Detrás del Antifaz

Preso De Tu Amor

-¿Acaso creísteis que me habíais engañado?, lo supe... supe que erais tu en el primer momento en que os refleje en tus ojos, esos bellos ojos azules como el cielo brillante por la mañana, que me han hecho perder la cordura, hoy quiero fundirme en tus brazos, quiero que tomáis lo que ya por derecho divino os he otorgado, tomad mi cuerpo nuevamente, dejadme amarte sin censura, haced de mi lo que queráis, mi razón y mi sentir ya sois parte de ti, ahora no quiero que le negáis a mi cuerpo el calor del tuyo- dejo caer su larga capa y me encontré con su hermoso cuerpo desnudo, su piel blanca y suave, sus caderas colosales, sus pechos firmes, era tan tentador verle frente a mí, que no dude ni un segundo y le bese, le bese como un animal salvaje, acaricie cada rincón de su cuerpo, nuestra entrega fue creciendo, nos hicimos uno nuevamente, ya no existía cabida a dudas ni arrepentimientos, nos amamos una y otra vez hasta quedar extasiados.

Despertamos con el alba cuando el sol comenzó a tocar vuestros rostros, nos despedimos y de ahí en adelante comenzamos a veros a escondidas, tratábamos de coincidir en cada lugar de la mansión, su padre estaba fuera de casa casi todo el día, solo teníamos que cuidarnos de el ama de llaves, Mimed era un dolor de cabeza... mas no un impedimento para veros, hasta el confesionario era vuestro testigo de amor, no respetamois ni la casa de Dios ya que pensamos que si esto os estaba pasando, era porque él había permitido que sucediera. Todo era perfecto hasta esa carta que recibí dos días antes de terminar la Pascua la cual me puse a leer atentadamente:

Hermano Darién

Es para vos un honor anunciaros que ya esta lista la ceremonia de su sacerdocio, la cual se llevara a cabo el día 20 de abril en la basílica de San Pedro en el Vaticano, así que es primordial se os presente cuanto antes posible en la basílica para preparaos los documentos necesarios para su consagración.

Que Dios os concedáis un buen viaje y que os acompañe en este gran camino de iluminación

Su Santidad Pio Vll

Mis ojos comenzaron a llenaros de lagrimas con cada palabra que leía, había llegado el día en que me entregaría a mis obligaciones con Dios, como se lo diría a ella, como le explicaría que tenía que partiros inmediatamente al vaticano para ya no volver jamás, la busque por todos lados y la encontré en la capilla que se había vuelto nuestro nido de amor.

-Serenity...- respire profundo - amor mio tenemos que hablar, ¡no sé como comenzar a decirte esto! Pero yo... yo...

-Lo sé... Tienes que irte- aun no me había fijado en su rostro el cual estaba lleno de lagrimas, el velo en su rostro cubría su tristeza, aun así yo la conocía bien y pude notar que ese rostro angelical se había convertido en un fantasma, se levanto el velo y pude descubrir lo que pensaba, ya no tenía ese brillo en sus ojos, estaban irritados por tanto llorar

-Darién ambos sabíamos que este momento llegaría- agacho la mirada - este mes ha sido grandioso, la he pasado de maravilla con vos, se que debes marcharte a cumplir tu promesa y yo... he de cumplir la mía. Jamás te lo dije pero mi padre está muy enfermo, tal vez no lo sepáis ni lo notáis pero él a pesar de ser fuerte está sufriendo, mi padre esta desahuciado solo le queda un año de vida, el pensó que no me había dado cuenta pero lo es desde hace meses, es por él y solo por el que acepte mi compromiso, me dio la opción de negarme, pero mi padre es todo lo que me queda en la vida y cumpliré su última voluntad- agachó la mirada

-Siento mucho vuestro sufrir, debisteis decírmelo antes, pude haberos ayudado a solventar tu tristeza- me angustiaba verle así

-Lo hiciste Darién, me hicisteis feliz y dichosa con cada beso, con cada caricia, con cada entrega, tu Darién has sido mi más grande felicidad, me habeis llevado al cielo y de regreso una y otra vez, pase lo que pase siempre estarás en mi corazón, ahora vete y prepara tus maletas, no me hagais esta angustia más dolorosa- la estreche en mis brazos y la abrace fuertemente