Done For Me | KookTae

Capítulo 18

Taehyung parpadeó repetidas veces y dejó caer su helado al suelo por la sorpresa, pero eso era lo que menos le importaba en ese momento. Jungkook... ¿le pidió ser su novio?

El pelifucsia mantuvo su mirada cariñosa sobre él, dispuesto a esperar el tiempo que sea necesario una respuesta. Idealmente positiva.

—Yo...— Comenzó el castaño. —Yo... mierda— Susurró. —Tú... agh— Cubrió su rostro con su mano, simplemente no sabía qué decir, no encontraba palabras adecuadas.

Jungkook retiró la mano que cubría el rostro de Taehyung y la reemplazó por su propia mano libre en la mejilla contraria.

—Hagamos esto más simple para ti. Voy a besarte; si no te alejas, es un sí a mi propuesta, pero si te alejas... bueno, es un no—

¿Cómo se supone que eso sería más simple?

Antes de que pudiera protestar algo, los labios del contrario ya estaban sobre los suyos, moviéndose lentamente.

Y, a pesar de las miles de inseguridades que tenía, a pesar de que aún no estaba seguro de si todo resultaría bien; se permitió relajarse, cerrar los ojos y tratar de adecuarse al ritmo que el pelifucsia había impuesto.

Jungkook sonrió contra sus labios, haciendo que por inercia el beso se interrumpiera. Se separó lentamente para observar el rostro contrario: los ojos cerrados con fuerza, un notorio sonrojo hasta sus orejas y el brillo en sus labios estaba ligeramente removido de su lugar. Limpió con su pulgar el alrededor de la boca contraria, haciendo que Taehyung abriera los ojos lentamente.

—Me correspondiste, así que...— Retiró las manos del rostro contrario, dejando ver por completo su precioso sonrojo en la piel morena. —Es nuestro primer día como novios, ¿no?—

—Eso es... oh no— Cubrió su rostro con ambas manos, haciendo que el pelifucsia soltara una risa por su reacción. —Fue... eres un tramposo— Susurró.

—Es una lástima que pienses así de tu novio, Tae—

El castaño descubrió sus ojos, mostrándole su ceño fruncido. —Que seas mi novio no quita que seas... oh— Qué más daba, conscientemente no lo había aceptado, pero su subconsciente estaba más que dispuesto a aceptar la relación con el contrario. Tenía que aprender a pensar antes de hablar. —No quita que seas un tramposo— Terminó la frase.

—Me siento dolido— Pero la sonrisa en su rostro no decía lo mismo. —¿Quieres mi helado? Dejaste caer el tuyo—

Bajó las manos de su rostro. —No lo dejé caer, me hiciste soltarlo por la sorpresa—

—Aún así, no te obligué a abrir la mano para que lo botaras— El castaño bufó, mientras que él rió y le extendió el paquete. —¿Lo quieres o no? Se va a derretir a este ritmo—

—Si insistes— Tomó el paquete del helado, lo abrió y le dio una mordida, tratando de ignorar la atenta mirada que caía sobre él. —¿Por qué me miras tanto?—

—No me creo que seas mi novio— Susurró. —Debí haberte besado en un inicio y no teñirme el cabello para nada—

—Me gusta cómo te ves, está bien el tinte— Dijo mientras miraba hacia otro lado.

—¿De verdad?— El castaño asintió. —Está bien, entonces no fue en vano—

Lo observó durante los próximos minutos, en los cuales el contrario terminó el helado y dejó el envoltorio en el basurero más cercano.

—¿Quieres que te acompañe a tu casa?—

—Mmh... no creo que sea necesario, puedo irme solo, pero si tú quieres... no hay problema—