Capítulo 1

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Era un día tranquilo como cualquier otro, Madara se encontraba en la cocina de su casa, la cual compartía con su hermano menor Izuna. El joven omega andaba de aqui para alla, preparando la comida. Madara pasaba totalmente de él, estaba perdido en sus pensamientos. Algo raro ocurría con Hashirama y Mito. Tenían ya casi una semana que ambos alfas no pasaban el tiempo juntos y últimamente esos dos eran inseparables.


Una sonrisa maliciosa se formo en los labios del Uchiha imaginando que aquella relación no había funcionado y no le sorprendía pero ya se había tardado, ni siquiera el mismo Hashirama había podido vencer a la naturaleza.


Dejó de pensar en Hashirama cuando se dió cuenta de algo extraño. Miró de reojo a su hermano quien tarareaba una canción, parecía contento además que tenía una tierna sonrisita en los labios. Discretamente lo olfateo un poco, buscando algún aroma extraño de algún alfa que se hubiese atrevido a tocar a su pequeño hermano, pero no.


Izuna notó como el aroma de su hermano se hacia más espeso, Madara estaba marcando su territorio, normalmente lo hacia para impregnarlo con su esencia de alfa y espantar básicamente a cualquier otro alfa que tuviera el atrevimiento de acercarse a su hermano, el cual, a sus ojos era aun un cachorro.


Izuna frunció el ceño, ya no era un cachorro y le resultaba molesto no poder socializar con algún alfa ¿como encontraría a su destinado si traía encima el aroma del psicópata de Madara?


- ¿pasa algo? - dijo Izuna sin mirarlo, Dios sabia que era más valiente cuando no lo miraba a la cara.


- no, no es nada. -dijo levantándose de la silla - voy a salir. - Se acercó a el menor y le palmeó con suavidad el hombro.



Madara caminó por la aldea hasta llegar a la torre del hokage. Los civiles que se cruzaban en su camino, lo miraban con miedo y respeto, lo cual secretamente aumentaba el ego del Uchiha, era un alfa dominante, no había duda, correspondió cada saludo de manera educada. Al llegar se encontró con que Tobirama iba saliendo así que lo interceptó. Sonrió al ver la cara de fastidio del albino. Tobirama era un beta asi que no le afectaba para nada el aroma dominante de Madara.



- ¿que se te ofrece? - su tono se voz era engañosamente amable, pero en su rostro tenía el ceño fruncido, mirada típica de ese Senju.



- ¿has visto a Hashirama? - cruzó sus brazos y frunció el ceño también, sabía cual sería la respuesta del albino. - necesito hablar con el.



-no, no lo he visto. Se fue a la aldea de la arena a hacerle una visita al kazekage. - la expresión de su rostro no cambió pero Madara sabía que mentía -le diré que te busque cuando vuelva - dicho esto, el albino le pasó por un lado y se marchó.




Madara reconoció en Tobirama el aroma a madera y flores de Hashirama aunque ahora lo sintió un poco más dulce, además que estaba mezclado con el aroma del bosque. Hashirama estaba escondido, tal vez entrenando alguna técnica. Ya lo encontraría y con suerte gastaría algo de energía peleando con el.



El Uchiha se dirigió al bosque evitando llamar la atención. Al llegar, el sol ya se estaba ocultando dando paso a la noche. Agudizó su olfato para localizar al Senju y lo sentía, pero muy tenuemente. Se adentro a lo profundo del bosque y el aroma se hacía más intenso pero no era el mismo, era más dulzón, más delicioso. Su entrepierna comenzó a doler, su miembro reaccionaba, se trataban de feromonas omega. Su mente comenzaba a perderse en el deseo, desplegó su aroma, cuando las feromonas y la testosterona se mezclaron, ambos aromas, a Madara lo volvió loco, encajaban a la perfección. ¿era una trampa? Trataba de mantenerse lucido, o quizá Hashirama estaba atendiendo el celo de alguna omega, de ser así, enfrentaría a Hashirama para tomar también a la omega.



Quédate Conmigo MadaHashi Where stories live. Discover now