ver a todos los demás presos y entre ellos noto a Julio sentado en una roca y a Junio que en cuanto me ve me sonríe. De repente siento que me toman las manos y la pasan por mi espalda, y antes de darme cuenta estaba esposado.

"Oiga, ¿Por qué me esposaron... de nuevo?" – le pregunto al policía que me puso las esposas.

"Pues, porque tú no tienes corona. O es que acaso, ¿Querías ser el único libre aquí?" – señala a los otros presos.

"..." - Cuando veo bien todos están esposados, inclusive Maniático – "No entiendo, ¿Qué no nos iban a dejar en libertad?"

"No sé quién te dijo eso, estoy seguro que yo no fui."

"Pero yo pensé..."

"¿Pensaste que esto era un cuento de hadas, una película, o una especie de historia ficticia creada por un chico en su casa sin nada mejor que hacer?" – cuestiono el policía con una mirada fría.

"No, pero... cuando lo dice de ese modo suena bastante ridículo." – razone al escuchar su argumento. No puedo argumentar nada ante esa lógica - "Pero, ¿Por qué nos dejaron salir entonces?"

"Ya lo veras."

Un policía de más adelante da una señal y todos empiezan a caminar por una de las calles calmadamente, seguidos de cerca de los policías. Vamos avanzando entre avenidas y aceras hasta llegar a la entrada de un camino que, al parecer es propiedad privada, sin embargo, nadie parece prestarle atención y siguen adelante sin ni siquiera mirar atrás.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Apr 07, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Las Crónicas de Soul: Principio OscuroWhere stories live. Discover now