Capítulo 4

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Estaba lista para la fiesta, luego de un nuevo baño, si ya sé, me bañaba mucho, pero era mi intento de sacarme el día de encima, que lo sentía impregnado en mí.
Me había secado el pelo dejándolo lacio y suelto, usé uno de los pocos vestidos que tenia negro con la pollera de tul que me llegaba por arriba de las rodillas, por ultimo, me puse unos zapatos del armario de mi madre.
En mi deporte, debía asistir muy maquillada a mis presentaciones, sabia hacerlo, asique decidí aplicarme sombra negra, con la intención de parecer mas grande y madura, me puse mucha base en las lastimaduras hasta que desaparecieron y por ultimo pinté mis labios de rojo, sabia que a Carter eso le gustaba.
Cuando me sentí preparada, agarré mi cartera y mi celular y fuí en busca de Logan, pero me lo encontré dormido en el sofá.
No había señales de mi madre ni de Maya, asique decidí que seria mas divertido despertarlo de una manera menos civilizada.
Agarré crema que había en la heladera, y lo coloque en mi mano, luego calcule el angulo en que su cabeza se iba a levantar, la coloqué en el lugar correcto y grité con todas mis fuerzas de la manera mas desgarradora posible. Y funcionó.
Su cara se llenó de crema y maldijo por toda la casa, pero lo conocía, y sabía que en algún momento de la noche se iba a vengar…
Cuando ya estaba limpio y había recobrado el sentido, vino hacia la entrada donde lo estaba esperando y se quedo inmóvil al verme.
–Vaya Em, estas, emmmm, hermosa– Mis mejillas se enrojecieron, y solo podía pensar en como reaccionaria Carter al verme asi. Pero sabia que tenia que arreglar varias cosas antes de eso.
–Gracias Logan, tu también estás lindo– hice una pausa sintiéndome extraña por el comentario –creo– eso si se sentía mejor y ambos comenzamos a reirnos
A la fiesta fuimos en el auto de Logan, por lo que no sabia muy bien como volveria, pero por las dudas le había dejado una nota a mamá que dormiría en lo de los chicos. Mi madre estaba acostumbrada, después de tantos años de amistad, a que me quedara en sus casas a dormir.
Cuando llegamos era un descontrol, había gente vomitando en el jardín y autos mal estacionados por toda la cuadra. Logan me agarró de la mano para entrar, y usándolo de escudo me adentré en la casa.
– Descuida, adentro es mas tranquilo– quiso tranquilizarme al ver mi cara de susto.
Era una casa gigante, no sabia bien a quien pertenecia, pero lo lamentaba por sus padres cuando vieran este desastre. 
La gente bailaba por todos lados, los sillones estaban llenos de gente besándose y desde los ventanales se podía ver gente arrojándose a la pileta con la ropa, o sin ella.
Dejé ese pensamiento de lado y busqué a Carter entre la gente.
–Ves a Carter en algún lado?– pregunte mirando hacia donde estaba antes Logan que ya había desaparecido en el monton.–Genial, ahora recuerdo porque no venia más a astas fiestas.
Mientras caminaba entre la gente recibía algunas miradas bastante intensas de chicos y algunas malas de parte de las chicas, pero ninguna me importó hasta que vi la suya.
Estaba bajando las escaleras de la mano de Brianna cuando me vió y se quedo sorprendido.
Sus ojos miraron mi cuerpo de arriba abajo para volver a los míos.
Pero la conexión se cortó cuando la persona que tenia de la mano comenzó a hablarle al odio mientras pasaba su otra mano por la mandibula de mi amigo.
Podia sentir las lagrimas acumulándose en mis ojos, pero mi enojo era aún más, y decidí que no iba a darle el gusto de verme llorar.
Él la solto y se acerco a mi dando grandes sancadas.
–Que haces aquí?– Preguntó con una voz un poco más dura de lo que esperaba– Qué? Te invitó Green? Porque si mal no recuerdo nunca dijiste que sí a una invitación nuestra, no somos tan divertidos después de todo.– Me quedé congelada, nunca en tantos años de amistad se había enojado tanto conmigo.
–Quién es Green?– pregunte confundida sin poder creer su forma de hablarme.
El rió sin gracia y evitando mirarme a los ojos contestó – No sabes ni su apellido, pero descuida, él no se acordara de tu nombre de todos modos.
Mis ganas de llorar se volvieron incontenibles, respire hondo y junte todas mis fuerzas, en serio pensaba que yo era así? Quería irme de esta fiesta en ese preciso momento.
Sin dejar que continúe hablándome de esa manera, comencé a subir las escaleras como pude, sin mirar hacia atrás y busqué un baño que no tuviera una fila de alcohólicos en la puerta.
Al final del pasillo entré a una habitación vacía. Cerré la puerta y me senté en el suelo junto a una gran cama y comencé a llorar.
De pronto en mi mente estaba todo mi día, haciendo que me desplome, lo había visto con ella, había besado a alguien que ni conocía, me había agarrado de los pelos con una persona y me habían suspendido del equipo, capaz hasta había perdido la beca por la que tanto trabajé.
Mis sueños se desplomaban y yo lloraba sin parar cuando escuche la puerta, y una pareja que no conocía entro besándose a la pieza. Era hora de partir.
Salí de la habitación y fuí en busca de Logan, pero en el medio de la gente no veía nada.
A lo lejos divisé a Owen que estaba con una pelirroja con un escote demasiado llamativo y se mordia los labios esperando que eso la haga irresistible.
Owen no era un típico rompecorazones, con sus ojos café, su pelo oscuro y su cuerpo tallado a mano, tenia a todas las chicas del instituto atrás, pero el era de los que creían en el amor y las rosas y los poemas. 
Dudaba que fuera a caer en los encantos de la colorada, o eso me quise decir a mí misma para no cargar con la pena de arruinar su noche,por lo que corrí hasta él
–Owen– grite llamando su atención
–Hey cielo – Sonreí ante su apodo, él era el más protector de los tres para conmigo y no dudaba en saltar en mi defensa cada vez que Brianna me molestaba.
– Estas bien?– preguntó cambiando el tono a uno preocupado.
Divisé como la colorada me miraba con odio por arriba de su hombro y supe que estaba por arruinar su noche– Llevame a casa, por favor–
–Claro Em, dame un minuto que busco mi chaqueta– Y sin decir más desapareció entre la gente dejando frente a mi, unos ojos celestes intensos que me miraban desde el medio de la pista.
Era el, ojos preciosos, o por lo que sabía ahora Green.

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