Secuestrado Para Casarme [Omegaverse]

«♥2: Solo es por obligacion ♥»

Fue presentado como pareja del menor, y su familia se apresuró bastante que hasta decidió que dormirían juntos el día de hoy.

—Todo pasa muy rápido, y en pocos días nos enlazaremos y tendremos un bebé~. ¿No Victor? —pregunto el pelinegro al mayor

—Si, lo que digas —dijo el alfa desinteresado —¿Enserio piensa que hago esto con gusto?  —pensó el más alto. Después de eso sintió como le pisaban el pie con fuerza.

—Ejem. Dije que muy pronto nos haremos uno. ¿No Victor? —repitió en un tono algo macabro al ruso.

—Oh. Eh si cariño —fingió una sonrisa —Con que maniaco me dejaron... —penso

(...)

Cuando ya era muy tarde, y los invitados se habían ido y algunos estaban dormidos en el suelo, el alfa al fin suspiro en paz, le dolia la cara de tanto fingir estar feliz.

—Víctor Nikiforov, ¿no? —escuchó la voz del omega, le estaba dirigiendo la palabra.

—Si, Yuuri Katsuki, ¿no? —también preguntó y el menor afirmó.

—Costaste $100,000 dólares, mi mamá gasto todo su dinero por ti —tenía unos documentos en mano —Y solo porque al verte, dije que eras muy atractivo. Pero, bueno, ya estás aquí, y no muy feliz...

—¿Cómo quieres que este feliz si me secuestraron?

—Haber Nikiforov, aquí quien manda soy yo, serás mi futuro alfa, pero yo soy tu dueño, eres mío y no quiero que me interrumpas —le dijo enojado —No te creas superior, tampoco me mires con ese odio, mientras estemos aquí me miraras como si realmente me amaras ¿Ok?.

—No vas a mandarme solo porque tú lo dices...

—De acuerdo. Yuri Plisetsky, ¿Te suena? —el peliplata abrió en grande los ojos —Al parecer porque está en su época rebelde se cambió el apellido al de su padre omega cuando estaba soltero, ¿Tanto odia a tu mamá que renunció al apellido Nikiforov?

—¿Porque mencionas a mi hermano? —preguntó atónito

—Está en la mira, quien te trajo aquí le gustó tu hermano —le comentó al alfa y sonrió —¿Tenemos un trató o no?

—Tsk... —apretó los dientes y dedicó todo su odio al omega con la mirada —Está bien, amor

—¡Así me gusta! Entonces vivamos felices Vitya —le dedicó una sonrisa, la cual no acabo de convencer al mayor

(...)

Bueno, a los dos días, le llegó el celo al omega y el emparejamiento fue inevitable, aunque el alfa se resistió no pudo ganarle a sus impulsos, y también el nipón debe admitir que le dolió bastante la mordedura del alfa. Aunque apenas lo mordió, pudo sentir algo, como una conexión, no sabía que era, luego trataría de averiguarlo.

Estos días, el japonés se sentía triste, frustrado, estresado y ansioso. Pero como no iba a sentirlo, si todas las emociones que tenía el ruso también las sentía el.

—¡Superalo! Víctor llevas una semana aquí —reclamó el omega.

—¡Aunque viva contigo por mil años no lo podré superar!, extraño a mi familia y mi país —le dijo

—Entonces podemos ir a visitarlos después del nacimiento de nuestro primer hijo. ¿Te parece? —le consultó al mayor mientras bebía té.

—¿Hijo?... A cierto, lo hicimos —desvío la mirada —¿9 meses, no? Es mucho tiempo, pero supongo que no me queda nada más.

—Como digas, solo trata de animarte que no me hace nada bien tus emociones —lo regaño y finalmente cuando acabó, se levantó de la mesa.

(...)

Su vida de casados no era la más cómoda, a pesar de todo, el omega siempre quiso dormir abrazado de su marido, pero, debido a las circunstancias, eso no se iba a poder, además, no se sentía listo para decirle al alfa de su embarazo, aunque estaba seguro que el ya lo sabía, su olor lo delataba.

—Duerme ya, deja de estar así de pensativo —le murmuró el peliplata —Un poco más y parece que leo tus pensamientos —rió levemente, ¿De verdad estaba hablando con él?

—No tomes tanta confianza —se hizo el difícil y está vez le dio la espalda al alfa

—Verás, e estado leyendo que para que el embarazo pase sin problemas y el bebé nazca sano debemos ser más cercanos, por lo menos durante el embarazo —esta vez su voz salió muy sería —Si tendremos un hijo, que sea en las mejores condiciones.

—Si, pero, no quiero tanto tu compañía

—Pronto la necesitarás, tu solo vendrás a mi. Y hasta eso debemos estar en buenos términos —siguió insistiendo.

—Tsk... Esta bien.

—Pero sólo lo hago por obligación, no pienses que trataré de amarte, solo pongo de mi parte y fingire mi envidiable amabilidad y carisma, tal como era normalmente en mi país natal —aclaró y luego de eso simplemente decidió ir a dormir.

Esas palabras de alguna forma rara, al parecer le dolieron un poco.