I Still Keep It

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Gun, nov. 2019

¿Conoces esa sensación de ansiedad, rabia y desilusión cuando estás esperando un mensaje de alguien y no llega rápido?, Así me estaba sintiendo en ese momento. Ya sea comiendo, saliendo con mis amigos, en el trabajo, en la universidad, en el baño, en el gimnasio, en el tráfico, en el parking, o a punto de dormir,  siempre encendía la pantalla de mi teléfono para ver si el mensaje que quería había llegado. Y no, no lo había hecho.

—¿Por qué no le escribes tú?, deja de revisar el teléfono, harás un corto circuito— Habló Mook quién estaba tirada en mi cama junto con Liz, yo estaba en el piso con las piernas cruzadas y la laptop encima tratando de elegir que película mirar.

—Nunca, no quiero parecer desesperado— respondí cortante— ¿Qué tal esta? - añadí mostrando una película en la pantalla.

— No, definitivamente no, estoy harta de que cada vez que veamos películas sean de Adam Sandler.

—Liz, si no te gustan las películas de Sandler no puedo confiar en ti— Le dijo Mook exagerando su reacción. Yo reí.

—No entiendo por qué les gusta tanto, es el mismo personaje siempre, solo que interpretando distintos roles. Es como Barbie, hay secretaria, profesora, cantante, embarazada... así también es ese tipo en sus películas.

—No hay un Adam Sandler embarazado— la molesté yo. Ella solo volteó los ojos.

—Solo le falta ese papel.

—Ok, ok, Adam Sandler descartado, ¿y esta?— pregunté mostrando una película coreana.

—Nup, no quiero saber nada de coreanos por un tiempo—  Respondió Liz.

—Oii Liz, no te gusta nada, yo la quiero ver, me la han recomendado— me quejé.

— Liz que tu ligue coreano te haya dejado por un hombre no significa que dejemos de consumir contenido de ese país—  me apoyó Mook.

—Chicos si son mis amigos de verdad  no me traicionarán de esa manera—  se defendió poniéndose la mano en el corazón dramáticamente.

—Veamos esta entonces— dije señalando la pantalla— se llama "quizá es para siempre"— añadí yo fingiendo estar fastidiado.

—Mmm... bueno, no tengo objeciones para esa.

— Más te vale-

Encendí el proyector y lo conecté a mi PC, la película empezó y ahora estábamos los tres arriba de la cama con snacks en la mano.

— Los coreanos me persiguen— intervino mi amiga cuando se dio cuenta de que el protagonista era un coreano-estadounidense.

—Es miti-miti, no cuenta.

—Tienes medio punto— río ella.

A la mitad de la película ya estaba llorando. Me estaba sintiendo identificado con la historia. Trataba de dos amigos de la infancia que eran muy unidos y terminaron gustándose, luego pelearon, tomando direcciones diferentes. Ella se convirtió en una chef exitosa y él, bueno siguió su misma vida, ayudando a su padre en una microempresa de aires acondicionados,  y tocando con su vieja banda de la escuela. Quince años después se encontraron y los viejos sentimientos salieron a flote, el problema es que ahora tenían vidas totalmente opuestas, ella millonaria y ocupada, y él, pobre, y con miedo a salir de su zona de confort.

—No puedes llorar con esa película Gun, es literalmente una co-me-dia romántica— me regañó mi amiga al darse cuenta de mis lágrimas.

—Déjalo, que se parece un poco a su historia— me defendió Mook poniendo su mano en mi cabeza, como si estuviera consolando a un bebé. Yo asentí haciendo pucheros.

El camino para llegar a ti.Where stories live. Discover now